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El Inter sale con ligera ventaja del primer envite de la Copa de Italia tras empatar fuera ante la Roma (1-1)

La Roma y el Inter de Milán han sellado con un empate (1-1) el primer asalto de la final de la Copa de Italia, que deja con ligera ventaja al conjunto interista (valor doble de los goles en campo adversario) pese a ser quien menos hizo y más especuló, ante un equipo romanista que realizó un mayor esfuerzo y fue quien tuvo un mayor brillo.

L D (EFE) El primero de los dos capítulos de la ida final de la Copa de Italia 2005-06 (con los mismo contendientes de la vivida en la precedente campaña 2004-05) dejó en esta ocasión las espadas en alto y la decisión final para la vuelta. Algo que no aconteció hace apenas un año, cuando el Inter ganó a domicilio (0-2, dos tantos del brasileño Adriano) y puso ya prácticamente la Copa en sus vitrinas.

Este miércoles la Roma se presentó sin su capitán Francesco Totti en el once inicial, pero sí en el banquillo de convocados. Se ponía oficialmente fin a casi dos meses y medio de lejanía de los terrenos de juego por una grave lesión de tobillo. Es claro que su vuelta es aún prematura, pero le queda poco. Una Roma que por las lesiones sigue sin poder jugar con un delantero nato, por lo que ubica en esa zona a los brasileños Taddei y Mancini, éste llegando desde atrás. Algo que le está produciendo buenos resultados.

En el Inter, en cambio, sorprendió la titularidad inicial del delantero brasileño Adriano ya que las palabras expresadas el martes por su técnico Roberto Mancini parecían condenarle esta noche a la suplencia. No fue así y la verdad es que el brasileño pronto se hizo notar de forma decisiva. No en vano, una rápida combinación entre Adriano y Julio Cruz, quien rompió por centímetros la intención romanista de dejarle en fuera de juego, propició el temprano 0-1 (min.7) ya que el pase del brasileño lo recogió el argentino, que como es habitual en él no falló en su mano a mano ante el meta Doni.

El 0-1 trajo momentos de zozobra y carencia de ideas en una Roma bloqueado y que se veía impotente para romper la tela de araña tejida por el Inter. Pero pasada la primera media hora de juego, todo cambió. El conjunto romanista empezó a mover rápido el balón y encerró en propio campo a un Inter ya excesivamente defensivo y encerrado entorno a su área, a la espera de lanzar su contragolpe. Resultaba, incluso, un poco triste ver a jugadores como el portugués Luis Figo y el propio Adriano más pendientes de tapar al rival que de mirar la meta adversaria.

Eso sí, pese a su dominio y empuje, la Roma no gozó en la primera mitad de buenas ocasiones para empatar ya que no supo abrir por bandas a la cerrada defensa visitante. Abusón en colgar balones sobre un área rival donde el colombiano Iván Córdoba y el argentino Walter Samuel, ex-Roma, se sobraban y bastaban. Curiosamente, fue el Inter quien sí pudo ampliar su ventaja, en saque de falta al borde del descanso a cargo de Dejan Stankovic y que el meta brasileño Doni sacó excelentemente.

Pero, a los nueve minutos del segundo periodo, llegó el justo empate de la Roma. Y lo hizo con una bella y rápida jugada por banda derecha, en la que Daniele de Rossi dio una espléndida asistencia de tacón a Mancini, quien batió a su compatriota Julio César. El bello taconazo de De Rossi venía a elevar el brillo a la ya de por sí excelente actuación de este joven centrocampista (a punto de cumplir 23 años), quien es capaz de llevar él solo el peso de la Roma y es uno de los fijos en el centro del campo de la selección italiana, cuyo técnico Marcello Lippi siguió el partido desde la tribuna de honor.

Tras la igualada, la Roma siguió con el mismo brío y buscando la meta interista a base de toque y velocidad. Y siguió mostrando la misma pasividad y renuncia ofensiva de un Inter menor y a la defensiva. Y, con ello, Figo y Adriano seguían perdidos. A diez minutos del final, Adriano fue sustituido por el nigeriano Martins y acabó su suplicio defensivo. A buen seguro que el brasileño, por la misión encomendada, no habrá quedado muy contento.

Satisfecho por el resultado si puede estar el Inter, que al final se llevó el empate; pero desde luego, sus aficionados no pueden estar orgullosos del juego exhibido. Los romanistas si pueden estarlo; pero son quienes peor quedan ante el objetivo de alzar el torneo el próximo 11 de mayo, cuando se jugará en Milán la vuelta.

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