L D (EFE) La confrontación era muy esperada del lado romanista por el ánimo de revancha que desde temporada y media se tiene con una Juventus que le robó al técnico Fabio Capello y al centrocampista brasileño Emerson. Ambos muy silbados y nuevamente objetos durante la semana de críticas por parte de un Totti que dijo que no jugaría nunca más en equipo dirigido por el entrenador y que calificó a su ex-compañero de falso. Y una vez más la venganza, en especial de Totti, se queda para otra oportunidad. Ello pese a que se vio un mejor inicio de la Roma, que con mayor ritmo y buenos apoyos dejó pronto en entredicho a una Juventus que en la primera media hora sufrió en exceso, no encontró su ritmo y estuvo demasiado tiempo a la espera del rival.
Pudo llegar el tanto romanista en varias ocasiones, en especial del lado de Montella o en remate de cabeza de De Rossi, pero la mala fortuna y la actuación del meta visitante Abbiati lo impidieron. Así, todo hacía presagiar que al descanso se iba a llegar con el inicial empate sin goles. Pero la Juventus es sin duda uno de los equipos más cínicos y prácticos del panorama futbolístico mundial, además de saber golpear en el momento justo y que más duele al rival. Y lo evidenció en el primer minuto de la prolongación de la primera mitad, con el remate de cabeza de Nedved, que se comió en el salto a un estático Panucci, tras centro de Camoranesi. Se iba al descanso con un injusto 0-1 a tenor de los méritos exhibidos sobre el terreno de juego, pero que rompía totalmente el partido en favor juventino.
Eso sí, pese a saberse que la Juventus es todo un especialista en mantener un resultado favorable, no se podía presagiar lo que iba a acontecer en tan sólo un cuarto de hora de la segunda mitad. Y es que pese a seguir el empuje y la ilusión romanista, el conjunto de Fabio Capello volvió a mostrarse despiadado ante las ocasiones que se le presentan. Lo demostró con tres tantos en tan sólo seis minutos: galopada en solitario desde el centro del campo de Ibrahimovic, exhibiendo toda su fuerza física y calidad, que situó el 0-2 (m.56); y dos tantos de Trezeguet (m.58 y 61).
El 0-4 era tan concluyente como despiadada, y quitaba ya toda duda sobre el vencedor y dejaba mudo al estadio "Olímpico", con la excepción de los 3.000 seguidores juventinos. Poco importó que poco después, la Roma acortará su desventaja con un penalti transformado por Totti (m.65) y cuya falta previa trajo la expulsión del juventino francés Thuram. El Juventus jugaba la última media hora en diez, pero poco importó ya que sufrió su inferioridad con la contundencia del marcador. Con anterioridad se disputó, el Udinese-Messina (1-0), decidido en favor local con un gol del brasileño Felipe (m.86).
Pudo llegar el tanto romanista en varias ocasiones, en especial del lado de Montella o en remate de cabeza de De Rossi, pero la mala fortuna y la actuación del meta visitante Abbiati lo impidieron. Así, todo hacía presagiar que al descanso se iba a llegar con el inicial empate sin goles. Pero la Juventus es sin duda uno de los equipos más cínicos y prácticos del panorama futbolístico mundial, además de saber golpear en el momento justo y que más duele al rival. Y lo evidenció en el primer minuto de la prolongación de la primera mitad, con el remate de cabeza de Nedved, que se comió en el salto a un estático Panucci, tras centro de Camoranesi. Se iba al descanso con un injusto 0-1 a tenor de los méritos exhibidos sobre el terreno de juego, pero que rompía totalmente el partido en favor juventino.
Eso sí, pese a saberse que la Juventus es todo un especialista en mantener un resultado favorable, no se podía presagiar lo que iba a acontecer en tan sólo un cuarto de hora de la segunda mitad. Y es que pese a seguir el empuje y la ilusión romanista, el conjunto de Fabio Capello volvió a mostrarse despiadado ante las ocasiones que se le presentan. Lo demostró con tres tantos en tan sólo seis minutos: galopada en solitario desde el centro del campo de Ibrahimovic, exhibiendo toda su fuerza física y calidad, que situó el 0-2 (m.56); y dos tantos de Trezeguet (m.58 y 61).
El 0-4 era tan concluyente como despiadada, y quitaba ya toda duda sobre el vencedor y dejaba mudo al estadio "Olímpico", con la excepción de los 3.000 seguidores juventinos. Poco importó que poco después, la Roma acortará su desventaja con un penalti transformado por Totti (m.65) y cuya falta previa trajo la expulsión del juventino francés Thuram. El Juventus jugaba la última media hora en diez, pero poco importó ya que sufrió su inferioridad con la contundencia del marcador. Con anterioridad se disputó, el Udinese-Messina (1-0), decidido en favor local con un gol del brasileño Felipe (m.86).