L D (EFE) Lo cierto es que el Milán estuvo muy cerca de no aprovechar el favor que poco antes le había llegado desde Messina. Es más, tuvo que esperar para ello a los minutos de prolongación y a un tanto discutido por el Cagliari, pues parece que hubo falta previa de Cafú en el centro que llevó el balón a Serginho, que con la zurda no perdonó. Hasta entonces, el equipo de Carlo Ancelotti, con la recuperación de Andrea Pirlo y Rui Costa y Jon Dahl Tomasson en lugar de Kaká y de Hernán Crespo, en su casa ante el Cagliari, lógicamente había salido a por todas desde el mismo silbido inicial. Pero poco consiguió.
Es cierto que muy pronto gozó de buenas oportunidades para adelantarse en el marcador. Pero también muy pronto sufrió el golpe de la baja de su estrella y goleador ucraniano Andrei Shevchenko (minuto 9), que tuvo que dejar su puesto a Crespo. Shevchenko, al intentar rematar con la testa un balón, recibió un cabezazo fortuito en el rostro por parte de un defensa del Cagliari que deseaba despejar el esférico. Se le apreció un hematoma bajo un ojo y una hemorragia nasal, por lo que fue llevado a un hospital para serle realizada pruebas médicas.
La baja de Shevchenko la notaría en exceso el Milán, pese a su dominio y sus ocasiones del gol ante un Cagliari que también tuvo alguna oportunidad de batir al brasileño milanista Dida. Pasaban los minutos sin gol y con un Cagliari cada vez más asentado y cómodo. Intentó cambiar el guión el técnico milanista Carlo Ancelotti poniendo en liza a los brasileños Serginho (m.57) y Kaká (m.71) por Brocchi y Tomasson. Pero poco después, las cosas empeoraron para un Milán que se quedó en diez por la segunda tarjeta amarilla mostrada a Pancaro. Pese a su inferioridad numérica, el Milán siguió empujando y ello pudo costarle la derrota. Pero tuvo su premio cuando menos se esperaba en el apuntado protestado gol de Serginho. Le vale el liderato.
Un liderato que se dejó en Messina la Juventus al no pasar del empate sin goles, en un partido con novedades tácticas por parte del técnico juventino Fabio Capello pero que vio un triste conjunto turinés en la primera mitad. Un primer tiempo donde el Messina trató de tú a tú a su ilustre rival e, incluso, suya fue la mejor ocasión para irse al descanso con ventaja en el marcador: un remate de cabeza de Zampagna al palo derecho de la meta con Buffon batido (m.29). La Juve defraudaba y los esquemas tácticos (3-4-1-2), que pasaba por un experimento en vista del partido europeo ante el Real Madrid del próximo martes. parecían despistar más a sí mismo que al rival.
En el segundo tiempo, tras la previsible regañina y ajuste de posiciones por parte de Capello, la Vecchia Signora adelantó su eje de rotación y recuperó brillo y dinamismo. Dispuso pronto de dos excelentes ocasiones de gol, pero la media vuelta de Zambrotta (m.47) envió por poco el balón fuera de la meta local y, luego, el sueco Ibrahimovic (m.62) estrelló el esférico en un poste. Parecía cercana la ventaja juventina, pero se volvió a enfriar el equipo visitante y el Messina supo contener. Eso sí, a nueve minutos del final, Ibrahimovic tuvo la ocasión de oro para dar el triunfo a su equipo, pero vio como el meta local se oponía a su cercano disparo. Ibrahimovic, esta vez, no había sabido resolver dos claras ocasiones y su equipo lo pagó con un empate sin goles que le sirve de poco.
El Udinese y el invicto Inter de Milán se jugaba la tercera plaza liguera, que antes del partido estaba en poder del conjunto interista con dos puntos de ventaja sobre el friuliano. Al final, todo sigue igual. Se produjo un empate injusto y amargo para el Inter (su decimosexto), que se veía ganador y, con ello, se acercaba a nueve puntos del liderato. Pero un empate que contentó, y mucho, a un Udinese que se veía perdedor. El Inter salió con su pareja atacante de lujo (Adriano-Vieri) y fue quien más tiempo llevó el mando del partido y quien tuvo claras ocasiones para batir la meta de un Morgan De Sanctis que volvía a brillar a gran altura, con sus paradas a disparos de Verón, Mihjalovic y Adriano.
Pero, en el minuto 57, De Santis se comió un disparo lejano de Verón, potente pero centrado. El Inter bajó el ritmo pero siguió dominando, controlando y acercándose con peligro a la meta local. El Udinese forzó algo al final, pero apenas llevó peligro a la meta defendida por Toldo. Pero, en el minuto 90, el casi recién salido Henok Goitom, jugador desconocido, anotaba de cabeza el empate. Desde luego, el primer gol italiano de Goitom, de veinte años y sin apenas haber disputado minutos esta campaña, no pudo ser más significativo para el Udinese y para el artífice. El Inter sigue a once puntos del liderato.
Es cierto que muy pronto gozó de buenas oportunidades para adelantarse en el marcador. Pero también muy pronto sufrió el golpe de la baja de su estrella y goleador ucraniano Andrei Shevchenko (minuto 9), que tuvo que dejar su puesto a Crespo. Shevchenko, al intentar rematar con la testa un balón, recibió un cabezazo fortuito en el rostro por parte de un defensa del Cagliari que deseaba despejar el esférico. Se le apreció un hematoma bajo un ojo y una hemorragia nasal, por lo que fue llevado a un hospital para serle realizada pruebas médicas.
La baja de Shevchenko la notaría en exceso el Milán, pese a su dominio y sus ocasiones del gol ante un Cagliari que también tuvo alguna oportunidad de batir al brasileño milanista Dida. Pasaban los minutos sin gol y con un Cagliari cada vez más asentado y cómodo. Intentó cambiar el guión el técnico milanista Carlo Ancelotti poniendo en liza a los brasileños Serginho (m.57) y Kaká (m.71) por Brocchi y Tomasson. Pero poco después, las cosas empeoraron para un Milán que se quedó en diez por la segunda tarjeta amarilla mostrada a Pancaro. Pese a su inferioridad numérica, el Milán siguió empujando y ello pudo costarle la derrota. Pero tuvo su premio cuando menos se esperaba en el apuntado protestado gol de Serginho. Le vale el liderato.
Un liderato que se dejó en Messina la Juventus al no pasar del empate sin goles, en un partido con novedades tácticas por parte del técnico juventino Fabio Capello pero que vio un triste conjunto turinés en la primera mitad. Un primer tiempo donde el Messina trató de tú a tú a su ilustre rival e, incluso, suya fue la mejor ocasión para irse al descanso con ventaja en el marcador: un remate de cabeza de Zampagna al palo derecho de la meta con Buffon batido (m.29). La Juve defraudaba y los esquemas tácticos (3-4-1-2), que pasaba por un experimento en vista del partido europeo ante el Real Madrid del próximo martes. parecían despistar más a sí mismo que al rival.
En el segundo tiempo, tras la previsible regañina y ajuste de posiciones por parte de Capello, la Vecchia Signora adelantó su eje de rotación y recuperó brillo y dinamismo. Dispuso pronto de dos excelentes ocasiones de gol, pero la media vuelta de Zambrotta (m.47) envió por poco el balón fuera de la meta local y, luego, el sueco Ibrahimovic (m.62) estrelló el esférico en un poste. Parecía cercana la ventaja juventina, pero se volvió a enfriar el equipo visitante y el Messina supo contener. Eso sí, a nueve minutos del final, Ibrahimovic tuvo la ocasión de oro para dar el triunfo a su equipo, pero vio como el meta local se oponía a su cercano disparo. Ibrahimovic, esta vez, no había sabido resolver dos claras ocasiones y su equipo lo pagó con un empate sin goles que le sirve de poco.
El Udinese y el invicto Inter de Milán se jugaba la tercera plaza liguera, que antes del partido estaba en poder del conjunto interista con dos puntos de ventaja sobre el friuliano. Al final, todo sigue igual. Se produjo un empate injusto y amargo para el Inter (su decimosexto), que se veía ganador y, con ello, se acercaba a nueve puntos del liderato. Pero un empate que contentó, y mucho, a un Udinese que se veía perdedor. El Inter salió con su pareja atacante de lujo (Adriano-Vieri) y fue quien más tiempo llevó el mando del partido y quien tuvo claras ocasiones para batir la meta de un Morgan De Sanctis que volvía a brillar a gran altura, con sus paradas a disparos de Verón, Mihjalovic y Adriano.
Pero, en el minuto 57, De Santis se comió un disparo lejano de Verón, potente pero centrado. El Inter bajó el ritmo pero siguió dominando, controlando y acercándose con peligro a la meta local. El Udinese forzó algo al final, pero apenas llevó peligro a la meta defendida por Toldo. Pero, en el minuto 90, el casi recién salido Henok Goitom, jugador desconocido, anotaba de cabeza el empate. Desde luego, el primer gol italiano de Goitom, de veinte años y sin apenas haber disputado minutos esta campaña, no pudo ser más significativo para el Udinese y para el artífice. El Inter sigue a once puntos del liderato.