L D (EFE) El acuerdo alcanzado, que permitirá que el jueves se dispute la totalidad de la tercera jornada de la Serie B (no se jugó la primera y tan sólo se disputaron dos partidos de la segunda), contempla cuatro puntos, entre los que sobresale seis promociones y cuatro descensos al término de la actual 2003-04. Seis promociones y cuatro descensos que contemplan cinco ascensos directos de la Serie B a la Serie A, tres descensos directos de la primera a la segunda categoría. La sexta plaza restante saldrá de un desempate entre el equipo que quede en la decimoquinta posición de la Serie A y la sexta de la Serie B. El perdedor recibirá una indemnización de 5 millones de euros.
Con ello, la Primera División italiana de fútbol contará en la campaña 2004-05 con 20 clubes, dos más de los actuales 18. La Segunda, en cambio, verá descender los actuales de 24 a 22. Para la temporada 2004-05 el acuerdo alcanzado contempla tres descensos y tres ascensos entre la Primera y la Segunda división. El acuerdo, asimismo, contempla que no será infligida penalización alguna a los equipos que no se presentaron el pasado domingo a la segunda jornada, cuyos partidos no disputados -sólo se jugaron dos-, y al igual de la primera jornada, se deberán jugar en próximas fechas.
También se ha acordado la prohibición a los clubes a que puedan acudir en el futuro ante la magistratura ordinaria en asuntos deportivos. De ahora en adelante, quien lo realice será penalizado con seis puntos de descuento en la clasificación. Resulta curioso ver cómo la Primera División italiana 2003-04, que jugó su primera jornada el pasado 31 de agosto, se inició sin estar cerradas todas sus reglas: es decir, sin saber los clubes el número de descensos que debían afrontar. Algo único, ya que toda competición oficial debe iniciarse con los equipos sabedores de todo lo que se juegan
El descontento de los 16 clubes de la Serie B parte de la decisión adoptada hace apenas un mes por la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), autorizada por el Gobierno, de ampliar la categoría a 24 con la admisión de los descendidos Catania, Génova y Salernitana y el ascenso del Fiorentina (estaba en la Serie C-1, especie de Segunda división B). Con esta medida federativa se trataba de zanjar los recursos planteados por diversos clubes ante diferentes instancias judiciales por irregularidades contables y financieras de otras sociedades con el objetivo de ocupar sus puestos.
Con ello, la Primera División italiana de fútbol contará en la campaña 2004-05 con 20 clubes, dos más de los actuales 18. La Segunda, en cambio, verá descender los actuales de 24 a 22. Para la temporada 2004-05 el acuerdo alcanzado contempla tres descensos y tres ascensos entre la Primera y la Segunda división. El acuerdo, asimismo, contempla que no será infligida penalización alguna a los equipos que no se presentaron el pasado domingo a la segunda jornada, cuyos partidos no disputados -sólo se jugaron dos-, y al igual de la primera jornada, se deberán jugar en próximas fechas.
También se ha acordado la prohibición a los clubes a que puedan acudir en el futuro ante la magistratura ordinaria en asuntos deportivos. De ahora en adelante, quien lo realice será penalizado con seis puntos de descuento en la clasificación. Resulta curioso ver cómo la Primera División italiana 2003-04, que jugó su primera jornada el pasado 31 de agosto, se inició sin estar cerradas todas sus reglas: es decir, sin saber los clubes el número de descensos que debían afrontar. Algo único, ya que toda competición oficial debe iniciarse con los equipos sabedores de todo lo que se juegan
El descontento de los 16 clubes de la Serie B parte de la decisión adoptada hace apenas un mes por la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), autorizada por el Gobierno, de ampliar la categoría a 24 con la admisión de los descendidos Catania, Génova y Salernitana y el ascenso del Fiorentina (estaba en la Serie C-1, especie de Segunda división B). Con esta medida federativa se trataba de zanjar los recursos planteados por diversos clubes ante diferentes instancias judiciales por irregularidades contables y financieras de otras sociedades con el objetivo de ocupar sus puestos.