L. D. / EFE.- El nuevo campeón y número uno del mundo no sólo destronó al brasileño Gustavo Kuerten del primer lugar de la clasificación mundial de la ATP, sino que además obtuvo el último torneo del año ganando todos sus encuentros, y repitió lo ocurrido en los torneos previos, al vencer al mismo rival de la primera ronda, hecho que nunca había ocurrido anteriormente.
En el primer set del partido, Grosjean debió remontar un 0-30 para ganar el primer juego, mientras que el australiano mantuvo el suyo en el segundo y quebró al francés en el tercero, jugando con gran autoridad desde el fondo de la pista y atacando la red en forma esporádica pero segura.
La velocidad y precisión de los golpes de Hewitt parecieron incomodar al francés, que comenzó a mostrar deficiencias en los tiros desde su base. El australiano volvió a romper el saque de Grosjean en el quinto, y pese a que el francés se recuperó momentáneamente en el sexto para quebrar al tenista local, Hewitt mantuvo su servicio en el octavo y nuevamente rompió el del francés en el noveno, para ganar el set, 6-3, en 33 minutos.
Las diferencias más acentuadas del primer set fueron el bajo porcentaje de aciertos en el primer y segundo saque de Grosjean y en el número de errores no forzados cometidos por el francés: 14 contra 8 del australiano, mientras que Hewitt fue mucho más efectivo en el segundo saque, con un porcentaje del 78 por ciento a su favor contra un 49 de su rival.
En el segundo set, la imprecisión de los golpes y saques del francés continuaron manifestándose, mientras que el australiano mantuvo la consistencia demostrada en la primera manga. Hewitt rompió el servicio de un frustrado Grosjean en el sexto juego y mantuvo el suyo en el séptimo para tomar una ventaja de 5-2. En el octavo juego, apareció fugazmente el Grosjean de los dos encuentros anteriores, acertando su primer servicio y los golpes largos de revés y derecho, para mantenerse en el set. Pero Hewitt se favoreció de la impaciencia del francés en el noveno juego, asegurándose el segundo set, 6-3, en 38 minutos.
Grosjean “empezó” a jugar al tenis en los primeros siete juegos del tercer set, mostrando mayor efectividad en su saque y en los golpes de derecha, y quitándole por momentos la iniciativa al australiano, pese a que en el séptimo debió superar una desventaja, 0-30, para mantener su servicio. En el octavo juego, Grosjean no pudo capitalizar el segundo quiebro que tuvo durante todo el partido, y el australiano logró ganar su servicio para igualar 4-4. A su vez, Hewitt sí supo aprovechar una de las dos oportunidades para romper el saque del francés en el crucial noveno juego, y mantener el suyo en el décimo para ganar el set, el encuentro, el Masters y demostrar por qué es el nuevo número uno del mundo.
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En el primer set del partido, Grosjean debió remontar un 0-30 para ganar el primer juego, mientras que el australiano mantuvo el suyo en el segundo y quebró al francés en el tercero, jugando con gran autoridad desde el fondo de la pista y atacando la red en forma esporádica pero segura.
La velocidad y precisión de los golpes de Hewitt parecieron incomodar al francés, que comenzó a mostrar deficiencias en los tiros desde su base. El australiano volvió a romper el saque de Grosjean en el quinto, y pese a que el francés se recuperó momentáneamente en el sexto para quebrar al tenista local, Hewitt mantuvo su servicio en el octavo y nuevamente rompió el del francés en el noveno, para ganar el set, 6-3, en 33 minutos.
Las diferencias más acentuadas del primer set fueron el bajo porcentaje de aciertos en el primer y segundo saque de Grosjean y en el número de errores no forzados cometidos por el francés: 14 contra 8 del australiano, mientras que Hewitt fue mucho más efectivo en el segundo saque, con un porcentaje del 78 por ciento a su favor contra un 49 de su rival.
En el segundo set, la imprecisión de los golpes y saques del francés continuaron manifestándose, mientras que el australiano mantuvo la consistencia demostrada en la primera manga. Hewitt rompió el servicio de un frustrado Grosjean en el sexto juego y mantuvo el suyo en el séptimo para tomar una ventaja de 5-2. En el octavo juego, apareció fugazmente el Grosjean de los dos encuentros anteriores, acertando su primer servicio y los golpes largos de revés y derecho, para mantenerse en el set. Pero Hewitt se favoreció de la impaciencia del francés en el noveno juego, asegurándose el segundo set, 6-3, en 38 minutos.
Grosjean “empezó” a jugar al tenis en los primeros siete juegos del tercer set, mostrando mayor efectividad en su saque y en los golpes de derecha, y quitándole por momentos la iniciativa al australiano, pese a que en el séptimo debió superar una desventaja, 0-30, para mantener su servicio. En el octavo juego, Grosjean no pudo capitalizar el segundo quiebro que tuvo durante todo el partido, y el australiano logró ganar su servicio para igualar 4-4. A su vez, Hewitt sí supo aprovechar una de las dos oportunidades para romper el saque del francés en el crucial noveno juego, y mantener el suyo en el décimo para ganar el set, el encuentro, el Masters y demostrar por qué es el nuevo número uno del mundo.
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