Menú

España hace el ridículo ante Canadá y se complica su pase a cuartos

La selección española de baloncesto ha perdido por 91-77 ante Canadá, en su tercer partido de la primera fase de los Juegos Olímpicos de Sydney. Los hombres de Lolo Sáinz pudieron llevarse una derrota mucho más abultada, pero la entrada en cancha de Alberto Angulo y la Bomba Navarro dieron orden a un combinado que ahora debe enfrentarse a Yugoslavia y Australia. Si España se clasifica, algo casi milagroso, se enfrentaría en cuartos de final al Dream Team.


El baloncesto español ha empezado a ser una anécdota irrelevante en los Juegos Olímpicos, un convidado de piedra al mundo de equipos como Yugoslavia, Italia, Lituania o el último verdugo de la selección nacional, Canadá, en el que sólo hay sitio para aquellos que creen en sí mismos. Y ese ha sido el gran problema de España en Sydney. No creyó en nada ante Angola, a la que superó con un sufrimiento desconcertante, regaló un partido clave contra Rusia y, una vez condenada a ir a contracorriente, se vino abajo frente a Canadá de una manera impropia para el buen nombre de todo un subcampeón de Europa.

El miedo ha podido con la selección en Australia. El temor a la derrota ha situado a los internacionales españoles en una situación que sólo les ofrece salidas a ninguna parte: un puesto en cuartos de final para enfrentarse al 'Dream Team' -si gana a Australia, ya que lo que pase contra la inalcanzable Yugoslavia poco puede influir-, o la decepcionante idea de quedar expuesta a una gran debacle en la fase del nueve al doce.

España permitió a Canadá anotar 53 puntos en la primera parte y que, mientras tanto, sólo cogió cinco rebotes; que volvió a esconderse y a no querer saber nada ante el aro del rival, que jugó con el miedo metido en el cuerpo y que, en definitiva, no ha funcionado en ninguno de los tres partidos que ha jugado hasta ahora.

Los canadienses, que en diez minutos ganaban por quince puntos mientras Pete Guarasci se forraba debajo de los tableros (29-14), tenían 25 de ventaja cuando España entró en acción. El panorama se oscurecía por completo en el rebote, donde se echó de menos a Roberto Dueñas, que no pisó la cancha. Cinco rechaces durante la primera parte resumen el bagaje interior español, empeorado aún más por la efectividad de los lanzadores canadienses: siete de once en triples.

En la reanudación del partido, Canadá siguió aumentado la diferencia, que alcanzó una máxima referencia de veintisiete puntos (72-45 m.28). Como contra Rusia, como tantas otras veces en años que parecían olvidados, la selección española encontró su juego cuando ya no había nada que hacer. A partir de la entrada en cancha de Alberto Angulo y Juan Carlos Navarro fue cuando entonces presionó, buscó tiros rápidos y presionó, pero su obligación era haberlo hecho antes, y no cuando los Juegos se le habían ido de las manos.

Temas

En Deportes

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura