Héroes a su pesar: diez militares cuentan su experiencia en la zona cero de la devastación de la DANA
17.400 militares han estado involucrados en tareas de apoyo. Algunos llevan en Valencia desde los primeros días. Otros van y vuelven en rotaciones.
La noche del martes 29 de octubre una DANA o Gota Fría azotó con una fuerza extraordinaria la provincia de Valencia. Las lluvias torrenciales provocaron el desbordamiento del Barranco del Poyo y del río Magro -uno de los afluentes del Júcar- , ocasionando una de las peores inundaciones de la historia en la zona. Las autoridades cifran la tragedia en 222 muertos en la Comunidad Valenciana y 4 personas desaparecidas.
Los primeros rayos de sol del miércoles 30 de noviembre permitieron comprender la magnitud del desastre. Poblaciones con decenas de miles de habitantes anegadas por el agua, vehículos de todo tipo arrastrados y convertidos en chatarra, aparcamientos inaccesibles por el agua, carreteras y vías férreas cortadas, puentes arrastrados por la corriente, casas destrozadas o en serio riesgo de derrumbe… Todo ello provocado por la velocidad y ferocidad del agua.
Las Fuerzas Armadas se desplegaron desde el mismo día de los hechos. Primero lo hicieron los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Después llegaron medios del Ejército de Tierra, la Armada, el Ejército del Aire y el Espacio y la Guardia Real. En estos momentos, más de 17.400 militares han pasado en diferentes rotaciones por la zona devastada para ayudar en la vuelta a la normalidad.
Un mes después de los trágicos hechos, Libertad Digital habla con algunos de esos militares que están en las zonas arrasadas por el agua, o que han formado parte de las rotaciones enviadas a esta zona cero del desastre, para tratar de reconstruir cómo es el trabajo que llevan realizando desde hace semanas los efectivos de las Fuerzas Armadas españolas desplegados en la provincia de Valencia.
Irene Ballesteros. Teniente de la Bandera de Zapadores II de La Legión.
"Llegué a Valencia en la primera oleada de La Legión. Empezados a preparar todo el jueves 31 de octubre por la noche y llegamos a Valencia el día 1. Estuvimos desplegados hasta que llegó unos días después nuestro relevo. Ahora hemos regresado. Formamos parte de la sección de máquinas. Llevamos 4 minimáquinas, un volquete y una retroexcavadora, además de camiones y varias plataformas para transportar las máquinas".
"El primer día la UME nos mandó a Paiporta y cada día nos iban dando diferentes trabajos. Un día fuimos a ayudar a Benetúser, pero casi siempre estuvimos en Paiporta. Nos mandaron a limpiar y vaciar el aparcamiento del supermercado Hiperber, en la calle Valencia de Paiporta, que comparte con una urbanización. Antes de que nosotros entrásemos sacaron algunos cuerpos. Hemos sacado más de 70 vehículos y muchísimos escombros y lodo".
"Hemos tenido mucha relación con los vecinos de la urbanización de ese aparcamiento. Montamos allí un pequeño puesto de mando y los vecinos se han volcado con nosotros. Nos bajaban comida y café a diario e, incluso, gominolas. Nos ofrecían sus cuartos de baño. Al regresar por segunda vez alguno me ofrecía las llaves de su casa para descansar y no ha dicho que ya somos parte de su familia".
"Hemos sacado escombros y lodo de colegios, estuvimos limpiado la plaza San Jordi de Paipota, en la que también tratamos de habilitar su biblioteca para que pudieran utilizarla cuanto antes. Nos dijeron que querían utilizarla como colegio. Ayudamos también para sacar todo el material en descomposición que había en un supermercado".
"Los vecinos te piden ayuda y, dentro de la medida, siempre tenemos algún momento para liberar una máquina y hacer favorcillos. Retirar una puerta con una máquina, ayudar a ancianos a subir y bajar de sus casas por las escaleras porque no funcionan los ascensores. Hay muchas peticiones que no podemos atender, pero las que podemos lo hacemos".
Armando Salazar. Brigada del Grupo de Intervención en Emergencias Tecnológicas y Medioambientales (GIETMA) de la UME.
"Mi unidad salió para Valencia el viernes 1 de noviembre. Lo que más impresiona fue ver zonas que estaban totalmente devastadas. Nos encontramos con un gran desastre: coches apilados, vías de comunicación cerradas… Verlo en persona impresiona. Durante mi despliegue en la zona de Valencia estamos realizando misiones muy variadas".
"Hemos recogido vertidos de gasoil de calderas que se han roto en casas de afectados por la DANA o que se han derramado en los garajes. Lo hemos recogido y llevado a puntos limpios para que no se vaya por las alcantarillas. Hicimos lo mismo en una industria que trabajaba con derivados del plástico. Nos llevamos un producto químico que era tóxico. Si se hubiera ido por la canalización hubiera ampliado el problema de la riada".
"Otras de las misiones fue retirar la carne podrida de una empresa cárnica que había estado 10 días sin luz. Toda la carne estaba podrida. Era un riesgo para la salud. Hay que gestionar esos residuos para no provoquen infecciones. También varios supermercados que estaban llenos de lodo y donde los alimentos llevaban varios días pudriéndose. El olor era tan fuerte que nadie había entrado a limpiar".
"Hemos atendido muchos avisos de gente que se estaba intoxicando por monóxido de carbono en garajes por el uso de las motobombas. En Chiva tuvimos un par de casos que sumaron 14 intoxicados. Si estás mucho tiempo dentro del garaje, aunque haya poco monóxido del propio funcionamiento de la máquina, te puedes desmayar. Tenemos ventiladores para hacer una ventilación forzada de los garajes, sacar humo o meter aire hacia adentro".
"Un día vimos a gente limpiar un colector a mano. Ves muchas cosas que sabes que son peligrosas, porque dentro del alcantarillado hay gases peligrosos, como el ácido sulfhídrico, que va desplazando al oxígeno, no lo notas y te desmayas. Sale por la descomposición de la materia orgánica. Hicimos mediciones para que pudieran trabajar seguros. Cuando ves gente trabajando dentro de tuberías vas a hacer mediciones para ver que trabajan seguros y darles unas instrucciones de cómo deben hacerse".
"Hemos trabajado también en archivos o bibliotecas. En los sótanos donde se han mojado muchos libros o papeles aparece monóxido de carbono. Nos ha pasado en las bibliotecas de Paiporta y Sedaví. Es algo que nos hemos encontrado ahora por primera vez. Podría haber casos de intoxicación porque nadie se da cuenta, suelen ser sitios grandes con mucho trabajo que realizar y donde se pasan muchas horas limpiando. El Ejército de Tierra entraba a limpiar y nosotros vamos controlando con los medidores".
Enrique Cortés. Capitán del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) del Ejército del Aire y el Espacio.
"El EZAPAC es la unidad de Operaciones Especiales del Ejército del Aire. Tenemos capacidades y equipamiento fuera de lo normal, un poco único. Nos activaron la madrugada del viernes 1 de noviembre. Salimos un grupo de unos 65 y en cuanto llegamos a zona pusimos nuestras capacidades al servicio de la Unidad Militar de Emergencias. Una de las misiones más intensas es la de la búsqueda de desaparecidos".
"Utilizamos nuestros drones para visualizar zonas donde podía haber desaparecidos, para reconocer el terreno para que cuando nuestra gente llegase supiese lo había. Nos hemos metido en barrancos llenos de agua, hemos bajado utilizando diferentes técnicas para ver si había desaparecidos. Esta es una de las misiones más intensas que hemos hecho, es muy ardua, son muchísimas horas y muchas veces no tiene un resultado tangible".
"La gente queda exhausta, pero va muy motivada a este tipo de misiones. Ha habido momentos en que hemos encontrado personas desaparecidas estando las familias en las proximidades. Es un tipo de misión que se termina convirtiendo en personal. Merece mucho la pena encontrar a una persona desaparecida porque así las familias quedan tranquilas y pueden velarles".
"Hemos utilizado nuestra maquinaria para abrir vehículos y ver si había gente dentro. O para la apertura de viales, usando los sistemas de recuperación. Hemos preparado zonas para el aterrizaje de helicópteros, las hemos limpiado, señalizado y marcado cuál es el punto de toma para que pudiesen hacer una recuperación de personal de forma segura. Éramos los ojos de los helicópteros sobre el terreno".
"También se han hecho trabajo de ayuda humanitaria, con reparto de alimentos y agua, y hemos ayudado a la población cuando nos lo han requerido. Como tenemos sanitarios en el equipo, hemos dado soporte sanitarios en localidad de difícil acceso, donde nuestras ambulancias todoterreno sí podían llegar y otros medios no lo hacían".
Jaime Cornago Alba. Teniente de la Brigada de Infantería de Marina "Tercio de Armada"
"Mi unidad llegó el sábado 16 por la tarde. Llegamos como relevo del primer contingente que llegó y lo hicimos con muchas ganas de trabajar. Estamos realizando diversos cometidos, principalmente en desescombro y limpieza. Yo personalmente trabajo mano a mano con la Unidad Militar de Emergencias. Ellos reciben peticiones de los ayuntamientos y nos centramos, principalmente, en zonas públicas, como parques o plazas".
"Estamos realizando también tareas CIMIC (cooperación cívico-militar). Vamos a distintos centros de distribución para paletizar, clasificar y hacer entregas de material con nuestros camiones. El contacto con la población civil está siendo muy positivo. Ha habido situaciones que me han conmovido mucho".
"Estuvimos limpiando la plaza de un pueblo. Se recuperan los colores de la plaza, los columpios, los bancos… Allí había una chica que todos los días con un puestecillo donde ofrecía café caliente. Estuve hablando con la chica y me dijo que vivía en la misma plaza, que tenían 30 años, había perdido su casa, su trabajo, que estaba viuda y que tenía un hijo con autismo. Y estaba siempre con una sonrisa, ayudando al prójimo. Es conmovedor cómo una persona que lo ha perdido todo está día a día trabajando para los demás siempre con una sonrisa".
Javier Monteverde. Teniente del Batallón de Zapadores de la Brigada Paracaidista del Ejército de Tierra
"Hemos tenido dos misiones principales que han ido evolucionando con el paso de los días. La primera fue en la Rambla del Poyo, donde estuvimos tratando de localizar vehículos y personas sepultadas por los sedimentos de la riada. Utilizamos para ello georadares, que permiten detectar densidades cambiantes en los terrenos, y nuestros detectores de metales, que discriminan las grandes placas metálicas de otros metales más pequeños".
"Sin esos medios habría sido como trabajar a ciegas. El primer día encontramos siete vehículos enterrados. Trabajamos apoyándonos en maquinaria pesada. De modo que si no podíamos desenterrarlos a mano, con pico y pala, la maquinaria ayudar para ir desenterrando a mucha más profundidad".
"La segunda misión ha sido, con apoyo de maquinaria, limpiar un parque infantil que había quedado anegado por el lodo y barro. Empleamos para ello una mini-máquina. También estuvimos en un colegio en Alfafar, que estaba repleto de lodo y escombros. Los hemos limpiado para que se pudiera volver a la normalidad lo antes posible. Es el trabajo previo necesario para que después puedan volver a ser utilizados por los niños".
Enrique Serantes. Brigada de la UME y Jefe de Pelotón Cinológico
"Nuestro batallón (BIEM II) es el único de la UME que tiene dos pelotones (PN) cinológicos, uno en Morón (Sevilla) y otro en Tenerife. En un primer momento se activó al PN de Morón, al mando de la Brigada Parralo, que llegó a valencia el día 30, con perros de búsqueda de personas vivas y fallecidas. Al ver la magnitud de la emergencia, y las características de lo ocurrido, se empezó a trabajar solo con los perros de cadáver".
"El 4 de noviembre se activó al PN de Los Rodeos (Tenerife) y vinimos en avión con 2 perros de búsqueda de personas fallecidas. Al ser el más antiguo en el empleo tomé el mando de la unidad de perros, dejando en zona 4 canes para búsqueda de personas fallecidas y replegando a los perros de vivos a Morón. La unidad se articula en dos equipos, con dos vehículos con dos perros cada uno. Los perros que tenemos ahora mismo trabajando son pastor belga malinois. Se llaman Thor, Turco, Choni y Ziny".
"Nuestro trabajo desde que llegamos ha sido la búsqueda de personas fallecidas, en los cauces de los barrancos y en las zonas inundadas por los mismos, dentro de la zona de acción de nuestro BIEM. Hasta la fecha hemos localizado 5 cuerpos, 4 por los perros y uno en superficie. Hicimos también el reconocimiento con perros en el parking del centro comercial Bonaire, sin ningún resultado".
"El contacto con la población ha sido escaso, porque solemos estar en zonas más solitarias, pero el que hemos tenido ha sido excelente, mucho apoyo de la población. El nuestro es un trabajo muy metódico, vamos parcela a parcela revisando con los perros, la zona que limpiamos se registra por GPS para que quede constancia de dónde y por dónde ha pasado el perro. Así luego podemos comprobar toda esa información e ir creando un mapa de todas las zonas revisadas e ir cerrando sectores y planear nuevas zonas de búsqueda".
José Luis Pedreño Giménez. Sargento de la Brigada de Infantería de Marina "Tercio de Armada"
"Llevamos desplegados en Valencia once días. Hemos estado realizando tareas de limpieza en garajes, ayuntamientos, calles y plazas… Y hemos realizado bastantes labores CIMIC (cívico-militar), paletizando y cargando camiones para que el material necesario pueda llevar a los puntos donde se necesita. Estamos centrados en Paiporta, pero para cometidos CIMIC también hemos ido a Catarroja y Albal".
"Es habitual que los vecinos te pidan que les eches una mano y se hace cuando se puede. En el primer garaje al que entramos se me acercó un vecino y me pidió ayuda para limpiar su trastero. Me puse con él a limpiarlo. Le miré a la cara y estaba totalmente desencajado, porque en ese trastero estaban sus enseres personales. Estaba intentando ver qué podía recuperar de todo aquello. Uno se pone en su situación y te inunda una enorme tristeza".
"En ese mismo garaje, hablando con una familia que vivía en un bajo, nos contaron que ellos se dieron cuenta de lo que estaba pasado cuando les reventaron por el agua los armarios empotrados. Acto seguido les empezó a entrar agua en la casa por los desagües. Fui con ellos a la vivienda y no tenían ni suelo. El agua se había llevado la tarima flotante. Aun así, la gente te está todo el día ofreciendo café, guantes, te pregunta qué necesitas tú. Si les pides algo se buscan la vida para conseguirlos. A unos vecinos les pedimos una Kärcher para limpiarnos un poco el uniforme y nos la consiguieron".
Carlos Vera. Capitán del Regimiento América 66 de Cazadores de Montaña.
"Yo y mi unidad fuimos el tercer relevo del Regimiento América 66 en la provincia de Valencia. Fuimos destinados a la zona este de Paiporta. Nuestros cometidos principales, en coordinación con la Unidad Militar de Emergencias, fueron la limpieza de calles y jardines, desescombro, garajes prioritarios y la retirada de todos los enseres que dejaban los vecinos en la calle. La UME nos marcaba nuestros cometidos cada 12 horas".
"Durante nuestras labores estuvimos atendiendo pequeñas peticiones de la población civil que acometes por humanidad y que son compatibles con la orden principal. Iban saliendo pequeños trabajos continuamente. Ahí es cuando más contacto tienes con el ciudadano y cuando la recompensa personal es mayor. Cuando se ayuda a alguien y le miras a los ojos, la satisfacción es mucho mayor. Es en esos pequeños actos concretos cuando sientes la utilidad práctica de lo que haces".
Esperanza Peña. Cabo de la Brigada de Infantería de Marina "Tercio de Armada"
"Mi cometido es limpiar y lo que haga falta. Cada día nos asignan una zona diferente. Recuerdo que los primeros días, cuando llegaba el camión con militares y bajábamos, la gente aplaudía. Ahora ya nos conocen por nuestros nombres. Y nosotros también conocemos a algunos vecinos por sus nombres. Tenemos un trabajo duro, estamos pico y pala todo el día, pero el cansancio desaparece cuando viene la gente a despedirse de ti al acabar la jornada".
"El cariño de la gente hace que desaparezca el dolor del cuerpo tras las duras jornada. Lo convierte en un trabajo muy gratificante. En uno de los puntos de limpieza, teníamos que ir al baño al lado de una instalación para personal jubiladas. Allí había cada día siete u ocho jubilados. Todos los días me dan un abrazo camino del baño. Me dicen que ya soy como su nieta. Para ellos soy Esperanza, no un militar".
"En el auditorio de Masanasa, donde hemos estado limpiando varios días, había una señora en el balcón con dos niños. Los días siguientes a que llegáramos nos saludaban desde el balcón porque tenían miedo a bajar. Uno de los días bajó por primera vez desde la riada para darme un abrazo".
Cristina Pampliega. Comandante del Ejército del Aire y el Espacio. Jefa del 803 Escuadrón de Fuerzas Aéreas.
"Mi unidad lleva desplegada desde el primer día. Llevamos un helicóptero a Bétera (Valencia) el mismo miércoles. El domingo desplegamos un segundo helicóptero NH-90. Ahora estamos rotando con otras unidades. Nosotros siempre tenemos un NH-90 desplegado, y para aportar el segundo helicóptero disponible se van turnando entre el Ala 49 y el Ala 78, con un Sikorsky S-76".
"La misión ha ido evolucionando con el paso de los días. Las primeras jornadas hacíamos búsqueda de desaparecidas en la zona del litoral y hasta 7 millas mar adentro. También hemos estado ubicando los coches que arrastraban la corriente. Hemos hecho vuelo para coger coordenadas y matrículas de los coches, se bajaba a los rescatadores con la grúa y miraban si había personas dentro de los vehículos o no y se daba aviso a los compañeros del Ejército de Tierra para que pudieran retirarlos con los helicópteros Chinook".
"Estamos haciendo muchos vuelos de reconocimiento con mandos e ingenieros de la UME para ver la evolución de los trabajos, comprobar la situación de las presas, viendo la orografía, recogiendo personal, como a los jefes de los grupos tácticos para reuniones en Bétera, a los que devolvíamos a sus puestos de mando por las noches, en vuelos con gafas de visión nocturna. Hemos recogido también a equipos de trabajo de la UME en otras comunidades autónomas para traerlos a Valencia".
"Lo que más me ha impresionado ha sido ver el Barranco del Poyo, que lleva ahora mismo un hilo de agua muy pequeño. Y al lado de su cauce, todo destrozado. Coches volcados, puentes derruidos… Te haces una idea perfecta de lo que pasó".
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