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Domingo de Resurrección de 1920, el regreso de Gallito a la Maestranza

Un mes y medio antes de su muerte el genio de Gelves volvió a torear en la Maestranza de Sevilla un domingo de Pascua.

La Real Maestranza de Caballería de Sevilla | Archivo

El Domingo de Resurrección en Sevilla es la fecha más importante de la temporada taurina. Durante décadas lo inmortalizado Curro Romero, que hizo 23 paseíllos en el albero maestrante en esa fecha, y en los últimos años es Morante de la Puebla el que ha tomado el relevo del faraón de Camas. Todos los toreros sueñan con torear el domingo de Pascua en Sevilla.

Hoy tendríamos que estar recordando lo difícil que fue conformar el cartel del Domingo de Resurrección que abría la temporada en el coso Maestrante esta temporada que se ha truncado por la pandemia del Covid-19. También estaríamos esperando a que esta tarde fuera histórica y muchos miles de aficionados salieran toreando hacia el Guadalquivir. Ese Morante, Talavante y Roca Rey con toros de Garcigrande tendrá que ser en otro momento, quizá en 2021 e incluyendo como sea a Pablo Aguado, nuevo rey de Sevilla.

Sin embargo estamos en el año del centenario de la muerte del Rey de los Toreros, José Gómez Ortega Gallito o Joselito, y toca hablar de otro momento en la historia del genio de Gelves. En este caso es el de la primera corrida de toros que toreó en España tras su única temporada americana en el invierno de 1919 y 1920. No es la única vinculación del torero con la Semana Santa ya que Gallito fue hermano de la Macarena y uno de sus grandes benefactores. La virgen vistió de luto tras su muerte.

El torero había retrasado esta gira por la enfermedad y muerte de su madre, Gabriela Ortega, y, finalmente, embarcó hacia el Nuevo Mundo el 8 de noviembre de 1919. Toreó nueve tardes con gran éxito en la plaza de Acho en Lima y en una escala en Montevideo a su regreso mató un novillo clandestinamente en una fiesta en su honor del Club Guerrita local ya que los festejos taurinos estaban prohibidos en Uruguay. Gallito llegó a Cádiz el 19 de marzo de 1920 para comenzar la que sería la última temporada de su vida.

Paz en Sevilla

Las últimas temporadas habían sido muy convulsas en la vieja Hispalis. El sueño de Gallito de popularizar el toreo a través de la construcción de plazas de toros monumentales con precios más asequibles para que más gente pudiera ir a los toros chocó con la aristocracia sevillana y su Real Maestranza de Caballería. El proyecto de construcción de la Monumental de Sevilla comenzó en 1915 y se extendió hasta 1918, el año de su inauguración. Tras un retraso de más de un año al final el torero de Gelves se había salido con la suya.

El único resto que queda de la plaza de toros Monumental de Sevilla.

En la temporadas de 1919 Gallito y su rival y amigo Juan Belmonte, los toreros que más esperaba la afición sevillana, se reparten entre las dos plazas con una Feria de Abril dividida. Al final de esa temporada una empresa Taurina Sevillana se hace cargo de ambos cosos y Joselito y Belmonte vuelven a torear juntos en Sevilla en 1920.

Sin embargo el coso ideado por Gallito, cuyos últimos restos se pueden ver en la actual avenida de Eduardo Dato, sobrevivió en activo unos meses más a la muerte del torero de Gelves y se clausuró en otoño de ese año.

Gallito vuelve a la Maestranza

El torero recién regresado de América se dividió en su efímera temporada sevillana entre la Monumental y la Maestranza. A esta última volvió en su primer festejo en España el 4 de abril de 1920, Domingo de Resurrección. Fue una corrida de ocho toros de González Nandín para Joselito El Gallo, Juan Belmonte, Ignacio Sánchez Mejías, cuñado del torero de Gelves, y Manuel Jiménez Chicuelo.

La prensa de la época recoge un "lleno rebosante" en la Maestranza y un "negocio enorme" para los reventas entre los que hubo detenciones por la policía por "los abusos que cometían". El cartel lo merecía. Las dos principales figuras del toreo toreando juntos en Sevilla con otros dos toreros sevillanos que estaban empezando a despuntar.

Joselito y Belmonte en la plaza de Murcia en abril de 1920.

El diario ABC cuenta que "Joselito, que había toreado por verónicas haciéndose aplaudir, hizo con la muleta una faena muy adornada y valiente, y terminó de una estocada en buen sitio y un descabello (muchas palmas)". En La Correspondencia de España se cuenta de manera más efusiva. Asegura el cronista que "Joselito se apodera del bicho en pocos pases y luego se adorna, cogiendo los pitones y arrodillándose. Deja una estocada en buen sitio y descabella. Palmas".

En su segundo toro, el quinto de la tarde, el cronista de ABC cuenta que "Joselito veroniqueó al quinto y le hizo dos quites que el público aplaudió. Tomó después los palos, y al compás de la música clavó un gran par al hilo de las tablas; cambió a continuación y terminó con uno de dentro a fuera que fue ovacionado. Con la muleta resultó la cosa deslucida quizá porque el toro tenía un defecto en la vista y tal vez por la misma razón José limitose a despachar a su enemigo de una estocada fea, con derrame". En La Correspondencia de España también apuntan al "defecto en la vista" del toro.

En ambas crónicas destacan las faenas de Ignacio Sáchez Mejías al tercero de la tarde y la de Manuel Jiménez Chicuelo al cuarto. Sin embargo, Juan Belmonte no tuvo su tarde. Un primer toro difícil y un segundo "que parecía una cabra" y era "también manso".

Cuando acabó la corrida según La Correspondencia de España que "Joselito, Juan Belmontc y Sánchez Mejías salieron en el expreso para Madrid". Al día siguiente Joselito El Gallo, Belmonte, Manuel Varé Varelito y Sánchez Mejías, que confirmaba alternativa, lidiaron al corrida de la Beneficencia con toros de Vicente Martínez.

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