En Las Ventas no cabe un alfiler
La plaza más importante del mundo no quiere que se hable de toros.
Taurodelta, la empresa que gestiona el coso venteño reparte cada año doscientos pases a favor de medios de comunicación nacionales e internacionales, pero parece que en Las Ventas no cabe un alfiler ya que de los doscientos pases de prensa de este año ninguno es para esta casa. Esradio y Libertad Digital no tiene acreditación para cubrir la feria con más renombre de la tauromaquia, y digo bien, en singular, acreditación, puesto que tan solo se pidió una.
Hace un par de meses, yo misma fui a ver a José Ignacio de la Serna, jefe de prensa de Taurodelta y cuál fue mi sorpresa cuando me confesó con tono despectivo que no conocía el programa, cosa que no es cierta y no pude desmentir allí mismo, por no dejar a alguno "con el culo al aire" , y perdón por el atrevimiento, ya que desde el mismo departamento de prensa de Las Ventas nos habían mandado vía sms felicitaciones por el programa hacía ya algunos meses.
Pero lo que más sorprende no es eso, lo que más sorprende es la actitud pasota y un tanto chulesca de un responsable de prensa que se pavonea de no conocer, o al menos eso dice, la existencia de un nuevo programa taurino, de una emisora como Esradio.
Me pregunto absorta si ¿quizá sea demasiada la información taurina que se está ofreciendo hoy en día para el señor de la Serna? Quiero pensar que la ignorancia es muy atrevida, o probablemente les dé igual que se hable de toros, eso no les interesa.
Les importa el negocio, cubrir el cupo, calcular beneficios y después el abono, por este orden. Pero como cualquier empresa, Taurodelta tiene una obligación, una responsabilidad con sus clientes, con la afición de Madrid que año tras año soporta estoicamente una feria cada vez más aburrida y con los medios de comunicación que quieren informar acerca de lo que pasa en el ruedo y, por qué no, en los despachos.
Pero reitero, les da igual que se quiera informar, que surjan programas nuevos, los papeles para esta representación ya están repartidos desde hace mucho tiempo, y la estructura que sostiene este espectáculo está cada vez más viciada.
Nosotros lo tenemos claro, vamos a informar de lo que ocurra en el ruedo, y fuera de él si es de la incumbencia del aficionado. Estaremos en Las Ventas, sin haber sido invitados, y vamos a informar porque amamos los toros, porque queremos un espectáculo digno y porque tenemos un profundo respeto por la profesión y por el aficionado que hace posible que el abono de la primera plaza del mundo se cubra año tras año aun a riesgo de ver un serial aburrido, plomizo, tedioso, soporífero, aletargado y entumecido, y quizá esto último sea lo más preocupante porque ser un síntoma claro de la falta de vigor y vitalidad que hay en la fiesta.
La paciencia, o mejor dicho, el estoicismo del aficionado tiene un límite y con actitudes y aptitudes como las de Taurodelta, la fiesta pende de un hilo muy fino. Esa condición endogámica es mucho más dañina que la de los propios antitaurinos.
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