La bella estampa de los toros de Miura ha cerrado los encierros de los sanfermines de este año, con la carrera más corta de las fiestas, que se ha saldado con al menos seis trasladados al hospital, entre ellos uno con un importante varetazo, un golpe de cuerno, en la espalda, según fuentes sanitarias.
Durante todo el trayecto, los toros han permitido con su tradicional nobleza bonitas carreras hasta la curva del callejón de la plaza, donde seis mozos se han visto atrapados entre el vallado y las astas.
La propia velocidad de los Miura, que han hecho la carrera en dos minutos y diez segundos, ha hecho que la torada se empotrase contra el vallado derecho al superar una curva de Telefónica, lo que ha creado un momento de confusión, tensión y peligro a pesar de que los animales también aquí han ignorado a los corredores.
La torada, la de mayor volumen de las fiestas, con ejemplares entre los 580 y los 660 kilos de peso, ha salido de los corrales de Santo Domingo liderada desde un principio por uno de los astados de color negro.
Juntos y veloces
Unida ha recorrido los primeros metros hasta el encuentro con los corredores, a los que como es habitual en Miura no han prestado ninguna atención. Juntos y veloces han subido la Cuesta de Santo Domingo por el centro de la calzada, salvo un único derrote por la derecha de uno de los toros que no ha alcanzado a ningún corredor, y agrupados también han entrado y cruzado la Plaza del Ayuntamiento.
Con algún patinazo, la manada ha accedido a la calle Mercaderes, donde la velocidad ha hecho que parte de los mansos comenzaran a quedarse descolgados. De hecho, al llegar a la curva de la calle Estafeta solo uno de los cabestros ha sido capaz de seguir junto a los toros, que han resbalado en este punto pero sin llegar a caer al suelo.
En el resto de esta calle, la carrera de los Miuras ha sido vertiginosa, mirando de frente, como si no hubiera corredores, que sin embargo han sufrido repetidas caídas por no poder seguir su ritmo e intentar colocarse ante las astas.
La zona más peligrosa
Ha sido en la curva del tramo de Telefónica que precede al callejón donde la torada se ha ido contra el vallado derecho y allí ha atrapado a un grupo de mozos. Uno de ellos ha caído sobre el lomo de un toro tras ser volteado, mientras otros han sido pisados, y uno ha sufrido un importante varetazo en la espalda y levantamiento de parte del cuero cabelludo.
Pese a la tensión, los de Mirua no han atendido a nadie y han continuado su camino por el callejón, lo que ha evitado seguro un peligro mayor.
Los toros han accedido cuando había transcurrido 1 minutos y 59 segundo desde su salida de los corales, un tiempo que se ha prolongado once segundos más hasta que han llegado los mansos y juntos han ido a chiqueros.