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La alegría de Fandi se llevó la tarde

Manzanares perdió el triunfo con la espada y Talavante se estrelló con el peor lote.

El Fandi, en una imagen de archivo | Cordon Press

Segundo lleno en la Feria de Pentecostés. El precioso anfiteatro romano de Nimes se engalanó para un festejo en el que se anunciaban El Fandi, José María Manzanares y Alejandro Talavante con toros de Núñez del Cuvillo. Tras el paseíllo, el público galo aplaudió al alicantino en señal de reconocimiento a la figura de su padre, recientemente fallecido.

Fandi abrió plaza gustándose con un galleo que le sirvió para cuadrar al toro en el tercio de varas. El granadino inundó de alegría los tendidos con un vistoso tercio de banderillas marca de la casa. Ya en la muleta, el de Núñez del Cuvillo le obligó a jugársela en la distancia corta, con embestidas más cortas que obligaron al torero andaluz a perder varios pasos tras cada pase. El resultado fue una faena en la que no faltó la emoción y los mejores momentos llegaron por el pitón derecho. La espada dejó a Fandi sin trofeos, pero el granadino saludó desde el tercio tras las palmas que el respetable brindó al toro en el arrastre.
En su segunda faena, sorprendió en el capote por zapopinas y armó un buen lío en el tercio de banderillas, que incendió a un público entregado al estilo festivo que tanto ha paseado Fandi por las distintas plazas de Europa y América. Ya en la muleta, el granadino lo dio todo para convencer: empezó de rodillas, toreó después en redondo, se adornó al final de cada serie y dejó una buena estocada que le permitió cortar un apéndice.
Manzanares recibió a su primer oponente con un ramillete de verónicas que dio paso a un tercio de varas en el que el de Cuvillo embistió al caballo del picador hasta tumbarlo. Tras un tercio de banderillas en el que la cuadrilla del matador alicantino estuvo muy solvente, Manzanares cuajó una correcta faena en la que no faltó suavidad en los toques y elegancia en la figura. Bordó la suerte de matar en su segunda intentona y fue aplaudido por los miles de espectadores que abarrotaban el anfiteatro de la preciosa ciudad gala.
En su segunda oportunidad, Manzanares gustó en el toreo de capa, especialmente por tafalleras. Ya en la muleta, supo lucir al de Cuvillo, dándole distancia para lucir sus animadas y largas embestidas mientras sonaba la "Concha flamenca". La emotividad que Manzanares persiguió durante toda la faena se esfumó por el mal uso de la espada. Toro y torero fueron aplaudidos.
Talavante se estrelló con el peor lote de la tarde. Devolvió al tercero pero tampoco con el sobrero pudo hacer gran cosa. Ya en el último de la tarde, volvió a intentarlo pero su buena actitud no fue suficiente y Nimes se quedó sin admirar el inspirado toreo artístico del diestro extremeño.

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