La polémica por la retirada en dos salas de los nombres de Fernando Arrabal y Max Aub, que finalmente se mantienen, ha rodeado la presentación de Naves Matadero. Centro Internacional de Artes Vivas, cuya apuesta por el arte contemporáneo ha generado quejas del sector del teatro.
La propuesta, de la que está a cargo Mateo Feijóo, se desvincula por primera vez del Teatro Español y da más espacio a la danza, la performance o la música, lo que ha provocado descontento en profesionales de las artes escénicas que han intervenido defendiendo que la oferta estaba consolidada y que las artes vivas podrían haberse localizado en espacios actualmente sin uso.
Danza urbana, documentales, música electrónica en el espacio de la cafetería de la nave 11, un nuevo espacio expositivo y en el terreno escénico compañías extranjeras –la italiana Motus, el dramaturgo suizo Milo Rau o los franceses Divergences– completan una apuesta cultural que da un giro a las naves de Matadero.
Feijóo ha defendido que su proyecto, que ganó un concurso público, respondía al requerimiento de integrarse en el Centro de Creación Contemporánea de Matadero y ha asegurado que en las artes "los territorios se han entrecruzado y las fronteras ya no existen" y ha pedido "tiempo" y "tranquilidad" para "ver qué pasa". En el caso de que la gente considere que no es la persona "adecuada" se irá, ha señalado.
Junto a las críticas por la programación, se ha vivido la polémica por la retirada del nombre de los dramaturgos Fernando Arrabal y Max Aub de dos de sus salas, que finalmente se mantendrán. La delegada de Cultura, Celia Mayer, ha querido zanjar el debate, preguntada por el motivo de que no figurasen los rótulos de los dramaturgos, ha señalado que el espacio estaba en "transformación" y que tenían que "sentarse a debatir" sobre la inscripción de los nombres.