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La Zarzuela declara la guerra a la naftalina

La temporada 2016-2017 del Teatro de la Zarzuela es un derroche de ideas para satisfacer al público actual y, de paso, regenerarlo.

La temporada 2016-2017 del Teatro de la Zarzuela es un derroche de ideas para satisfacer al público actual y, de paso, regenerarlo.
Presentación de la temporada 2016-2017 | Teatro La Zarzuela

Apenas siete meses en el cargo han bastado a Daniel Bianco para poner patas arriba el Teatro de la Zarzuela. Para bien: de detalles técnicos (cambio de iluminaciones en varias estancias) a mejoras en el recinto (la por muchos ansiada instalación de un ascensor), culminando en la presentación de la nueva temporada, sobre el mismísimo escenario, con atractivos diseños de cartelería (de Javier Díaz) y con sorpresa final de Ruth Iniesta y Miguel Huertas haciendo un repaso musical a los títulos que veremos a partir de octubre.

Secundado por Montserrat Iglesias, la directora general del INAEM, que ha desvelado el promedio de ocupación de la temporada cesante, un 78% -más de 74.000 espectadores- y ha afirmado estar satisfecha con la labor de Bianco ("Está cumpliendo lo prometido: dar una nueva luz respetando el género"), el argentino ha afirmado soñar con que llegara este día y poder anunciar "una temporada para todos, para el público fiel y para acercar a los más escépticos".

Con una media hora de retraso de lo más castiza ha hecho su aparición el Ministro de Educación, Cultura, y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, quien ha declarado ser un gran admirador del género -en un político ya es extraño incluso que lo conozca-: "Un defecto que tenemos los españoles es que abrimos mucho los ojos y la boca con lo que ocurre allende nuestras fronteras. No hay mayor calidad teatral, ni más barata, que la de España. Y esto no es propaganda ministerial", ha declarado, además de solicitar, con retranca, la posibilidad de cantar él mismo en el teatro.

Más zarzuela, más de todo

Una de las principales novedades es el número de representaciones: 140, un 20% más, un dato muy positivo después de que importantes títulos de esta temporada como Juan José o el doble programa de Durón -siete y cinco funciones, respectivamente- pasaran como un suspiro por la cartelera.

Dentro de la lírica, ocho zarzuelas -cuatro de ellas agrupadas en dobles programas-. La ya rumoreada Las Golondrinas abrirá la temporada un poco antes de lo acostumbrado, el 7 de octubre. La maravillosa obra de Usandizaga estará dirigida por Óliver Díaz en lo musical y Giancarlo del Monaco en lo escénico, que debutará en este teatro ("un hombre de pasión, un animal de escena", en palabras de Bianco). A este potente arranque sucederá Iphigenia en Tracia, una zarzuela barroca poco conocida de José de Nebra cuyo principal aliciente será el protagonismo de María Bayo. Al mismo tiempo, un convenio con el Museo Thyssen ofrecerá al público una exposición sobre el escenógrafo Frederic Amat, responsable de esta producción.

Otra obra con sabor clásico, La villana, de Amadeo Vives y basada en Peribáñez y el comendador de Ocaña, supondrá el debut lírico de Natalia Menéndez como directora de escena. Este título, ha recalcado Bianco, no se representa desde 1984 y congregará "las mejores voces del teatro español": Milagros Martín y Rubén Amoretti son algunos de los nombres que aseveran tal afirmación.

Dos dobles programas recuperarán a compositores siempre gratos como son Gerónimo Giménez y Manuel Fernández Caballero: por un lado, Château Margaux y La viejecita, en versión libre de Lluís Pasqual, que realizará un viaje a su propia infancia y a los añejos concursos radiofónicos de talentos musicales; por otro, Enseñanza libre y La gatita blanca, que situará al público en el escenario y a los intérpretes -entre los que llama la atención Roko, cantante no lírica- en el patio de butacas, comandado todo ello por "una de las personas que más conoce y ama el género chico". Se refiere Bianco, claro está, a Enrique Viana. Los que recuerden su memorable versión de La viejecita dentro de El dúo de la africana en el Real podrán fabular con el resultado de este encargo. También figura Viana en otra de las propuestas: interpretará al telón del coliseo en el concierto que se celebrará con motivo de San Isidro -y que este año ha brillado por su ausencia- bajo la denominación Zarzuela en la calle. No ha dado Bianco más detalles, pero sí algunas razones: "Ya me gustaría a mí que este teatro estuviera en la Gran Vía. Si no vienen, tendremos que salir nosotros a la calle".

Cerrando la temporada, una reposición, pero a lo grande: Marina, en el sobresaliente montaje que ya se vio en 2013, pero integrado con voces jóvenes y desconocidas en su totalidad.

Aragall y un concurso de ideas

Hay mucho en la futura temporada, aparte de zarzuela: a los ya tradicionales ciclo de Lied (cuyo éxito logra su autofinanciación, según nos cuentan) y la danza se unen atractivos conciertos de cantantes dispares como Gerónimo Rauch, Martirio y De la Puríssima, uno como homenaje a Cervantes y otro con la proyección y música en directo de En busca del Arca Perdida. Como parte de los proyectos pedagógicos, una versión de La revoltosa con cantantes jóvenes que después ofrecerán un coloquio sobre su visión del género, un espectáculo coreográfico de Nuria Castejón y una serie de clases magistrales del afamado Jaume Aragall, al que un día se refiriera Pavarotti como "la voz más bella del siglo XX".

Y más: la cafetería del teatro tendrá su protagonismo con las Notas del ambigú, cinco recitales en los que destacan uno de Ángel Ruiz dedicado a la copla y otro de Carmen González, centrado en la comedia musical. Dos obras de cámara, coproducidas junto con la Fundación Juan March, terminan de redondear la nutrida y variada temporada: Le Cinesi, una ópera lírica de ambiente oriental y Mozart y Salieri, de Rimski-Kórsakov.Por último, un concurso de obras, para el que los candidatos presentarán una dramaturgia y una idea musical que será valorada por un jurado internacional, y ciclos de debate "con lo mejor y peor de cada casa" que serán denominados Los enemigos de la zarzuela.

El programa es el más potente que se ha visto en años, con ambición de llegar a todo tipo de públicos y desechar la naftalina, palabra repetida y odiada por Daniel Bianco. Sí hay algo que, de momento, no cambiará: seguirá sin haber zarzuela en TVE ("Ya me gustaría a mí… Pero, a nivel interno, es un verdadero lío", ha comentado, preguntado por este medio). Aquellos que quieran contribuir a la revitalización del género… tendrán que acercarse a la capital.

Podéis consultar la programación completa de 2016-2017 aquí.

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