Pedro Peña, en la memoria
"En mi carrera hay más malos que buenos momentos, pero volvería ser actor siempre", reconocía en sus memorias.
El señor Manolo de Médico de familia le dio la popularidad a Pedro Peña Allén, pero para los seguidores de los actores de siempre, Pedro nos volvió a demostrar que sólo unos pocos poseen el don de la palabra interpretada, esa capacidad de actuar con la naturalidad de la vida pero con la tensión que requiere la técnica dramática. Además, a mediados de los años 90, Peña añadió a su personaje esa visión, anticipada sin duda, del abuelo que hace de puntal familiar en la sombra.
Peña empezó a trabajar como muchos de nuestros abuelos con 14 años. Si no antes. Desde los cinco o seis años, según cuenta en su libro de memorias, tuvo claro que quería ser actor, que evadir a los otros era lo suyo. En una época en la que en España los titiriteros, con todo el cariño, buscaban algo tan difícil como el aplauso (la pose superficial actual no se concebía, porque las estrecheces no daban tregua) es momento de homenajear a esos actores que profesaban su profesión con toda sencillez.
Esta semana Pedro Peña ha volado al olimpo de otro de sus compañeros de profesión José Luis López Vázquez, con el que trabajó en Un par de chiflados. Su primer papel fue también de altos vuelos, de mirlo, pajarillo por el que le pagaron 11 pesetas.
Eligió el género difícil, la comedia. Durante 25 años formó parte del elenco del Teatro Apolo de Barcelona. Ya en los años 70 recordaba su hija que le costaba avanzar por la calle en la ciudad condal. Todas las noches eran de teatro lleno, con dos o tres funciones. La televisión no era el ocio estandarizado que es ahora; lo era el teatro. Otros nutrientes sociales que lograban otro lustre del cliente. También se le rastrea en los Estudio 1.
En el blog que empezó su hija Maribel hace un par de años podemos ver algunos retazos de esta dilatada carrera, de más de 70 años. Entre otros documentos gráficos encontramos un corto rodado en Super8 del que también fue guionista. Eran los años 60. El rapto.
Muchas más anécdotas y curiosidades encontramos en el Libro de memorias, Pedro Peña. Del cómico de la gracia seria al abuelo Manolo (Ediciones Carena, 2012). Se publicó cuando el actor vallisoletano empezaba a padecer los primeros síntomas del Alzheimer.
Don Pedro Peña en el papel de Don Hilarión, La verbena de la Paloma que estrenó el 17 de febrero de 1894 en el Teatro Apolo de Madrid. Pedro compuso letras para musicales. Aquí en un especial de Antena 3.
En este video le vemos recitando un poema para un auditorio encantado.
Pedro Peña (1925-2014). En la memoria, proyecto Fin de Carrera de los alumnos de la Diplomatura en Dirección Cinematográfica de la Escuela Superior de Artes y Espectáculos TAI.
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