El actor Andoni Ferreño ha pasado por Es la Tarde de Dieter para presentar su nueva obra de teatro Hay que deshacer la casa que protagoniza junto a Ramón Langa. La obra de Sebastián Junyent fue adaptada por el propio Ferreño porque en el libreto original está protagonizada por dos mujeres.
Cuenta la historia de dos hermanos que tras la muerte de su padre tienen que reencontrarse tras haber estado mucho tiempo separados para ver qué hacer con la casa.
Hay que deshacer la casa "es un carrusel de emociones" en el que pasas por "diferentes estados de ánimo". Además su hermano en la ficción y gran amigo fuera del teatro, Ramón Langa, ha entrado en directo para recomendar la obra y reivindicarla porque según el actor "se pasa un rato maravilloso".
Ferreño ha recordado los años en los que estuvo en televisión y porqué lo dejó para volver al teatro. Ha contado que a él como actor teatral le sentaba muy mal cuando después de hacer una obra la gente iba al camerino para decirle que lo hacía muy bien en la pequeña pantalla. Además estuvo tres años trabajando en Colombia.
Sin embargo ha contado que estaría "encantado" de volver a una serie de televisión aunque, con algo de pesar, ha remarcado que hay una serie de actores que tienen una edad en la que no se escribe para ellos. Algo que por otro lado "en el teatro sí que hay".
Contra la violencia de ETA
Además, en la entrevista Andoni Ferreño se ha referido a un episodio desconocido de su vida. El actor es de Ermua y su familia tuvo una relación "muy cercana" con la familia de Miguel Ángel Blanco, el concejal asesinado por ETA. Vivían a pocos portales de distancia y ha relatado el "shock" que sufrió cuando supo que era él el concejal que había sido secuestrado por la banda.
"La gente que somos de allí ya sabíamos lo que iba a ocurrir. Que no iban a parar ahí", ha dicho Ferreño, que ha lamentado también que llegue un momento en que la sociedad "se acostumbra a la desgracia" y ya no "entre en shock" con crímenes como éstos cuando es lo que debería pasarnos cada vez que ocurren. "Cuando se pierde esa sensibilidad, la sociedad se tambalea", ha reflexionado tras apuntar que ésa es la herencia de "esos años terribles", "nos acostumbramos al dolor".
Él, ha dicho, siempre se ha puesto "al lado de las víctimas" y ha dicho no entender la violencia, que "no lleva a nada" y que ha dejado "mil muertos encima de la mesa". Tras preguntarse para qué, ha lamentado que ese dolor haya dejado de ser noticia.