'Hijos del Tercer Reich': el nazismo en la intimidad
Hijos del Tercer Reich lo tiene crudo en España. Y esta vez no será por un problema de programación, porque Canal + piensa mimarla emitiéndola en prime time (22.05 h) los tres próximos lunes. El problema es que la producción alemana llega a nuestro país con la clásica aureola de “serie de éxito apabullante”, multipremiada en festivales y con la vitola de haber “hecho historia en la televisión alemana”. Tan cierto es todo esto como que esas valoraciones pueden generar una falsa expectativa ante la que caer decepcionado. Con tal lista de bondades, no es descabellado plantarse ante la serie con la sensación de que se va presenciar poco menos que una revolución en todo rodado hasta ahora sobre la Segunda Guerra Mundial. Un antes y un después. ¿Lo es? Sí, pero quizás creamos que no. Vamos a lo que toca y dejemos esto para después.
Traducida como Hijos del Tercer Reich, Unsere Mütter, unsere Väter (Nuestras madres, nuestros padres) narra la historia de cinco amigos alemanes y de cómo la Segunda Mundial impacta en sus vidas. Como ellos, el Berlín de aquel 1941 apenas ha empezado a asomarse al horror que se avecinaba, y aún conserva la esperanza de un final rápido a una guerra que fue muy distinta a cómo esperaban. Cuando Wilhelm, Friedhelm, Charlotte, Viktor y Katharina brindan y prometen encontrarse en Navidad, saben que volverán siendo otros. Y es precisamente en el proceso de transformación que sufren estos cinco jóvenes, padres o abuelos de cualquier espectador alemán, donde se encuentra el leit motiv de la serie y su verdadera revolución. Porque Hijos del Tercer Reich no es otra historia sobre los horrores de una de las épocas más oscuras de nuestra historia reciente. La serie es una exploración, íntima y cercana de cinco personas cualquiera que deben evolucionar para sobrevivir en un mundo que ha dejado de ser el que conocieron para convertirse en algo infinitamente peor. Y no sólo en el campo de batalla.
Hijos del Tercer Reich aborda Segunda Guerra Mundial desde una perspectiva puramente personal, no histórica. Y esa es una de las claves de su éxito: contar a los alemanes desde una óptica alemana cómo sus padres y sus abuelos pudieron asumir, presenciar y participar en las atrocidades de esta cruenta guerra. De cómo el ansia de supervivencia y la maquinaria adoctrinadora del nacionalsocialismo fue devorando las barreras morales. Había que continuar la sangrienta batalla, porque si perdían, “ni siquiera Dios podrá salvarnos”. De cómo la guerra no fue sólo cosa de unos hijos de puta con uniforme.
La serie es la respuesta a ese cómo. Al cómo pudo llegarse hasta dónde se llegó. De cómo Wilhelm, el joven teniente que acude a combatir al frente ruso convencido de que la victoria está cerca, empieza temblando en el primer fusilamiento y acaba matando con frialdad. Es la historia de su hermano, el hombre de letras que no quiere matar y llena el petate de libros que no le protegerán de nada. O de la enfermera Charlotte, que ha interiorizado las máximas ideológicas del nazismo como un escudo que se revelará tan endeble como destructor. Es también la historia de los que se quedan lejos de las trincheras pero cerca del horror. Como Greta, la aspirante a estrella que explorará sus propios límites morales en el camino al estrellato en una ciudad que se desmorona. Y, por supuesto, Hijos del Tercer Reich es Viktor, el sastre judío que temió lo que estaba por venir. Que brindó como uno más, pero acabó formando parte del grupo que se llevó la peor parte.
Los tres capítulos que componen la miniserie pueden asumirse como una creación cinematográfica más de un período profusamente retratado. Aunque su factura sea notable, no tiene las escenas bélicas de Band of Brothers o The Pacific; y tampoco los tintes polémicos de El Hundimiento. Puede tomarse, decía, como cinco historias más sobre la barbarie nazi.
Pero a quien escribe, no deja de parecerle otra cosa, aunque le pese no poder apreciarla en toda su profundidad. Y es que Hijos del Tercer Reich viene a cubrir un hueco que, a juzgar por el éxito, a Alemania le hacía falta: contar esa parte de la historia desde dentro, desde las entrañas. Su director Philipp Kadelbach, ha pasado una década sacando el proyecto adelante, consciente de que se adentraba en terreno minado. Siete millones de alemanes se han sentado ante el televisor con las heridas aún frescas, para que por una vez en la pequeña pantalla, fueran ellos quienes se contaran su propia historia.
Pero inevitablemente la pregunta acaba surgiendo: ¿Hacía falta otra serie sobre la Segunda Guerra Mundial? Quizás a nosotros nos parezca que no, pero la abrumadora acogida dice que ellos sí. Necesitándola o no, Kadelbach ha acabado pariendo una joya sencilla con complejas aristas que aunque a nosotros no nos revolucione nada, ha dado en el corazón y el estómago de todo un país. De los hijos de una época.
No todos los que llevan uniforme son hijos de puta, hay muchos que no llevan uniforme y son peores que eso. Ya esta bien de añadir los tipicos tópicos que se usan siempre que se critica al nazismo, ya se sabe que del árbol vencido todo el mundo hace astillas. Las potencias aliadas debieron parar a Hitler antes y no esperar hasta que fue inevitable, y lo peor es que cuando así fue no dudaron en tener como aliado a un genocida como Stalin y su regimen de terror socialista, que antes se había repartido Polonia con Hitler. En Alemania el nazismo y su derrota fue un trauma aún no superado, y esta serie que ya he visto en la televisión alemana viene a refrescar lo que supuso, no me extraña que haya resultado un éxito contar la triste realidad del horror en que se convirtió. Y no es el horror en este punto una exclusiva de los alemanes, en el horror participaron todos vencedores y vencidos. Cada cual cuenta la Historia según la vivió.
Siete millones de telespectadores en un país de 80 millones de habitantes , no es lo que yo llamaría un superéxito...(en España un superéxito televisivo cuenta con 6 y 7 millones de telespectadores con la mitad de población) Sobre la serie, poco que decir y aún menos de novedoso: otra dosis más de adoctrinamiento colectivo en el autoodio y el complejo ,y es que, la historia la cuentan(incluso inventando y perjurando) los vencedores. Jamás en mi vida había visto tanta obsesión con Hitler y el nacionalsocialismo como en los últimos 10 años(películas, series, documentales) donde por supuesto, todo es poco objetivo salvo excepciones, y esto no es casual: "Europeitos, vais a ser un continente islámico y africano dentro de 40 años por simple invasión uterina, así que recordad, no os defendáis ni seáis tan malos como ese exsoldado, después obrero, pintor y furher de la Alemania de entre guerras" ¿Para cuando una serie sobre Lenin o Stalin? ah, ya, para nunca.
el nacional socialismo fue eso y lo sigue siendo el socialismo un totalitarismo ,ellos solo creen en el papa estado dueño y señor de vidas y haciendas , no creen en las personas ,nada mas que como masa ,ni creen en los derechos individuales y degraciadamente el nacionalsocialismo sigue extendiendose para cuando una pelicula que cuente los crimenes del socialcomunismo?
Joseph Thorak. Diría que simpatizas por el Nazismo. Y no has leído bien. El autor no dice que la serie haya tenido (sólo) 7 millones de espectadores alemanes, sino que 7 millones de espectadores alemanes aún tenían las heridas frescas, o sea, siete millones de ancianos alemanes que eran niños o adelescentes cuando sucedieron los hechos.
Librería EUROPA, de Barcelona, que dirige don Pedro VARELA, tiene la mayor y mejor bibliografía sobre el nazismo. Si leen un poco se darán cuenta de que las cosas no son como las cuentan. La verdad es que la historia siempre la escriben los vencedores...
Estoy acabando de leer "HITLER" del historiador Ian Kershaw, magnífica y gran biografía en dos tomos y creo que el hecho de que la figura de Hitler y el nacionalsocialismo continúen tan actuales queda resumido en el siguiente párrafo del prefacio del 2º Tomo de esta obra: "Hitler había sido capaz de conseguir en elecciones libres los votos de solo un tercio del electorado alemán. (...) Los que dudaban habían acabado mayoritariamente convencidos de la bondad del régimen por las dimensiones de la reconstrucción interna y de la reafirnación exterior de fuerza que, de un modo casi incréible, había restaurado gran parte del orgullo naciuonal perdido y había hecho olvidar el sentimiento de humillación dejado por la Primera Guerra Mundial. El autoritarismo era considerado por la mayoría una bendición;"
Me parece un punto de vista muy interesante para una serie, y necesario, y ojo, no solo para Alemania, sino para cualquier persona que guste de la historia reciente, madre de muchas de las cosas que hoy respiramos. Y es que creo fundamental la gente sepa como se pudo llegar a ciertas situaciones, porque ojo, aquella sociedad alemana de los años 30, no era mas tonta que nuestra sociedad, solo mas despesperada. Solo me apena sean 3 capitulos. En el sentido planteado hubiera estado mejor tener mas capitulos, porque la cosa empezo antes del 41.
ERA IMPRESCINDIBLE QUE LA POBLACIÓN ALEMANA, DESDE LOS 60 HASTA LOS QUE TIENEN 15 AÑOS, SEPAN CONTADOS POR ELLOS MISMOS Y CON UN OBJETIVO ALEMÁN QUE TAMPOCO LO VIVIÓ, QUE SEPA QUÉ SUCEDIÓ, EL CÓMO Y EL PORQUÉ. CÓMO VIVIÓ EL PUEBLO LLANO ESA GUERRA A LA QUE TUVIERON QUE ALISTARSE MUCHOS QUE NO ERAN NAZIS, POR MÁS QUE NO QUISIERAN. SOY ESPAÑOLA Y TENGO FAMILIA AALEMANA Y JAMÁS SE HA HABLADO DE ELLO. YA ES HORA DE PONERSE AL DÍA.PARA QUE NO SE VUELVA A REPETIR LA HISTORIA ES IMPRESCIDIBLE CONOCERLA ANTES Y SI ES CONTADA POR UNO DE LOS TUYOS , MEJOR.
Hola, el nazismo sigue atrayendo la curiosidad de mucha gente (las revistas de historia que hay en los quioscos llevan en la portada siempre a los antiguos egipcios, los misterios del cristianismo, o a los nazis), realmente es todo un filón. Ahora bien, dejando aparte eso, siempre es interesante ver cómo los propios alemanes llevaron aquella época tan odiosa, contada por ellos. Prefiero una Sophie Scholl creíble antes que una interpretada por, no sé, Megan Fox. Me apunto la serie.
Totalmente de acuerdo contigo.
Tienes razón, a muchos no nos salen las cuentas. Crímenes de guerra, cometieron todos, pero sólo se juzgaron los del bando perdedor. Los rusos, por ejemplo, cometieron atrocidades sin nombre, como las violaciones a todas las mujeres que encontraron cuando entraron en Berlín. Muchas de ellas terminaron asesinadas. Las cosas no siempre son como las cuentan, desde luego, y España tenemos comunidades que la historia... simplemente se la inventan. Así siempre quedan ellos de buenos, de víctimas, y reclamando dinero al resto de españoles. Se ha llegado a destruir incluso documentos medievales, para que la "versión oficial", no pudiera ser contrastada con la historia. Ocultar la verdad nos condena a repetir la historia, y hoy en España, veo comportamientos nazis con demasiada frecuencia. Claro que, ya no se les llama "arios"... ahora se llaman a a sí mismos... "singulares". Es otra forma de decir que el resto de españolitos... somos inferiores.
De acuerdo también contigo. Hoy en día, los mayores hijos de puta no llevan uniforme, sino toga... y dicen que nos defienden, pero nos venden al mejor postor.
El pueblo alemán sabe de sobra lo que pasó mejor que cualquiera de los que estamos opinando aquí. De hecho a los peques les obligan en el cole a visitar un campo de concentración...
Señores y señoras, toda una gran desgracia elevada a la categoría de guerra mundial...del pasado. Pero... ¿ Qué pasa con todas la injusticias, miserias, guerras, crímenes y demás "dulzuras" realizadas por el ser humano ? ... que suceden hoy por hoy... y que no son pocas... ¿Aprenderemos algo? .................... Paren el mundo por favor, que yo me apeo...
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Una toga es un uniforme de trabajo !
La historia es según quién la escriba. En la guerra ganan unos pocos, y pierden muchos. Se ha catalogado a Hitler como un genocida, pero de Stalin nadie dice nada. Que gran paradoja, dicen que Franco mató a muchos "rojos", lo curioso de Stalin es que se cargó a rojos, amarillos, verdes y azules. Hitler sólo fué un vulgar títere de las familias más adineradas americanas, que quisieron hacer un experimento social, con una Alemania masacrada en el tratado de Versalles, debido a la primera gran guerra. Como va a tener Alemania una subida tan fulgurante en tan poco tiempo, soldados, tanques, armas de todo tipo, munición, aviones....?. La "historia" dice que gracias a los empresarios alemanes. Y voy yo y me lo creo. De esta segunda gran guerra, sacó beneficio mucha gente, americanos, rusos, y los que más los judíos, que a día de hoy, siguen recibiendo dinero del gobierno alemán en concepto de reparaciones de guerra. Los americanos y los rusos metieron en nómina a muchos científicos, espías, y demás personal que le sirvió en aquel momento. Y nadie habla de Odessa, aquella famosa ciudad de donde partían miles de militares nazis hacia sudamerica, gracias a los pasaportes creados en El Vaticano. El ser humano es despreciable, y en tiempos de guerra, no tiene calificativo.
Ejem, creo que el tema se ha desviado un poco. Es cierto que hubo togas alemanas, o togados, que colaboraron con el régimen (así lo recoge "vencedores y vencidos"). Hoy, esas togas son un baluarte en la defensa de los derechos de los ciudadanos (y humanos) en muchas partes del mundo. Alemania encontró un líder en un momento de orfandad y necesidad. Lástima que su credo y su materialización fuera la que fue. Participó todo el colectivo alemán, por activa o por pasiva. Frente a ellos encontraron un mundo que reaccionó, tarde, si, pero no del todo; y es verdad, se apoyó en otro salvaje, Stalin pero, el pueblo ruso (al margen de propaganda ideologizada) fue uno de los que verdaderamente sufrió la barbarie nazi (sin olvidar a polacos, checos, griegos, yugoslavos (ya se aquello de los ustachis)... Y también es verdad que no hace falta esconderse detrás de un uniforme para ser una bestia; ahí están los de la Gestapo, la Stassi, la DINA, GRU, Brigada Político Social y tantas otras. Esta circunstancia solo nos lleva a centrarnos en el verdadero actor, el ser humano.
Que nadie dice nada de Stalin? Todo el mundo sabe que fue un genocida al igual que Hitler. Es cierto que empresarios como Henry Ford tenían simpatía por el nazismo e hicieron inversiones en la Alemania nazi, de allí a decir que el ejercito aleman fue financiado por familias adineradas americanas .... Nadie habla de Odessa? Todo el mundo sabe que es Odessa, la de peliculas que hay sobre el tema... Por cierto que no tienes ni idea, la organización Odessa nada tiene que ver con la ciudad de Odessa, no salían de allí, la ciudad de Odessa está en Rusia, en el mar Negro, la organización Odessa son siglas que en alemán significan "Organización de Antiguos Miembros de las SS"