'Batman. El Cruzado Enmascarado': la serie animada para adultos del mítico personaje

Lejos de quedarse en una anécdota de la mercadotecnia, Batman. La Serie Animada (1992-1995) acabó convirtiéndose legítimamente en una de las aportaciones capitales a la mitología del personaje de DC. Conocida por su estética retro, su visión "art decó" de la ciudad de Gotham, el casting de voces en versión original (con el fallecido Kevin Conroy como Batman y Mark Hamill como Joker) y la calidad de sus guiones, la creación de Bruce Timm y Eric Randomski roza ya el estatus de absoluto culto en la historia de la animación televisiva.

Es por ello que Batman. El Cruzado Enmascarado, cuya primera temporada de diez episodios acaba de ser estrenada en Prime Video, era un evento esperado por un nicho relevante de aficionados. De nuevo con el animador Bruce Timm como principal responsable, la nueva serie vuelve a tomar de referencia, pero más si cabe, los seriales y folletines de los años 40 así como el cine negro en su versión más clásica.

Devoto de los monstruos clásicos de la Universal, Timm ha impregnado El Cruzado Enmascarado de una textura y cualidad de otro tiempo sin que el producto acabado sea otro ejercicio nostálgico al servicio de la mercadotecnia. Timm, conocido por sus bombásticas y sexualizadas protagonistas femeninas, de hecho parece haber hecho más de una concesión a clichés actuales convirtiendo la serie en abiertamente multirracial, pero el detalle psicológico de los personajes -casi inaudito en un producto animado de esta estirpe- perdona cualquier deriva en este punto.

Lo primero que llama la atención de Batman. El Cruzado Enmascarado es el tono más adulto de la serie. Si ya en la original Batman: La serie animada Timm y su equipo forzaron la máquina, los tiempos del streaming han permitido un vengador más violento con víctimas colaterales y puñetazos más impactantes. Lo segundo, la calidad de la animación, más rígida y definitivamente menos trabajada que en la serie original, aspecto éste que la serie compensa con unos fondos excelentes y un diseño de personajes que (incluso en sus aspectos más polémicos) puede calificarse de delicioso.

Timm demuestra la permeabilidad del mito en una serie de marcado carácter adulto pero a la vez desprejuiciada en lo fantástico. Cierto es que cambia algunos aspectos superficiales de la caracterización de ciertos personajes (visible sobre todo en Pingüino y Harley Quinn), cosa que generará discusión en ciertos sectores fan. Pero esa es la naturaleza de un "Elseworlds" de DC en el que el peso específico de cada idea y cada uno de sus capítulos autoconclusivos, combinados ahora con un determinado arco de desarrollo que afecta sobre todo a personajes como Harvey Dent o la citada Dra Quinzel, nos presenta a un creativo que no ha perdido las ganas de abordar una propiedad intelectual ajena… y que ha podido en bastante grado reafirmar su visión de la misma.