Parece mentira que no hubiera docenas de series, películas o documentales sobre el divorcio de los duques de Argyill. Es el tema de la segunda temporada de A very english scandal (aunque ahora se llama A very british scandal). También sorprende que no los hubiera sobre Martha Mitchell. Fue la primera que denunció a Richard Nixon en el Watergate y la primera que pidió su dimisión. Luego Bob Woodward y Carl Bernstein se llevaron todo mérito. Y a ella la acusaron de loca. De hecho, hay una cosa llamada ‘efecto Martha Mitchell’, que se da cuando el médico cree que el paciente tiene algún delirio, pero está diciendo la verdad. En el universo Watergate, Martha Mitchell, la mujer del Fiscal General en 1968 y mano derecha del presidente (él), es mi favorita.
Como uno de los detenidos en el edificio Watergate, James McCord, había sido escolta de su hija, se olió la tostada. Aparece entonces un señor llamado Stephen King (otro), que había sido agente del FBI. John Mitchell le pidió que vigilara a su mujer. Ella estaba cabreadísima porque habían sacrificado a McCord, así que quiso llamar a la periodista Helen Thomas. No llegó a hacerlo porque King le quitó el cable del teléfono, la sedó y la encerró en un hotel. Cuando pudo contarlo todo la tomaron por una chiflada. Hubo una campaña para desacreditarla. Lo de denunciar irregularidades le salió caro. Fue masacrada por la prensa. Siendo su marido leal a Nixon también participó en la campaña. Se divorciaron en 1973. A él lo procesaron por el Watergate y ella murió en 1976. No volvieron a verse.
Ahora Julia Roberts es Martha Mitchell en la primera temporada de Gaslit, otra serie antológica, como A very english scandal. Sean Penn interpreta a John Mitchell. Aunque es una historia conocida (Martha fue una de las mujeres más famosas de su época), la serie está basada en el podcast Slow Burns y forma parte de esa campaña de Starz para contar historias sobre mujeres. Robbie Pikering (Mr. Robot) es su showrunner. Todavía no se ha estrenado.
Es fácil caer en señalar la coincidencia, pero tanto la duquesa de Argyll (interpretada por Claire Foy) como Martha Mitchell fueron víctimas de la sociedad y de la prensa. ¿Porque eran mujeres? Claro. Sí ha habido y habrá hombres víctimas. Pero a la duquesa de Argyll la jodieron bien por ser mujer y hacer lo que haría un hombre. A Martha Mitchell ser mujer le ayudó bastante a ser crucificada como chiflada, como chismosa, como loca del coño.