Se vienen las memorias de Pedro J. Pero a mí me apetecen más las de Joan Collins (cómo es ese momento en que Shirley McLaine le insistía para que le contara cómo era Warren Beaty, su hermano, en la cama). Otra estrella de la televisión, más recatada en su papel estelar que Alexis Carrington también saca novela. Es Karen Grassle. O sea, Caroline Ingalls, la madre de La casa de la pradera. Cuenta, entre otras cosas, que Michael Landon estaba todo el día hablando de su renovado furor sexual. El tío no paraba de hablar de los fantásticos efectos de un suplemento natural que había empezado a tomar para mejorar su vida sexual. Algo así como polen de abeja. Y no paraba de hablar de ello desde que llegaba exultante a maquillaje. Esto es años antes de la Viagra. Cuando empezó La casa de la pradera, Landon era ya un actor conocido por Bonanza, pero sólo tenía 38 años, con lo que lo de estar tan contento con lo del sexo suena un poco raro. "Yo no quería pensar en su pene", escribe Grassle en Bright Lights, Prairie Dust: Life, Loss and Love from Little House’s Ma, que se publica el 16 de noviembre. Un título larguísimo, pero no podemos quejarnos de toda la información que da.
Además, según leo en un avance de The New York Post, todo el equipo se enteró enseguida de que estaba teniendo un lío con Cindy Clerico, la doble de luces de Melissa Francis, que hacía de Cassandra Cooper Ingalls. Recordemos que, en la octava temporada de la serie de la NBC, cuando Laura Ingalls (Melissa Gilbert) se casó con Almanzo (Dean Butler), apareció otra hija. Cassandra Cooper se convertiría en una hija adoptada por los Ingalls. Era aproximadamente de la misma edad que Carrie Ingalls (interpretada por las gemelas Sidney y Rachel Lindsay Greenbush, al menos cuando eran muy pequeñas, como las Olsen en Padres forzosos). A ver, tenemos que la amante de Landon es la doble de luces de una niña. Tenía 18 años, pero era bajita. Unos cuantos años menos que él. Para ser stand-in o doble de luces no hay que parecerse a la actriz, pero sí hay que tener el mismo tono de piel, color de pelo, la complexión y la altura.
El reparto y el equipo se mostraban disgustados con la relación entre ambos. A Clerico, Grassle la describe como una joven simpática que llevaba unos vaqueros ajustados que se habían hecho populares por Los ángeles de Charlie. A Harriet Olsen (la señora Oleson) le parecía el lío muy desagradable. También es verdad que no se llevaba muy bien con Landon por su bajísimo salario. Cuando hicieron una película de La casa de la pradera para la televisión en 1984 como capítulo final (la serie duró del 74 al 83) ella se negó a participar para no volverlo a ver.
Después de ser doble de luces, Clerico se colocó en La casa de la pradera como maquilladora. Y llegaba en un Porsche. Cuando Lynn, la mujer de Landon, se enteró del affaire tiró a la cabeza de su marido una botella de vodka. Él perdió algunos contratos publicitarios, como uno con Kodak (qué tiempos), aunque lo peor fue la pérdida de respeto de gente como Melissa Gilbert. Landon se casó con Clerico en 1983 y Gilbert se negó a ir a la boda. Melissa Gilbert tenía una relación familiar con Michael y Lynn, iba con ellos de vacaciones a Hawái y cosas así, así que la aventura extramatrimonial la puso en una situación difícil.
Cindy Clerico y Landon estuvieron juntos hasta 1991, cuando el actor murió de un cáncer de páncreas a los 54 años. ¡54 años! Eso sí es desagradable.
Pero no es todo amigos. En un homenaje a Bob Hope hace unos días preguntaron a Alison Arngrim (Nellie Oleson) por Michael Landon y dijo que se llevaba muy bien con él (no como su madre). Y que poseía "un tipo de energía creativa maniaca las 24 horas del día, los siete días de la semana". Eso va a ser también el polen. Y lo mejor: "La gente piensa en él como un granjero sano, pero en persona era loco, malo y peligroso. Bebía, fumaba y contaba chistes malísimos".