Infiel, una de las telenovelas turcas de Antena 3 está basada en Doctora Foster, aunque luego se va por otros caminos distintos de la serie británica. Sí se mantiene lo de la médica y madre de vida feliz hasta que descubre la infidelidad de su marido. La turca se centra, más que en la obsesión por buscar pruebas, en la venganza. Doctora Foster estaba protagonizada por Suranne Jones (y por una joven Jodie Comer). Era una serie muy adictiva. Claro, que a mí me podrían poner hasta Los Serrano si la protagonista fuera Suranne Jones y me la tragaría sin rechistar. También es verdad que a Suranne Jones nos la sirven en las mejores ficciones. Su Anne Lister en Gentleman Jack era extraordinaria. Con esa sonrisa que desarmaba. Tengo amigas a las que les cae mal por esa forma absurda de andar. Pero Sally Wainwrigth hizo con Gentleman Jack que no echara de menos ni Happy Valley ni a Sarah Lancashire. Y que lo que no soportaba en House of cards aquí me pareciera bien (la mamarrachada de mirar a la cámara). Suranne ya había trabajado con Wainwright en Scott & Baley. Que yo sepa, no se ha puesto en España.
Pero si después de Gentleman Jack nos habíamos quedado con ganas de más Suranne, por fea que la sacaran con esos peinados entre huertana y dama de Elche, ya la tenemos otra vez aquí con Vigil: Conspiración nuclear (Movistar+), otro de esos artilugios de ficción que tan bien les salen a los británicos. Despidieron la sexta de Line of Duty con 12,8 millones de espectadores. Nada extraña que, con su primer capítulo en la BBC, Vigil tuviera 10,2 millones de espectadores. El drama más visto del año de lejos. O sea, viva la televisión en abierto, que, por lo menos en Gran Bretaña, sigue por todo lo alto. Una creación de Tom Edge y una nueva droga de World Productions (como Line of Duty, Bodyguard o Los crímenes de Pembrokeshire).
Aquí vamos unas semanas por detrás, pero visto el primer capítulo de Vigil (no pienso repetir la otra idiotez) no me extrañan esas cifras. Son seis. Suranne Jones, como la detective Amy Silva, tiene que investigar la muerte de un hombre en un submarino (interpretado por Martin Compston, el Steve Arnott de Line of Duty). Fuera del submarino (con la altura de ocho autobuses uno encima de otro, pero un lugar pequeño) tiene la ayuda de Kirsten Longacre (Rose Leslie). Unas Scott & Bailey mejoradas. Dentro del submarino no tiene casi ninguna ayuda. Sí mucha hostilidad. Y un boo sideral interpretado por Adam James, el fresco John Bellasis de Belgravia. Por los flashbacks vamos viendo que Amy arrastra una tragedia tipo Julia de Verano azul y que con Kirsten tiene algo más que una amistad. Si Anne Lister dejó sus diarios codificados (más de 7.000 páginas, algunas en un código que mezclaba álgebra y griego antiguo), estas dos (Amy y Kirsten) también tienen que mandarse mensajes en clave para burlar a la Marina Real en sus investigaciones y descubrimientos.
Ojalá nos pusieran tantas series británicas de estas como telenovelas turcas.