A ella la veíamos en Felicity. A él, en Cinco hermanos. Y luego los vimos juntos en The Americans. A Kery Russell y a Matthew Rhys. A Elizabeth y a Philip. The Americans es una serie que ya se ha acabado. Que vimos en Fox. También vimos ‘Halt and catch fire’ en su día y ahora muchos la han descubierto en Filmin. The Americans estará completa en Amazon Prime Vídeo a partir del mes de octubre. Seis temporadas, 75 capítulos emitidos de 2013 a 2018. Y es una magnífica noticia. Por lo menos para el ocioso vicepresidente Iglesias, que ya puede ver otra serie y dar cuenta a la ciudadanía de ello sin que se le caiga la cara de vergüenza.
Ser espía ruso no es fácil. Y aunque quisiéramos que todo saliera bien tampoco nos íbamos a extrañar de que no fuera así. Sufrir sufrían ellos y sufríamos nosotros. ¿Por qué no pueden ser felices? Más allá de la trama, los espectadores sufríamos por la poca gente que veía la ficción de FX. Por si nos la quitaban antes de tiempo. Porque hemos disfrutado con los dos bloques surgidos tras la Segunda Guerra Mundial (ahora eso es historia). Y con su final. Con ese momento en que Reagan y Gorbachov acordaron eliminar los misiles balísticos y de crucero. Y esa apertura de Gorbachov, que llega al poder en 1985, y que no gusta a todos en la URSS, también se cuenta en ‘The Americans’, tan entretenida como formativa. A Elizabeth no le gusta Gorbachov. A Philip, sí. Él siempre ha sido menos prosoviético, menos de cumplir todas las órdenes.
Tras seis temporadas, la ficción de Joe Fields y Joe Weisberg acabó hasta pareciendo rusa. Triste. O no. Con un final perfecto que no voy a contar. Con una Elizabeth más grande que nunca. Mucho más Irina Derevko que Sydney Bristow. Pero eso lo fue desde el principio. La que nos encandiló desde el principio dando mandobles a los agentes del FBI. En 2014 (se había estrenado el año anterior), el American Film Institute puso a The Americans en el vértice de las mejores series. Vale, la lista era alfabética, pero siempre se ha reconocido como una de las mejores, pese a las audiencias.
The Americans empieza casi cuando Con ocho basta acaba. Poco después de que Ronald Reagan fuera elegido presidente de Estados Unidos. Los Jennings (Keri Russell y Mattew Rhys) son un matrimonio vulgar que vive en Washington. Agentes de viaje. Pero también es un matrimonio de espías soviéticos luchando por el triunfo de la URSS en la Guerra Fría. Un matrimonio de conveniencia. Una tapadera. Tienen dos hijos preadolescentes, Paige y Henry (que ya tendrán su papel), que no saben nada de la profesión real de sus padres. Es una serie sobre el matrimonio. Y sobre la paternidad (una paternidad que a veces es casi la de Abraham a punto de sacrificar a su hijo). Hasta sobre la vecindad. Otro personaje principal es el agente contraterrorista del FBI Stan Beeman (Noah Emmerich). El vecino coñazo es aquí un vecino que te puede meter en la cárcel. La serie, una coproducción de Fox Internacional y FX, fue creciendo. Si una temporada te parecía buena, la siguiente era mejor. Al principio era como un ‘Homeland’ retro. Pero con humor y disfraces. Espías, burócratas, intrigas internacionales, tensión amorosa… Qué más quieres.
La historia parte de una real. En 2010, el New York Times informó de cinco parejas que habían sido parte de una red de espionaje rusa (del SVR, sucesor del KGB) en Yonkers, Boston y Virginia (los Jennings viven en Falls Church, Virginia, como los guaperas de JAG). Un productor de televisión llamó a Joe Weisberg para convertir la noticia en una ficción. Pero Rusia ya no era el enemigo de antes, así que prefirió centrarla en la época de Reagan. El resultado es una cápsula del tiempo en lo exterior (esos anuncios, esa ropa) y la historia de un matrimonio. Ríete de Noah Baumbach. Aficionado. Keri Russell y Matthew Rhys se enamoraron en la serie. Y así siguen.