A Michelle Williams le importa un comino (como a Montse Bassa la gobernabilidad de España) lo que Ricky Gervais tenga que decirle. Me refiero al aviso en su monólogo de los Globos de Oro de que si recibían un premio no dieran la tabarra con discursos políticos, que no saben nada y han ido al colegio menos que Greta Thunberg. Michelle Williams recibió un Globo de Oro por su papel en Fosse/Verdon (HBO). Y está muy bien. La serie, también, aunque no sea redonda. Es de esas series que se han hecho porque estamos en el momento que estamos. Igual que se hizo el documental Lorena sobre Lorena Bobbit (dejándola bien). O Phoebe Waller-Bridge, creadora de Fleabag y de Killing Eve, pudo adaptar para la serie de espías las novelas de Luke Jennings cambiando personajes masculinos por femeninos. Hubo algún ejecutivo que en 2017 preguntó qué hacían en la serie tantas mujeres. Waller-Bridge reconoce que pudo hacer lo que quiso porque las cosas y las percepciones habían cambiado. Aunque no habrá normalidad mientras tengamos que estar con la matraca del mujerío.
Fosse/Verdon es una reivindicación de Gwen Verdon, que tampoco fue la María Lejárraga del baile, pero estaba bastante a la altura Bob Fosse. Vaya, que no era el genio de Fosse, el tipo que quería ser a la vez Fred Astaire y Kubrick, pero tampoco una inspiración femenina sin otro talento que el de bailar bien y aguantar los cuernos.
Siempre veo a Fosse con la cara de Roy Scheider en All that Jazz (Empieza el espectáculo, 1979). No me he hecho a la de Sam Rockwell. La miniserie de FX está basada en Fosse, libro de Sam Wasson. Ahí están las obsesiones, las desilusiones, los compromisos, el talento o cómo se hizo Cabaret. Muestra la relación creativa y amorosa del director y coreógrafo y la bailarina, una maravillosa Michelle Williams.
Imbuida del espíritu feminista de la serie, defendió el derecho al aborto (esta es de las que se cree que estamos en El cuento de la criada). Ella abortó cuando su carrera estaba empezando y no le venía bien tener un hijo. El americano derecho a elegir que a ella le permitió elegir cuándo tener hijos (tiene una hija de 13 años y está embarazada). Derecho a elegir que le ha llevado a este momento profesional. Es fascinante que una obviedad se convierta en un discurso anti Trump. Como si Trump fuera Hazte Oír. Que tampoco está contando que tuvo que matar a su madre y a su abuela porque no le dejaban trabajar. Así que después de todo eso dijo a las mujeres que cuando llegue el momento de votar lo hagan en su propio interés. "Es lo que los hombres siempre han hecho, por eso el mundo se parece tanto a ellos".
Jennifer Aniston también estaba nominada por su papel en The Morning Show, otra serie fruto de los tiempos, esta más porque habla de acosos sexuales actuales. O, como diría Ricky Gervais, "un excelente drama sobre la importancia de la dignidad y hacer lo correcto hecha por una compañía que dirige naves de explotación en China. Bueno, Apple, Amazon, Disney… Qué buenas compañías". Pero chistes sobre otra obviedad aparte, tanto Jennifer Aniston como su personaje en The morning show son más feministas de que lo que Michelle Williams ha sido nunca. Cómo es esa diatriba a la idiota de su hija después de toda la paciencia del mundo y de llevarle una pizza. Se lleva la pizza y le suelta cosas como "Me destrozaste el coño". Y a los jefes que querían echarla: "América me adora. Así que ahora se va a hacer lo que yo quiera".
Fuera de la pantalla, Jennifer no tiene hijos y se ha casado con dos hombres guapos (Brad Pitt, que la dejó por esa bruja, y Justin Theroux). Harta de que la conozcan como "America’s suffering sweetheart" (la novia infeliz de América, tócate), siempre se ha manifestado satisfecha con su vida de soltera sin hijos. "Lo que determina la felicidad en la vida de alguien no es el ideal que se creó en los años 50. Ese relato no lo escuchas para los hombres. Esto es parte del machismo, siempre la mujer es la despreciada, la desconsolada y la solterona. Nunca es lo contrario". Más obviedades que no sé por qué hay que recordar. Ha tenido matrimonios felices y cree que un divorcio es más un acto de valentía que un fracaso personal. Y tiene narices que haya quien piense en Aniston como una "triste mujer que no tiene hijos". Que oye, aunque ella tenga 50, ahí está Cameron Díaz estrenándose con 47.
En una entrevista reciente le preguntan: "¿Cuál es su relación con el poder?". "Soy una mujer poderosa. Y siento que me lo he ganado. Tengo oportunidades pero no ando por mi casa mirando al techo y diciendo 'soy poderosa'. Sé de dónde vengo y cuán afortunada soy de estar en el lugar que ocupo hoy". Jennifer Aniston también ha tenido que tomar decisiones. Y como diría Tallulah Bankhead, "I’m not childless, darling. I’m childfree" (no soy una mujer sin hijos, querida, soy una mujer libre de hijos).