La historia real de Pablo Ibar, el hispano-estadounidense que lleva preso 25 años tras ser acusado de triple asesinato, merece ser contada. Así lo ha entendido Movistar+, que estrenó el 13 de septiembre En el corredor de la muerte, una ficción que aborda la historia personal de Pablo Ibar y el desarrollo de su proceso judicial en Estados Unidos, que todavía permanece lleno de dudas y que aún no tiene un final.
Ibar, que lleva preso casi 25 años, 16 de los cuales los pasó en el corredor de la muerte, fue acusado del asesinato de Casimir Sucharski, dueño de un club nocturno, y dos mujeres de 25 años, Sharon Anderson y Marie Rogers. El pasado mayo, se libró de la condena a muerte, pero pasará el resto de su vida en prisión.
Miguel Ángel Silvestre, en el papel de Pablo Ibar, encabeza este relato centrado en la fortaleza de una familia que nunca se ha rendido en su afán por demostrar la inocencia del acusado. La ficción, presentada en 4 capítulos de 50 minutos, está inspirada en el libro de Nacho Carretero y producida por Bambú Producciones, creadores de Fariña.
Para Ramón Campos, guionista y creador, es la "historia de unos padres, hermano y mujer que han dedicado toda su vida a demostrar su inocencia. Una familia que de alguna manera ha pasado en el interior de esa celda los mismos años que Pablo".No es, por tanto, una historia de inocencia o culpabilidad, sino una de amor en las peores condiciones posibles.
La ficción arranca poco antes de la aparición de los cuerpos de un hombre y dos mujeres de 25 años, acribillados a tiros en casa del dueño de un club nocturno de Miami, en Florida. La policía encuentra casquillos de nueve milímetros, la marca de una pisada formada con la sangre de una de las víctimas, huellas dactilares, pelos, una camiseta usada por uno de los asaltantes y un vídeo. Una cámara instalada en el salón de la víctima graba cómo dos personas, una con gorro y gafas, y otra con la cabeza cubierta con una camiseta, que entran en la casa, golpean y matan a las tres víctimas. Esas imágenes son la pista principal de la policía, que decide distribuir el rostro borroso que aparece en el vídeo.
Tres semanas más tarde, en una comisaría de otro distrito, un agente cree reconocer a uno de los asesinos: es Pablo Ibar, un joven de nacionalidad española al que acababan de detener junto a unos amigos por un robo menor. En el 2000, condenan a muerte a Pablo y 16 años más tarde, tras una incansable lucha, la Corte Suprema de Florida anula el veredicto y ordena que Pablo sea juzgado de nuevo. En 2018, comenzó el cuarto juicio del español acusado de triple asesinato, una oportunidad única para devolver la libertad a Ibar después de 24 años en prisión, 16 de ellos en el corredor de la muerte.
La ficción pone el foco en el funcionamiento del sistema judicial estadounidense, en la arbitrariedad de los jurados y en las interferencias generadas por el momento histórico existente, los fogonazos de racismo y la situación política de EEUU.
El reparto se completa con Marisé Álvarez, que interpreta a Tanya Ibar, la novia de Pablo, que acaba convirtiéndose en su esposa. Es una mujer que cree en la inocencia de Pablo de manera incondicional porque la noche de los hechos el acusado dormía a su lado. Cuando lo encarcelaron, ella tenía 16 años. Ramón Agirre da vida a Cándido, padre de Pablo, un histórico pelotari vasco emigrado a Florida en los años 60; y Laura de la Uz a Cristina, su madre.
Los espectadores cuentan con material adicional a la serie, cinco podcast, que incluyen audios reales del caso, y que se aproximan al caso desde la perspectiva del periodista investigador Nacho Carretero y ahondan en la situación actual del proceso.