Miedo, emoción caracterizada por un intenso sentimiento, habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una impresión primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta tanto en los animales como en el ser humano.
Desde que Javier Cárdenas, apadrinado por Alfonso Arús y más tarde por Javier Sardá, observase la rentabilidad que aporta un personaje extravagante en la cuota de pantalla de un programa, muchos han sido los espacios televisivos y radiofónicos que han dado voz a decenas de personajes que hoy denominamos como Freaks.
Comenzamos con la presentadora y actriz Leticia Sabater, el icono infantil de toda una generación, en la cual me incluyo, que ha pasado por varias etapas profesionales en su vida y que ahora anda algo… perdida. Desde su aparición como figurante en el mítico programa Un Dos Tres… Responda otra vez, la barcelonesa ha trabajado en diversos espacios televisivos por diferentes cadenas, incluso llegó a ser “chica Hermida”.
Mark James, uno de los grandes compositores de la historia de la música, con trabajos para Elvis Presley, Brendan Lee o BJ Thomas, cuyo Hooked on a Feeling fue literalmente destrozado por otro de los ídolos juveniles de la pequeña pantalla, David Hasselhoff. El que fuera ex vigilante de la playa de Santa Mónica, Mitch Buchannon o el gran protector Michael Knight, ha tenido ciertos altibajos en su carrera profesional, pero seguramente ninguno comparable al espectáculo realizado en el videoclip de la versión del Hooked on a Feeling.
Cutre, desfasado. Algo similar a nuestro siguiente invitado, un artista o no, que ha revolucionado internet con su single Tachas y Perico. Hablamos de Galatzia, la nueva sensación mexicana que ha reinventado el estilo de Mott Julian, al cual fusila la base de su Sweet Starfire. Álbum que aparecerá en el verano de 2307.
En latinoamérica podemos encontrar un gran surtido de vídeos y cantantes que, sin querer ofender, nos remite a una serie de emociones que varían entre el escrúpulo y el cariño, impresiones que lógicamente nos hacen reír. Desde La Tigresa de Oriente o la explotación infantil de Adriansito, pasando por Delfín Quishpe, hasta llegar a Los Conquitadores del Ecuador y su single El conejito, la música se torna complicada de asimilar o tomar en serio. ¿Otro ejemplo? Bayron y el tema Cogiéndote los calzones.
Pero si creemos que en España nos libramos de este movimiento o como lo queramos llamar, estamos realmente equivocados. Ejemplo de este estremecimiento lo encontramos en el efecto tridimensional del rock, el pop electrónico o el Rap.
Incluso la seriedad con la que se presentan en algunos trabajos musicales y entrevistas, llegan a resultar ofensivos, como es el caso de El Coleta, rapero con un look que nos recuerda a la época más quinquillera que vivió España a finales de los setenta y principios de los ochenta con personajes como El Torete y El Vaquilla. El de Moratalaz parece recoger, a su manera, el testigo de una generación pasada, exponiéndolo en su nuevo disco Más cornás da el hambre.
Sinceramente, recuerdo con mucho más cariño a los artistas que compusieron la banda sonora del extrarradio de Madrid en los setenta y ochenta, que a estos pésimos imitadores de Tupac, Notorius BIG o Snoop Dogg. Sin más, espero vuestros comentarios y vídeos en el Facebook del Blog y en Twitter amigos.