Madrid es una ciudad maravillosa, donde puedes perderte tranquilamente, pasar desapercibido entre sus más de tres millones y medio de habitantes, más de seis si contamos el área metropolitana, agradable según qué zona, con mil actividades a realizar y con unos sempiternos atascos en sus carreteras. Las retenciones desesperan, aburren, irritan, crean conflictos entre conductores e incluso te llevan a conocer nuevas calles y carreteras con tal de no pasar más de medio minuto parado, pero… ¿Os habéis parado a escuchar la música de vuestros compañeros en el atolladero?
Ocho de la mañana. Suena la alarma, In the Mood, ducha, vestidor, cocina, desayuno, dientes, llaves, casi me dejo la comida, llaves, cartera, ¿Y las llaves del cohe?, tabaco, mechero, llaves del coche, galleta para mi perro, ¿Le he cambiado el agua?. Llaves, cartera, llaves del coche, tabaco, mechero, móvil, galleta para Zuko (mi perro). Cierro la puerta de casa, cierro la puerta de entrada del porche, abro el coche, dejo el tupperware en el asiento del copiloto, dejo el tabaco, el móvil, el mechero, algo me pincha en la nalga derecha, son las llaves de casa, a la guantera. Introduzco las llaves del coche en el contacto, punto muerto, arranco, cinturón, primera, dirección M-501, quince minutos, entramos en la M40, diez minutos, atasco, miro el reloj, voy bien no llegaré tarde, parado, empiezo a dudar, bajo la ventanilla, una suave melodía se escapa del coche de al lado.
Olive, mucho tiempo sin escuchar a los ingleses. Comienzo a escuchar más canciones e intento asociarlas a diferentes modelos de coche. Mi carril comienza a moverse, falsa alarma, han sido diez metros, los suficientes para situarme junto al vehículo rojo y negro de mi izquierda, llantas cromadas, lunas tintadas y no sé muy bien si va a trabajar o vuelve de fiesta.
Según me voy acercando al enlace con la M30 observo que algunos conductores prefieren la radio o son más discretos y llevan la ventanilla subida, lástima. Pero espera, a la derecha percibo que un conductor está intentado incorporarse, le dejo pasar no sin antes usar mi elevalunas eléctrico de serie, para cotillear que escucha. Decepción.
Finalmente salimos de la retención y no puedo escuchar a mis compañeros de ruta, así que decido subir el volumen de mi radio y proseguir con mi recorrido hasta la emisora. Pero me asalta la duda, ¿Qué escucháis en vuestro coche? Ya sabéis que podéis postear en blog o en el Facebook y Twitter del mismo. Feliz Lunes!!