Con el estreno en noviembre del documental Algo salvaje. La historia de Bambino pasó algo parecido a lo que ocurrió en la propia vida del artista de Utrera ("artista de artistas", según Camarón). Dudo que mucha gente accediera a ver el documental de Paco Ortiz en las salas. Igual que poca gente vería en televisión a Bambino en su día. No hizo casi porque era reacio al playback. Por suerte, La 2 emitió el documental en su espacio ‘Imprescindibles’ y estará disponible hasta el siete de marzo en la web de la cadena pública. Disfruten.
Bambino, nombre que le viene de una canción de Carosone, murió el 5 de mayo de 1999 por un cáncer de garganta que se negó a operarse. No quería vivir sin voz. Había nacido en Utrera el 12 de febrero de 1940 como Miguel Vargas Jiménez. Una vida intensísima. Tanto en lo personal como en lo musical. "Una noche mía es como el año de un oficinista". Cuando se estrenó el documental, leí a Luis Troquel, periodista musical y guionista de Cachitos que al final de su vida un paisano le soltó: "¡Miguel, que me han dicho que te quedan 15 días de vida!". Y Bambino: "Pero me los llevo todos".
Del documental sobran las dramatizaciones, pese a la voz de Carlos Herrera, pero el resto es excepcional. Porque sale quien tiene que salir. Hasta me interesa lo que diga Bunbury (y no toda esa patulea que sale en Lola). Y desde luego, entre los que no lo conocieron, me interesa la antropóloga Cristina Cruces, que también desasna en ‘Lola’. Aparece en Algo salvaje… la hija de Alfonso Santiesteban (del compositor hay material grabado). De Santiesteban eran Culpable, Plegaria de un fracaso o Mi amor es mío. De Solano, Rafael de León y Ochaíta, La pared, Tengo miedo o No me des guerra. De Manuel Alejandro Se me va, Te estoy queriendo tanto, Voy a perder la cabeza por tu amor o Procuro olvidarte. Entre las más de 500 canciones que grabó también están Corazón loco, Dos gardenias y Algo de mí, de Camilo Sesto.
En 1963, Gitanillo de Triana se lo llevó a Madrid. Al Duende, con Pastora Imperio. Luego, Pasapoga, Las Cuevas, Los Canasteros (con Caracol), Torres Bermejas (con la Paquera y Faíco). En Barcelona, Tabú, Las Vegas, El Bombín. Un público privilegiado y testigo de sus catarsis salvajes. Rocío Jurado (y no al borde de la muerte) cantando En el punto de partida es María Ostiz al lado de Bambino. Su movimiento de chaqueta es más famoso que el del presidente Bartlett en El ala oeste. Es más que nuestro Elvis. Un hombre libérrimo en la España de Franco. En lo sexual también. Bisexual y gitano. Flamenco por encima del flamenco. Desde la bulería y la rumba hizo suyos los boleros, las rancheras, las coplas, las canciones ligeras que con él dejaban de serlo. En una grabación suya se vieron por primera vez Paco de Lucía y Camarón.
"A Miguel le pasa algo, no le sale la voz", dijo el guitarrista Niño José Manuel a un compañero en un concierto de Rota. No volvió a subirse a un escenario. Le diagnosticaron el cáncer de garganta. "Pues si no puedo cantar más en la vida, cuando llegue, llegue. Para no poder cantar, no quiero vivir".