Ha muerto en Milán, a los ochenta y un años, una de las más grandes cantantes italianas, Milva, que junto a Mina y Ornella Vanoni formó el triunvirato de las intérpretes más populares. Fue, además, quien más discos grabó en su país, ciento setenta y tres, calculándose que ha vendido más de ochenta millones de copias. Estaba enferma desde hacía largo tiempo, falleciendo a causa del mal de Alzheimer. Vivía con la compañía de su hija Martina, crítica de arte, y de su secretaria, Edith.
Sólo dos amores se le conocen a Milva: con el hombre que guió su carrera, Mautizio Corgnati, con quien contrajo matrimonio en 1961, hasta 1969, siendo padres de la mentada Martina. Y tiempo después, junto al actor Luigi Pistilli, a lo largo de cuatro años, hasta que él se suicidó en 1996.
Milva comenzó muy joven a cantar. En sus principios adoptó el seudónimo de Sabrina. Se llamaba María Ilva Biolcati y era natural de un pueblecito llamado Goro, en la provincia italiana de Ferrara. Fue llamada, por su estilo interpretativo, la garra y emoción que imprimía a sus canciones, la pantera de Goro. Mina, con quien rivalizaba en los años 6o y 70, era a su vez motejada como la tigresa de Cremona. Dos cantantes viscerales que se entregaban al público. Además, Milva era conocida asimismo como la rosa, en virtud de que sus largos cabellos eran de ese parecido color, en realidad pelirrojos.
El Festival de San Remo fue su trampolín para darse a conocer en Europa, donde tomó parte en quince ediciones, compitiendo con las mayores glorias de la canción popular italiana, como Doménico Modigno, Adriano Celentano, Iva Zanicchi y las ya citadas Mina y Ornella Vanoni. El repertorio de Milva siempre fue ecléctico, versátil, muy variado, como es el hecho de interpretar desde Milord, creación de Edith Piaf, a la que adoraba, a Bella Ciao, que es un tema patriótico. Sin olvidarnos que se lucía con tangos italianos como si hubiera nacido en Buenos Aires. No en vano Astor Piazolla, uno de los grandes creadores de ellos, la consideraba como una de sus intérpretes favoritas. Descubrimos en Youtube que Milva había versionado en un canal de televisión el célebre Caminito, a dúo con nuestro Julio Iglesias. Otros números tangueros en su voz, serían Adiós, Pampa mía, La cumparsita, A media luz o Tango azul. Grabó una selección de ellos en perfecto español, pues también gustaba de cantar en otras lenguas, lo que le permitió que su leyenda se extendiera a muchos países. Tenía una voz potente y ante el público exhibía recursos teatrales, algo histriónica, poliédrica artista que también había estrenado espectáculos de Kurt Weill y Bertold Brech. Siendo cantante popular gustaba a una clase de público cultivado. Inspirados compositores como Ennio Morricone, Mikis Theodorakis, Vangelis, Franco Battiato y otros, la consideraban una excelente comunicadora de su música.
Se retiró en 2010 y ocho años después el Festival de San Remo le dedicó un homenaje por su triunfal carrera.