En abril de este año, durante la presentación de su libro Chanel, cocaína y Dom Pérignon (Ediciones B, 2019), Loquillo declaró que estaba preparando un nuevo disco y dijo que el trabajo que estaba por venir "es uno de mis mejores álbumes": "Ha habido discos fundamentales en mi vida y este está entre los tres primeros".
Este viernes, el rockero catalán presenta, a modo de adelanto, una biopsia directa y contundente de su nuevo trabajo. Se trata de "El último clásico", un rock de corte glam compuesto por su guitarrista escudero, Igor Paskual, y que también da nombre a un trabajo que verá la luz en octubre.
En la pieza, el Loco parte de un ecosistema en el que "hay demasiados dirigentes, / van demasiado sonrientes / y ya no hay vida inteligente". Ante este mundo posmoderno e infestado de apariencias, en el que "no han dejado nada eterno", el cantante se reivindica, ante los audaces y los valientes, como el último clásico y, frente al miedo, invita a no buscar en lo nuevo, sino a volver "a lo básico".
La canción es un traje a medida para un artista que, como dijo el año pasado en Zenda, es "muy consciente de que es la estrella del rock más importante del país. Tiene que ser consciente de eso y asumirlo. A mí no se me caen los anillos en el sentido de que yo sé cuáles son mis responsabilidades".
El último clásico –el álbum– ha sido grabado en los estudios Music Lan de Figueras –como la versión que hicieron de "El rey del glam", de Alaska y Dinarama–. Producido por Josu García, con Jordi Solé a los controles, el nuevo trabajo del Loco incluye canciones del ya citado Igor Paskual, de Gabriel Sopeña, de Marc Ros (Sidonie), de Santi Balmes (Love of Lesbian), de Leiva o del propio productor, Josu García.