Entrevistar a Iñaki Uoho Antón (Bilbao, 1964) tiene algo como de volver a los diecisiete. Llegué a Extremoduro y a Platero y Tú –perdón por la batallita– en la adolescencia temprana, cuando los primeros publicaron Yo, minoría absoluta (2002) y los segundos decretaron su disolución. Me sé sus solos de guitarra de memoria –ejecutarlos es ya otra cosa, claro–. También los "me cago en tu padre, Manué".
Desde 2006, Iñaki Antón es el estandarte de Inconscientes, banda que comanda junto al cantante Jon Calvo y que acaba de publicar su tercer disco de estudio: No somos viento (Dromedario Records, 2018). El LP es un trueno rockero y heterodoxo, una colección de nueve canciones que exploran sentimientos, invitan a tomar las riendas y dejan vía libre al oyente para la propia interpretación. El sonido es compacto, detallista, artesanal. En sus letras, hay un plus de lirismo con respecto a sus trabajos previos. Colaboran Fito Cabrales, Carlos Tarque y Kutxi Romero.
LD conversa con el genial músico sobre No somos viento:
P: Iñaki, ¿un optimista es un pesimista mal informado?
R: Eh… (Piensa) ¡Joder, empezamos bien! (Risas) Puede que haya ocasiones en que sí, pero no lo creo. Creo que un pesimista es una persona excesivamente realista y, a veces, hay que salir un poco de la realidad para vivir. Hay que tener un punto de optimismo.
P: Creo que os ha quedado un disco muy oscuro.
R: ¡Ah! ¿Sí? No tengo esa sensación, puede que te refieras a...
P: En realidad, creo que es un disco oscuro pero con ventanas por las que entra luz. Por ejemplo, en la canción que da título al disco, cantáis: "Es importante no ser un desliz; afuera nadie espera al que nada esperó". Animais a tomar las riendas.
R: Exacto. Es una llamada a la actividad, a dejar de quejarse, a dedicar más esfuerzos a hacer más cosas por ti mismo que a quejarte y decir que está todo mal, que a veces es a los que nos dedicamos y no nos lleva a ningún sitio.
P: "Bajo el escaparate / de la normalidad, / se esconde la gente". ¿Cómo es ese escaparate?
R: ¡Bueno! Hay cosas que no hay que explicar demasiado porque pierden punto. Esta en concreto se explica bien por sí sola. A veces, tendemos a ir en masa, a dejarnos manejar por las grandes empresas globales, al final, de una forma u otra. Da lo mismo: redes sociales, smartphones… Nos idiotizamos. De un poco de eso habla la frase.
P: Me gusta mucho "Ruge la roca", un blues que interpreto como un manifiesto onírico y escapista: "Por favor, no me despiertes; / si es un sueño, mejor / vivirlo eternamente. (…) Desde la cima, me vuelve a gritar / aquello que quiero escuchar: / ‘No existe el pecado, / se pudren los credos, / no hay rastro de fe en el lugar’".
R: Es un disco que habla mucho, en un porcentaje importante, de sentimientos. Igual no estamos muy acostumbrados. Más que pensar que partimos de un ecosistema malo, creo que partimos de un ecosistema difícil. Nadie ha dicho que esto sea fácil. A partir de ahí, hablamos de miedos, de pérdidas, de sentimientos que todos tenemos alguna vez. Creo que, siempre, desde un punto de vista positivo. El decir que es muy jodido sentir miedos no quiere decir que nos tengamos que meter en un agujero. Todo lo contrario.
P: Por cierto, antes utilicé el verbo "interpretar". En esta ocasión, creo que dejáis más campo, más manga ancha al oyente para que interprete, desde su imaginación, vivencias, ideología, etcétera, vuestras canciones.
R: Eso es lo que intentamos, de eso se trata. De que un texto, a veces te sale mejor, a veces te sale peor, pero cuentas algo, hablas de lo que sea. Antes hemos hablado de sentimientos. Pues de sentimientos. Pero tiene que ser desde un punto de vista abierto, interpretable. Que cada persona lo pueda hacer un poco suyo, llevar a su terreno. No nos gustan los textos demasiado explícitos. "El alcalde roba". Bueno, hay mucha frase que dice esa gente. Eso lo sabemos. Y hay muchas otras maneras de llegar ahí.
P: El amor o, más bien, el desamor se filtra con crudeza, tremendismo y amargura.
R: Depende del momento. El desamor es un buen alimento literario, uno de los mejores. No creo que en este disco concreto sea un gran protagonista, aunque a veces sí que se pueden establecer paralelismos entre sentimientos o temas sociales con las relaciones personales. Es lo que hablábamos antes: la cosa es abierta. Muchas veces no hay que tratar de entender todo con demasiada textualidad.
P: Por cierto, creo que os ha quedado un disco muy lírico, con muchas imágenes que a veces rozan la greguería. Por ejemplo, en "Alaridos", cantáis: "No conozco las venas de este bosque / donde pájaros insomnes han tallado el hormigón". O en "El avispero": "Hágase noviembre alrededor".
R: En este disco hemos dedicado un espacio importante a trabajar en exclusiva con los textos. A trabajarlos con un (piensa) alto chef de la palabra, como Kutxi Romero. Entonces, a partir de las ideas que teníamos y de los textos que teníamos escritos, como hemos hecho con la música, hemos pulido, hemos mirado cada preposición, cada adjetivo, cada metáfora, cuidadosamente. Partimos de unos textos que están hechos, les hemos dedicado dos meses de trabajo y, encima en colaboración con un tío muy bueno. Algo se tiene que notar.
P: En los créditos de la autoría de las canciones, amén del tándem Uoho/Calvo, aparecen Aiert Erkoreka ("No somos viento" y "Entre otras vidas") y Miguel Colino ("Con mis pies"). A nivel compositivo, ¿es No somos viento el disco más coral de Inconscientes?
R: Miguel firma por lo menos una canción de cada disco de Inconscientes. Trae ideas y, a partir de ahí, trabajamos. Aquí, en el tema compositivo, trabajamos sobre todo Calvo y yo, pero el resto se van animando. Aiert se ha animado por primera vez, se ha echado p’alante, y ha traído dos temas totalmente opuestos y muy guapos. Es bueno que cada vez haya más gente que aporte ideas.
P: También se cuelan las voces de Fito Cabrales, Carlos Tarque y Kutxi Romero.
R: Sí. Cada colaboración ha surgido de una forma. Son gente con los que he tenido mucha relación, son amigos míos. Lo de Fito surgió de una manera muy natural. Un día que nos vimos para comer, él me pidió que tocara con él un par de canciones de Platero en Bilbao y, allí mismo, se me ocurrió: "¿Por qué no te cantas una, tío?". Dijo que "vale", eligió una y se la cantó. Lo de Kutxi es algo más natural todavía. Kutxi ha sido el sexto inconsciente. Lo es. Ha estado trabajando con ilusión, desinteresadamente. Hemos estado él y yo, mano a mano, dos meses. Era de cajón: "Kutxi, te tienes que cantar una. Elige la que te dé la gana". Y eligió "En el pulmón". La única que hemos pedido ha sido la de Carlos. Le llamé porque, bueno, teníamos dos colaboradores, nunca habíamos tenido ninguno, y ya podríamos…
P: Tener la trinidad.
R: Sí. Es bonito, ¿no? Es muy guapo ver dónde lleva una canción una persona.
P: Iñaki, no me interesa preguntar cosas del tipo "¿volverá Platero y Tú?", pero verte tocar con Fito "El roce de tu cuerpo" y "Hay poco rock&roll" hace unas semanas en Bilbao fue emocionante. Y eso que me limité a verlo por internet: vivir esa colaboración estando allí debió ser impresionante.
R: Lo impresionante era escuchar en aquellas dos canciones de Platero. El concierto bueno lo disfrutamos desde el escenario. Nosotros, Fito, yo y los otros tres músicos que estábamos allí, estábamos asistiendo a un evento flipante (risas). Nos convertimos en un público asombrado. Fue increíble. Fueron diez minutos muy emocionantes. Fito colgó una canción en internet y está cogido el sonido de la mesa. Vale, muy bien. Pero ahí falta lo mejor de aquella canción, que era el sonido del público. Ponía la carne de gallina. Te lo juro. Era más potente el sonido del público que el del equipo de sonido. Fue impresionante, impresionante.
P: Para terminar, ¿hay gira a la vista? Fui al concierto que disteis en la Sala Penelope, que ya no se llama así. Me pareció un show muy divertido.
R: Eso intentamos. Nosotros, en directo, nos lo pasamos muy bien. Cuando componemos y grabamos procuramos trabajar concienzudamente, cuidar los detalles, pero en directo nos divertimos. Procuramos hacer un repertorio que sea una hora y media de fiesta, que todos lo pasemos bien, incluidos nosotros. Hemos decidido no tocar en verano y empezar una gira por salas en octubre/noviembre.