Prince Roger Nelson ha sido el mejor artista sobre un escenario. Seguramente no ha sido el mejor compositor, no ha sido el mejor bailarín, el mejor guitarrista, el mejor cantante, el mejor showman. Sin embargo, en todas estas facetas, ha sido el segundo mejor. Consiguió dominar todos los aspectos de la escena pop llegando a estar a la altura de los mejores.
1. Su forma de cantar. En sus primeros vinilos (sí, antes los discos eran de vinilo) solía utilizar el falsete. Sin embargo bien podía irse a registros de bajo y a continuación romperse la voz con un grito desgarrador. Recordad "Kiss", el tema que popularizó Tom Jones pero que fue compuesto por Prince y grabado en su álbum Parade. Un tema de 3:38 minutos lleno de falsetes, modulaciones, gorgoritos sutiles y gritos.
2. Su forma de moverse. Esa mezcla entre James Brown y Michael Jackson. Capaz de subirse a un piano y girar con la misma elegancia que se tiraba al suelo con las piernas abiertas y rebotaba como si fuera de plastilina. Le he visto medio desnudarse arrancándose la ropa o transformarse en una de sus bailarinas para engañar al público.
3. Su forma de tocar la guitarra. Se cuenta que alguien preguntó a Eric Clapton que se sentía siendo el mejor guitarrista del mundo. Él contesto: "No sé. Preguntádselo a Prince".
4. Su forma de tocar cualquier instrumento. He tenido la suerte de verle en varias ocasiones. En Madrid, en Marbella, en Paris… La maestría para interpretar a la guitarra y al piano eran sobrecogedoras. Pero en el concierto de Marbella vi algo que no he visto nunca. Tocó todos los instrumentos sobre el escenario: la batería, el bajo, teclados, piano, guitarra eléctrica, acústica, trompeta y saxo.
5. Su forma de dirigir a la banda. Él decidía cuál era la formación. Los mejores músicos, ésa era su receta. En directo los hacía parar, disminuir el tempo, daba órdenes para marcar un ritmo e improvisar. Tenía una seña: "I’m the one". La banda paraba en un loop de bajo y batería y él improvisaba. Los conciertos podían alargarse durante horas. Nadie ha repetido esta experiencia en un concierto de música pop.
6. Su forma de improvisar. Con la guitarra, haciendo coros de voces, con solos de piano. La improvisación formaba parte de su música. No solía repetir interpretaciones, en cada concierto una versión diferente de la misma canción. Era imposible saber qué iba a hacer en cada momento.
7. Su forma de controlarlo todo. Solía tener una mesa de mezclas entre bambalinas. Salía de escena y ecualizaba para mejorar el sonido. Le he visto tocar sin monitores en el escenario. Firmaba las coreografías, diseñaba su vestuario y el de todos los componentes de la banda, los instrumentos (en especial sus guitarras), controlaba la puesta en escena… Todo bajo control con su sello.
La gira que tenía en marcha, y que ya no le traerá a Europa, concentraba la esencia del Príncipe. Sólo necesitaba un piano y su genio.