Existen determinadas fechas marcadas por la fatalidad en el mundo de la música. Eso bien lo sabemos últimamente, ya que todavía arden las recientes muertes de iconos como David Bowie, Lemmy Kilmister o George Martin, entre otros. Pero también nos encontramos con algunos momentos cuyo dolor continúa latiendo, aunque hayan pasado más de cuarenta años. Una de esas historias es la de Tammi Terrell, fallecida un 16 de marzo de 1970.
La historia de esta inolvidable vocalista arrancaba en 1945, cuando viene al mundo en Philadelphia, bajo el nombre de Thomasina Winifred Montgomery, que convertirá en Tammi en su adolescencia. Ya a la edad de catorce años comienza a destacar en concursos de talentos y, apenas dos años más tarde, firma su primer contrato discográfico con el productor Luther Dixon. Durante esta época, es seguida por el mismísimo James Brown, quien se la lleva a su sello Try Me, entrando por primera vez en las listas de éxitos con el tema "I Cried". Al mismo tiempo, desarrollaba una relación sentimental con Brown, marcada por los abusos, a la que puso fin en 1964, con un primer y breve alejamiento de la actividad musical.
A finales de aquel año, vuelve a actuar como acompañante de Jerry Butler, al tiempo que continúa con sus estudios. Y entonces ocurren dos hechos que marcaran su vida de forma definitiva. Por un lado, es reclutada por el sello Motown, tras ser escuchada en directo por el jefe absoluto de la casa de Detroit, Berry Gordy. Por esos días, comienza también otra relación (bastante abusiva, por segunda vez), con el vocalista de The Temptations, David Ruffin. Un romance en el que Tammi asume el apellido artístico de su pareja, y también se lleva no pocas decepciones y golpes, tanto físicos como psicológicos. Y es que David ya tenía varias relaciones paralelas, que la artista fue descubriendo con el tiempo, lo que motivó no pocas peleas, y más de un maltrato físico, en una mujer cuya salud siempre estuvo marcada por jaquecas cada vez más frecuentes.
Comenzó a grabar canciones en solitario para su nuevo sello (temas como "Come On And See Me" o "This Old Heart Of Mine" ("Is Weak for You") entre otros, pero ninguna de ellas lograba llegar al éxito en listas: algunas voces apuntaban a su voz, que no llegaba al nivel y carisma de otros iconos de Motown, pero esas dudas se disiparon con la fórmula que adoptó el sello, y con la que pasaría a la historia: sus duetos con Marvin Gaye. Nos encontramos en 1967 y el sello decide incorporarla para grabar junto a Gaye, sustituyendo a Kim Weston. Un cambio de última hora, ya que ni el propio Gaye la había escuchado cantar hasta el momento mismo de comenzar a grabar. El título de esta primera colaboración es "Ain’t No Mountain High Enough", y el resultado supera cualquier expectativa: entra en las posiciones más altas de las listas de todo el país, y además revela una química musical entre ambos insuperable. Lo cierto es que, cuando se juntaban en un estudio o escenario, la implicación y complicidad de ambos les hacía llevar la interpretación un paso más allá, hecho que se reflejaba en la gran relación personal que tuvieron desde el primer momento.
Junto a Gaye graba una serie de temas que les colocan siempre en el foco de la actualidad, como "You’re All I Need to Get By", "Ain’t Nothing Like The Real Thing" o "Your Precious Love". Aunque no todo eran buenas noticias: Tammi sufría cada vez más de fuertes dolores de cabeza, hasta que el 14 de octubre de 1967, la vocalista se desmaya sobre el escenario, en brazos de Marvin. Un diagnóstico confirma la existencia de un tumor cerebral, que obliga a Tammi a retirarse de los escenarios, y comenzar un doloroso proceso de operaciones, convalecencias y grabaciones esporádicas (alguna de las citadas arriba), espoleadas por la casa de discos, que oculta su condición al público. Se llega incluso a grabar la voz de Valerie Simpson en el tema "The Onion Song", haciéndose pasar por Terrell. Las protestas de Marvin Gaye quedaron sofocadas por el estudio, que le dice que los royalties conseguidos por el tema irán a Terrell y a su familia.
Es precisamente en un concierto de Gaye cuando la artista hace su última aparición pública: se dice que, al divisarla Marvin desde el escenario, corrió a abrazarla y terminaron cantando una última vez. Pocos meses más tarde, fallecía a la edad de 24 años. Terminaba una vida llena de abusos, alguno de los cuales pudo influir en el desarrollo del tumor que puso fin a sus días. Marvin Gaye (al que el destino le tenía reservada también un trágico fin), tardó años en recuperarse, dejando su carrera a un lado y refugiándose en las drogas y la soledad. Aunque regresó, y logró muchos más éxitos, nunca superó la pérdida de su mejor amiga, su hermana pequeña del escenario y de la vida. Juntos, formaron uno de los mejores duetos vocales de la historia de la música moderna.