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Buffalo Springfield, 50 años de historia

Se cumple medio siglo de la formación de la mítica banda.

Cada vez que la ficción nos muestra ese conjunto de imágenes que abarcan la contracultura californiana de los sesenta y la Guerra de Vietnam, nuestra mente vuelve a Buffalo Springfield y a su tema "For What It’s Worth". Por supuesto, no se trata de su única gran canción, pero sin duda es la que ha perdurado con más fuerza. Un tema que expresaba en parte el sentir de un momento determinado en la historia de Estados Unidos, además de ofrecernos un buen pedazo de la receta que preparó esta superbanda durante aquellos años.

Un milagro que duró cohesionado un plazo equivalente a tres discos en menos de tres años completos. Pero la historia tiene un comienzo y es así a donde nos dirigimos: en 1965, varios músicos muy jóvenes, pero con mucho talento, coinciden en una gira de un proyecto llamado The Company en Canadá. En este agonizante grupo, figura un talentoso guitarrista y vocalista llamado Stephen Stills, quien pronto se mudará a California para trabajar como músico de sesión, tras la disolución de esta banda. En su camino se cruza otro chaval llamado Neil Young, cuya banda corre una suerte parecida, y sus posibilidades de grabar un disco con su siguiente proyecto también se desvanecen. Al menos, allí conoce al bajista Bruce Palmer, junto al que se dirige a Los Ángeles, donde se encuentra de nuevo con Stills. A esta composición hay que agregarle dos piezas más, en forma de la guitarra y voz de Richie Furay y de la batería de Dewey Martin.

El nombre del grupo, lo sacaron de una inscripción en el costado de una apisonadora, y su equivalencia sonora dejó, de igual modo, aplanado el camino para aquellos que se atreviesen a unir con tanta maestría elementos del rock, del country, del blues y del folk, en un proyecto tan original como enérgico. Dicha fuerza se podía comprobar en sus directos por la ciudad, que les empieza a generar una reputación en la comunidad musical, tanto de aficionados como de profesionales. Una expectación que genera la firma de un contrato, a finales de 1966, con Atlantic Records, a través de su sello ATCO.

Con ellos editan su primer disco, titulado simplemente Buffalo Springfield, en el que ofrecen un derroche de imaginación, talento y pericia que pocos podían reclamar con tan temprana edad. Un álbum en el que Stills y Young se reparten el peso compositivo, brillando el segundo en canciones como "Flying on The Ground is Wrong", o "Nowadays Clancy Can’t Even Sing". Frente a aportaciones tan soberbias, Stills mostraba su repertorio de músicas populares, entrelazadas en "Go And Say Goodbye", la lograda "Hot Dusty Roads" y, sobre todo, "For What It’s Worth". El tema entró a formar parte del grupo de canciones que pasan del millón de copias vendidas. Aunque originalmente, no formaba parte del disco, ocupó un lugar destacado desde la primera reedición del mismo, tras su paso por el top ten de sencillos de la época. Los disturbios ocurridos en Los Angeles entre la juventud contracultural y la Policía, motivados por las restricciones aplicadas por el gobierno local al acceso a determinados locales y zonas, inspiraron la letra de "For What It’s Worth", que allanó el camino al éxito del siguiente trabajo de la banda.

Dicha continuación llegó tan solo unos meses después, bajo el nombre de Buffalo Springfield Again: una colección de grandes canciones, separadas entre sí por la propia distancia que crecía entre los dos principales responsables artísticos del proyecto, Stephen Stills y Neil Young. Además, el abanico de músicas se amplia, con la presencia de toques psicodélicos en algún tema, y con la nueva batuta de Furay, que se ocupa de componer temas como "A Child’s Claim To Fame". Young brilla en "Mr. Soul" y "Expecting to Fly", a las que adornan temas como "Broken Arrow", que cierra el disco. Stills responde con "Bluebird" o "Rock and Roll Woman", dejando claro que hay competencia de sobra… tanta que, para cuando sale su tercer y último disco, sus días como banda estaban contados.

El testamento musical de la formación, Last Time Around (1968), se graba en unas condiciones algo peculiares, con un Neil Young que aparece menos de lo habitual, tanto en el estudio como en la cantidad de canciones que aporta. Por otro lado, y ya desde su anterior LP, Palmer arrastraba un problema de adicciones que le llevaba a abandonar la banda de forma intermitente. Aún así, el disco salió adelante y con canciones bastante notables, aunque con el anuncio de separación a la vuelta de la esquina. Las ganas de Neil por formar su propio proyecto, unidas a la diferencias creativas con Stills, separaban los caminos de ambos (irónicamente, volverían a encontrarse en varias ocasiones en Crosby, Stills, Nash & Young). Con la separación de Buffalo Springfield, se perdía a una de las referencias country-rock y folk del panorama norteamericano, un pilar básico para entender hacia dónde se movía buena parte de la música popular de Estados Unidos en los agitados años sesenta. Cincuenta años han pasado ya desde sus primeros pasos.

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