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Bienvenidos al Hotel California

Ese lugar donde los Eagles dejaron su sello en la música.

Eagles en Vancuver en 2013 | Cordon Press

Los hechos sucedieron en la Navidad de 1976, y tuvieron como protagonistas a un grupo de músicos con base en Los Ángeles, conocidos con Eagles. Una banda que, ya por aquellas fechas, despertaba amores y odios entre los fans del rock and roll, y decir eso en la segunda mitad de los setenta no era ninguna tontería. Pero así eran las cosas: la banda cultivaba una fórmula de rock suave, con toques de country y poca dosis guitarrera en general, lo cual alejaba su música de un nutrido grupo de fans, pero les colocaba en un punto muy deseado por otros: bajo la atención del gran público, el amplio destinatario que convierte tus discos en éxito de ventas, si consigues dar con esa tecla mágica para gustar en casi cualquier ambiente. Por supuesto, Eagles ya lo habían logrado en el pasado, con trabajos como One of These Nights, editado en 1975. Pero, a lo largo de 1976, las cosas iban a pasar a un punto que casi nadie podía haber vaticinado.

En primer lugar, la banda sacaba al mercado un álbum recopilatorio titulado Their Greatest Hits (1971-1975), en el que se juntaba lo mejor de su carrera hasta la fecha, con temas como Desperado o el Take It Easy que habían firmado con Jackson Browne. Un trabajo que, para sorpresa de algunos, vendió más de un millón de copias en su primer año, solo en Estados Unidos. Una cifra que se quedaría pequeña a medida que pasaban los años, llegando a los casi treinta millones de unidades a fecha de hoy. Las ventas mundiales del álbum se acercan a los 42 millones, lo que convierte el disco en uno de los más vendidos de la historia. Eso nos da una idea del punto al que llegaron a gustar al gran público. Pero su mayor victoria musical tuvo lugar, como decíamos al comienzo, a finales de 1976.

El disco, al igual que Desperado (1973), era un álbum conceptual, pero alejado de la temática del western, y más enfocado a la decadencia y materialismo que observaban en la Norteamérica del momento. Con ese enfoque, encontramos canciones como Life in The Fast Lane, firmada por el vocalista y batería Don Henley, y los también polifacéticos Glenn Frey y Joe Walsh. Wasted Time o Pretty Maids in a Row son otros dos ejemplos del modo en que la falta de esperanza había dejado su marca en las letras de un conjunto que, ya en aquellos días, salpicaba sus grabaciones con peleas, tensiones y problemas varios a nivel de banda.

Pero a pesar de dichos problemas, de que no dejaran a Don Felder interpretar la voz principal en Victim of Love (uno de los mejores temas del disco), de que Randy Meisner saliera de la banda en menos de un año, harto de discutir todos los días con sus compañeros, a pesar incluso de que llegaran a jurar que no volverían a tocar juntos tras su separación… hubo una canción que justificó todas las dificultades de su camino, y no es otra que Hotel California. El mejor tema del álbum (seguido de New Kid in Town, a una considerable distancia), catapultó a la banda como un icono absoluto, y les convirtió en el grupo estadounidense más exitoso de la década. Un tema con muchas interpretaciones, y una letra algo críptica, que ponía a Eagles en el punto de mira de fans, curiosos y críticos, todos intrigados con la idea de aquel lugar de ubicación desconocida, del que no se puede salir.

En efecto, se hablaba de un lugar al que uno llega a través de una autopista desértica, salpicado de sombras y en el que te guían con una vela a través de unos pasillos de pesadilla, en los que conviven varias figuras marcadas por la angustia y el dolor. Y eso, en lugar de hacer referencia al infierno, las drogas o cualquier otra interpretación oscura y trasnochada, apuntaba siempre al mismo lugar: Estados Unidos, y su reflejo distorsionado del llamado Sueño Americano. Un cuadro que intentaba explicar el sentir de músicos comerciales y artistas al mismo tiempo, que viajaban a través de la cara sórdida del éxito en mitad de los setenta. Aunque, como dejábamos caer, existen interpretaciones para todos los gustos, eso sin duda.

En Hotel California, los Eagles cimentan una leyenda que, décadas después, y tras pasar por versiones tan reconocibles como la de Gypsy Kings, ha sobrevivido a la separación de la banda, su posterior reunión en los noventa, sus proyectos en solitario y cualquier referencia a la música rock de misteriosas referencias. Hotel California es la confirmación del éxito, además del mejor trabajo de la banda, algo no siempre ocurre. Y, por supuesto, se trata también de una de esas canciones que todos escuchamos siempre que tenemos ocasión (no en vano, es una de las más emitidas por la radios de todo el mundo, tanto entonces como ahora). Hora pues de volver a disfrutarla.

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