Menú
Rosa Belmonte

La que sí rozó su falda

Ay del que se atreva a escribir de doña Concha Piquer sin haber rozado su falda. El libro que ha escrito su hija lo demuestra.

Ay del que se atreva a escribir de doña Concha Piquer sin haber rozado su falda. El libro que ha escrito su hija lo demuestra.
Concha Piquer | TVE

Concha Márquez Piquer es la depositaria oficial de los recuerdos de Concha Piquer. Y ay del que se atreva a escribir de doña Concha sin haber rozado su falda, como la hijísima le dice a Beatriz Cortázar en una entrevista en Corazón CzN tve a propósito "del mindundi" que escribió El baúl de la Piquer. Márquez Piquer acaba de publicar un libro sobre su madre. Hace años sacó uno de recetas que a ratos también era de memorias. Mi párrafo favorito: "A mis hijas y nieto les gusta el caviar. Conchitín, Oliver e Iris lo toman desde muy pequeños, algo que es extrañísimo en los niños. Coral prefería el paté".

De la entrevista de Cortázar, me quedo con esta pregunta y respuesta: "Las grandes de la copla o no están o viven retiradas o, lo que es peor aún, acaban de salir de la cárcel. ¿Qué pasará con el género?". "Cuando habla de la que está en la cárcel, imagino que no habrá caído en la tentación de nombrarla como una grande. De ser así tendría mucha vigencia el comentario que hizo mi amigo Rafael de León cuando le preguntaron qué opinaba de mi madre y él contestó: ‘Primero está la Piquer, luego el mar y después todas las demás’". Recuerda también cuando Carlos Herrera entrevistó a Miguel de Molina y este desmintió el rumor de que la Piquer hubiera tenido algo que ver con su salida de España: "A buenas horas, mangas verdes, cuando ya estamos los dos viviendo con permiso del sepulturero", dijo ella. Durante la Guerra Civil la única canción que se oía en los dos bandos, cantada por uno o por el otro, era "Ojos verdes". En el disco que compartieron madre e hija hace unos años, es esta la que canta la legendaria copla. Y también ‘El romance de la otra’. Lo cierto es que la otra no era doña Concha sino Ignacia de Arechavala, la esposa de Antonio Márquez, aunque fuera la que llevaba el anillo con fecha por dentro.

Escuchando el disco se llegaba a la conclusión de que el principal escollo en la carrera de Conchín ha sido tener como madre a la Piquer. La edición de ese cedé llevaba incluido también un DVD que contenía la entrevista de Cantares. Actuaba la hija en el Corral de la Pacheca y por eso doña Concha, que estaba retirada desde el 13 de enero de 1957, accedió a hablar con Lauren Postigo. Aparte de decir aquello tan gracioso de que si no ganaba dinero no se divertía (con caída dramática de ojos), aseguró que a ella nadie le había hecho sombra, nadie le había pisado el poncho.

Una de las novedades de Así era mi madre Concha Piquer es la revelación de la historia del hijo que tuvo con el maestro Penella (abuelo de Emma Penella, Elisa Montés y Terele Pávez). El niño murió de meningitis. El músico, que preparaba el estreno de El gato montés, se la llevó con su compañía a Nueva York. Le escribió El florero, que la jovencita interpretaba en el entreacto de la ópera. Más tarde cantaría con Al Jonson, Eddie Cantor o Jeanette MacDonald y volvió a España a triunfar. «Viene la Guerra, termina la Guerra. Y entonces me encuentro a mí misma», resumía a Lauren Postigo. Otra cosa interesante es la historia del acosador en Nueva York que apareció muerto. Con la mafia de por medio.

Las últimas palabras de doña Concha fueron "Ahora te toca a ti, Conchín". ¿Pero qué necesidad?

En Cultura

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura