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Manuel Román

A la censura franquista "le metieron un gol"

Jane Birkin cumple este 14 de diciembre sesenta y nueve años. Nacida en Londres vive en Francia desde finales de los 60.

Jane Birkin cumple este 14 de diciembre sesenta y nueve años. Nacida en Londres vive en Francia desde finales de los 60.
Jane Birkin y Serge Gainsbourg | Cordon Press

Actriz y cantante, fue protagonista en 1966, de Blow up, a las órdenes de Michelangelo Antonioni, donde aparecía desnuda. Pero más ruido fue el de "Je t´aime … moi non plus", una melodía erótica que ella estrenó tres años más tarde, en donde lo que verdaderamente sobresalía era una sucesión de jadeos, suspiros y ensoñaciones sexuales. El compositor era Serge Gainsbourg, a la sazón marido de la cantante. Le había propuesto a su amante, Brigitte Bardot, que la grabara, pero se negó. Y Jane Birkin decidió ser ella quien la interpretara.

Me lo contó ella misma en una de las entrevistas que le hice, cuando vino a rodar una película en la localidad tarraconense de Bará: "Brigitte tenía por entonces problemas personales con su esposo y le dijo a Serge que no creía fuera el momento de cantar su composición, aunque ya la había registrado en disco. Hubo que llamar a la editora para que no la comercializara. Enterada Mireille Darc de la existencia de "Je t´aime…" se interesó por ella un año después. A punto estuvo de grabarla cuando se me ocurrió decirle a mi esposo que por qué no yo, y que me probase la voz. Así hicimos, con un tono más bajo que el utilizado por Brigitte.

Y la cosa salió bien, en pocas horas, a la primera, a pesar de que no oculto que yo estaba nerviosa, insegura y al terminar le dije a Serge que tal vez debiéramos repetir la grabación. Pero me tranquilizó, diciéndome que ya no saldría tan natural como al principio. Y en seguida se convirtió en un éxito… y en un tema prohibido del que todo el mundo hablaba".

Fue número 1 en las listas francesas y británicas. Eso sucedía en 1969. La multinacional Fonogram tenía los derechos para España de "Je t´aime… moi non plus" y siguiendo las normas habituales solicitó su aprobación para editarse en el correspondiente departamento de censura, que dependía del Ministerio de Información y Turismo, regido por Fraga Iribarne. El funcionario de turno no debió escuchar el disco, limitándose a leer el texto de la canción, completamente inocente. Y dio el visto bueno, con el sello oficial correspondiente. Luego "Je t´aime…" salvó la censura y legalmente pudo editarse. Cien mil ejemplares del disco llegaron a las tiendas y por el procedimiento del "boca a boca", sin publicidad por medio, desaparecieron del mercado en pocas semanas. A ello contribuyó, sin duda, que varias emisoras radiaron la erótica melodía.

De pronto, gentes escandalizadas denunciaron la difusión de aquella pieza. Nunca… ¡nunca! se habían escuchado cosas semejantes desde que el régimen franquista implantó la censura a poco de concluir la guerra civil. Los jerifaltes del Ministerio de Información y Turismo pidieron cuentas al Jefe del Servicio de Censura y éste dio con el infeliz responsable del desaguisado, al que le cayó una bronca de campeonato e imaginamos que el correspondiente castigo. La censura española había sido burlada. Se pusieron en marcha los oportunos mecanismos: orden de retirada de todos los discos disponibles en la casa de discos y en las tiendas. Para entonces, algo ya inútil.

Los comercios guardaron los discos no vendidos, hasta que pasado algún tiempo les fueron dando salida. Los coleccionistas de rarezas no vacilaron en pagar buen precio por aquel material prohibido. A Fonogram pudo haberle caído un multazo considerable, pero contraatacaron ante la inminente sanción, editando una antología de música militar española, lo que resultó mano de santo para las autoridades del Ministerio.

Y "Je t´aime… moi non plus" quedó para la historia del pop como un disco maldito que, de no ser por aquel despistado funcionario de la censura, se hubiera quedado en el limbo para cualquier ciudadano español. Obligado en todo caso de procurarse un ejemplar fuera de nuestras fronteras, por el mismo procedimiento que se obtenían los libros antifranquistas de la editorial Ruedo Ibérico, pongamos por caso.

En cuanto a su intérprete, Jane Birkin, deliciosa criatura que se portó muy simpática conmigo, ya no volvió a tener ningún otro éxito musical de parecido impacto. Madre de tres hijas, pasó por el trance de la muerte violenta de su primogénita, que se suicidó, Kate Barry, fruto de su unión con el músico de las películas de James Bond, John Barry. La segunda, Charlotte Gainsbourg, también cantante, ha tenido una vida complicada y poco edificante, de igual modo que la benjamina, Lou, nacida de su relación con el director de cine Jacques Doillon, cayó en las redes de la droga. Jane Birkin, en todo caso discreta actriz e intérprete de la canción ya es historia y anécdota sólo por la canción evocada.

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