Entre las novedades musicales de este recién estrenado otoño les recomiendo una voz relativamente nueva –luego explicaremos el porqué- que acaba de estrenarse discográficamente: la de Marián Valderrama. El apellido, naturalmente, responde al de su legendario abuelo paterno, gran maestro del flamenco, popularísimo por El emigrante y tantas otras coplas de la postguerra. En cuanto al nombre de pila, apócope de María de los Ángeles, responde al de quien la trajo al mundo, la donostiarra Marián Conde, que nos alegró con sus canciones a partir de los años 70 - ¿recuerdan "Taka-taka"?- y que no se ha retirado aún, pese a que se dedique más a su marido, a su hogar… y a su única hija, toda una feliz promesa en el mundo de la música.
"Canto desde que era muy niña –nos confiesa Marián Valderrama- pero ya ante el público fue contando dieciocho años. Mi padre no quería que yo fuese artista y me aconsejaba estudiar una carrera, tener una estabilidad en la vida. Y aunque continué cantando en adelante, con mayor o menor continuidad, le hice caso, entré en la Universidad hasta licenciarme en Administración y Dirección de Empresas. Que es de lo que vengo viviendo últimamente, tras unas temporadas que estuve fuera de los escenarios. Por supuesto que pienso seguir trabajando en ello y alternando cuando pueda con mis actuaciones musicales. No están las cosas como para aventurarse en el mundo de la canción, aunque me haga mucha ilusión intentar el triunfo".
Tiene muy presente la figura inolvidable de Juanito Valderrama, su abuelo: "Fue un genio indiscutible, trabajador, generoso, con un gran afán de superación, al que siendo muy niña llegué a cantarle algunas veces. Él me decía que estudiara… pero que no dejara de cantar". Y le ha hecho caso. En su actual repertorio alguna vez se atreve con alguna vieja copla de él, como "Guitarra mía". Pero dice que se siente más segura entonando "A tu vera", que estrenara Luisa Ortega (la hija de Manolo Caracol) y popularizara Lola Flores. O bien recurriendo a un éxito de Rocío Jurado, "Mi amante amigo".
Hay que poseer buenos pulmones, tesitura, arte para interpretar ambas piezas. Lo que desea, lógicamente, es tener éxitos propios sin apoyarse en la dinastía familiar. Y así ha debutado con un disco sólo de tres canciones. Para ver lo que pasa… Editar hoy en día un disco, con garantía, significa un buen desembolso. Que ella, con los pies en el suelo, muy responsable, nos ofrece a modo de aperitivo.
Titula su Cd "Marians", su nombre en plural, tal vez como reconocimiento y dedicatoria a su madre. Se abre con "El puente", cuyo autor es Manuel Benítez Carrasco, poeta y rapsoda granadino, ya desaparecido, que siguiendo la vena lírica lorquiana triunfó con los recitados de sus propios versos, sobre todo en Hispanoamérica. Los otros dos números son "Y si te vas", del cantautor jerezano David de María, y "A compás", de Luis Mendes. Las letras de dichas piezas no son nada vulgares, contienen hermosas estrofas poéticas, que nos da a conocer Marián Valderrama con su bonita voz aguda, delicada. Tiene buen gusto interpretativo. No recurre a esos grititos tan de moda en otras colegas de su generación. Y tampoco imita a nadie, aun estando en esa línea de las baladistas del presente.
Ella desliza en esas canciones un toque personal, algún ligero giro aflamencado, en conjunto muy atractivo. Llena de sensibilidad. ¿Y ahora, qué dice tu padre, Juan Valderrama junior? "Lo ve de manera distinta a cuándo quería prohibirme cantar. Porque le obedecí, aprobé una carrera, tengo una vida estable, y le gusta cómo canto". Seguro que si el gran Juanito Valderrama escuchara este primer disco de su nieta, se sentiría feliz y satisfecho.