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Pasión Vega canta a Carlos Cano

El espectáculo se titula Pasión por Cano y es un homenaje a la figura del cantautor granadino, fallecido precisamente por estas fechas.

Pasión Vega | Archivo/Cordon Press

La madrileña, recriada en Málaga, Pasión Vega ha protagonizado este 2014 dos acontecimientos personales que trató de silenciar a la opinión pública. Su boda en Cádiz, casi por sorpresa salvo para sus íntimos y el nacimiento de su hija Alma, hace siete meses. No se han publicado fotografías de ambas celebraciones porque la cantante es muy celosa de su vida privada. De su marido sólo sabemos que se llama Carlos. Ella no ha filtrado, que sepamos, ningún otro dato. Viven en el popular barrio gaditano de La Viña.

La reaparición musical de Pasión Vega se produce este lunes, 15 de diciembre, en el Teatro Real de Madrid, donde ya ha actuado con anterioridad. El coliseo operístico hace ya más de treinta años que abrió sus puertas para que actuaran en él artistas de géneros ajenos al bel canto, aunque eso sí: con la dignidad suficiente y el prestigio debido. El espectáculo se titula Pasión por Cano y es un homenaje a la figura del cantautor granadino, fallecido precisamente por estas fechas: el diecinueve de diciembre se cumplirán catorce años de su fulminante fallecimiento, consecuencia de un aneurisma, cuando iba a trasladarse en avión desde la capital de la Alhambra a Madrid. La intérprete andaluza (pues ella siempre se ha considerado sureña por sus ancestros y su educación) fue admiradora de Carlos Cano mucho antes de dedicarse profesionalmente a la copla. "Soñaba con sus canciones, que escuchábamos en casa toda la familia". Consideró que él significaba un referente, un renovador de esa canción popular española. Y en sus primeras grabaciones incluyó versiones de títulos clásicos de la copla, coincidiendo con algunos que asimismo, con anterioridad, había cantado Carlos. De él, en concreto, registró dos piezas: la primera, "Qué desespero", en 2001, y cuatro años después, en el disco "Pasión inédita" las muy celebradas "Habaneras de Cádiz".

Coincide su presencia en el Teatro Real con la salida, el mismo día, del disco que lleva igual título que su concierto, y que hace el número décimo tercero de su carrera. Pasión por Cano reúne los siguientes temas, todos originales de Carlos Cano, salvo uno inédito, que añade, del que fuera años atrás su asiduo compositor, Antonio Martínez Ares, con el que rompió sus relaciones artísticas: "Soy del sur". La docena del granadino se compone de: "Danzón del corazón", "Dormido entre rosas", "La reina del blues" (un canto a la memoria de Billie Holiday), "El último bolero", "Alacena de las monjas", "Sonata de la luna de Marrakech", "Luna de abril" (que posiblemente sea el número que más promueva en las emisoras), "María la portuguesa", "Habaneras de Cádiz", "Esperando las golondrinas", "Romance a Ocaña" y "Aires de cuna" (a dúo con María Dolores Pradera, que le devuelve así la gentileza que Pasión tuvo con ella al colaborar en otra grabación en su homenaje). Es un repertorio variado que servirá para reivindicar más la figura fundamental de Carlos Cano, como uno de los cantautores más personales de los pasados años 80 y 90, auténtico impulsor de la entonces dormida copla andaluza, últimamente algo olvidado, lo que nada nos extraña, a sabiendas que en España se mitifica a alguien, se le sube a un podio para de la noche a la mañana dejarlo caer en el silencio. Bien por Pasión Vega con su gesto.

La discografía de la malagueña en los últimos tiempos se ha nutrido de una baraja de ritmos y estilos diferentes, apartando la copla, a la que se dedicó en cuerpo y alma en la segunda mitad de los años 90 y primeros del nuevo siglo. Y, aun cuando en sus actuaciones incluye algunos títulos clásicos de ese género, introduce más las baladas y los tangos. Recordamos que en Buenos Aires ofreció hace un par de temporadas varios conciertos y está muy reconocida, en general, en Argentina. Cante una cosa u otra, su voz es magnífica. Particularmente preferimos, desde luego, tanto sus versiones copleras como aquellas otras canciones que tienen acento andaluz, que es, a nuestro parecer, donde más brilla.

Y, al margen de su presente musical nos resulta muy tierna su conducta natural, al conocer que pasa el mayor tiempo posible con su hija, a la que canta desde nanas hasta su propio repertorio, mientras Alma, muy atenta, parece sentirse muy a gusto escuchándola. La lleva a sus ensayos, y a las galas que puede, desde luego bien atendida. Es el ángulo íntimo de una excelente cantante, que confiesa: "Ser madre me ha cambiado la vida".

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