Decía Manolo Escobar que, en los últimos años, la música popular española se reducía a las rumbas flamencas. ¿Por qué?, se preguntaba, sabiendo de sobra que existen muchos ritmos bajo el paraguas de la copla andaluza, desde el pasodoble a la zambra, el garrotín, los tanguillos y tantos otros, que poco a poco se van olvidando. Hoy existen docenas y docenas de rumberos, la mayoría adoleciendo de personalidad propia. Fue en la década de los 70 cuando surgieron Rumba Tres, Los Amaya, Bordón 4 y sobre todos ellos Los Chichos, unos auténticos revolucionarios en lo suyo. Hoy nos ocupamos de quienes fueron sus más directos rivales, Los Chunguitos, que han cumplido en este 2014 cuarenta años en activo.
La familia Salazar procedía de Badajoz, donde vivían pobremente en la calle del Burro. El padre era hermano de un popular cantaor, al que apodaban Porrina. Porrina de Badajoz, por supuesto, nombre importante del flamenco. Y se asentaron en los Madriles, en el puente de Vallecas, cerquita de donde hoy está la M-30. Los chicos eran Juan, José y las muchachas Encarni y Toñi. Aquéllos, que eran revoltosos y feos según opinaba su progenitor, eran llamados "chunguitos" por éste. Y el mote casero les serviría para su nombre artístico. Sus hermanas adoptaron más tarde un remoquete más poético: Azúcar Moreno.
Los hermanos Juan y José junto a su primo Enrique Salazar canturreaban siendo adolescentes por algunas calles y plazas del Madrid céntrico, las que circundan Sol, Callao y Plaza Mayor. Pasando el platillo cuando concluían sus versiones de conocidas rumbas de Peret y Bambino, que eran sus artistas predilectos. Llegó el día en que pisaron por vez primera un estudio de grabación, pero sólo en calidad de guitarristas y palmeros para un disco de un grupo de sevillanas. En una pausa, Ramón Arcusa (componente del Dúo Dinámico, a la sazón director artístico de la compañía Emi-Odeón) sorprendió a los tres citados improvisando unos cantes. Unas semanas más tarde firmaban el contrato de su primer disco. El álbum, fechado en 1974, logró unas ventas elevadas: cincuenta mil ejemplares. Las letras de aquellas rumbas y el sonido de su música, sorprendieron. En poco tiempo Los Chunguitos popularizaron "Me sabe a humo", "Dame veneno", "Me la llevé a la era", "Me llaman el loco"… Sus estribillos calaron desde el primer momento entre sus seguidores. En las discotecas comenzaron a sonar a diario.
Carlos Saura, que siempre cuidó mucho las bandas sonoras de sus películas, incluyó "Me quedo contigo", creada ex profeso por Los Chunguitos para Deprisa, deprisa, filme donde se contaban las peripecias de unos delincuentes barriobajeros: "Si me das a elegir entre tú y mis ideas / que yo sin ellas soy un hombre perdido / ¡Ay, amor!, me quedo contigo…". Otro realizador cinematográfico, José Antonio de la Loma, muy interesado por esa temática de tipos marginales, utilizó otras rumbas del trío extremeño para su cinta Perros callejeros. Y también el vasco Imanol Uribe en Días contados. Los Chunguitos seguían vendiendo discos como rosquillas, los contrataban en múltiples actuaciones y vivían su época de oro ocho años después de su debut.
Todo se rompió de la noche a la mañana el 24 de junio de 1982 cuando, de forma trágica murió uno de ellos, Enrique. Los médicos certificaron su fallecimiento a causa de una hepatitis. A partir de entonces el golpe fue tremendo para ellos. Por un tiempo echaron mano de otro primo, Manuel Fernández, que sustituyó al desaparecido. En 1986 optaron por cambiar de nombre, cuando quedaron como dúo Juan y José, etapa en la que se anunciaban como Hermanos Salazar. Duraron poco con esa denominación. Los Chunguitos tuvieron otra época en la que fueron cuarteto con la incorporación de un par de familiares, Cristóbal y Molino Salazar. Y ya en tiempos más recientes terminaron siendo los de siempre, los mentados Juan y José, que han hecho las delicias la pasada temporada de los televidentes de Antena 3 en el programa "Tu cara me suena", imitando a Estopa, Pimpinela, Las Grecas, y sus hermanas, Azúcar Moreno. Y es que poseen vis cómica y despiertan simpatía y buen humor allá donde comparecen. Tienen pendiente de programarse un especial para la cadena Cuatro, titulado "Los Gypsy Kings", sus colegas calés de la vecina Francia. Una treintena de álbumes componen su discografía, el último de 2012, "Se escapa". A los temas mencionados líneas arriba, sumemos también estos otros: "Prisionero", "Por la calle abajo", "Yo no te puedo dar riqueza", "Vagando por ahí", "Morir de amor"…
Las rumbas de Los Chunguitos han acompañado a un par de generaciones, con su gracia y desenfado. No es fácil alcanzar cuatro décadas en el mundo del espectáculo, manteniéndose con vitalidad y ganas de compartir con su público esas ganas de diversión. Por otra parte su repertorio no es totalmente festivo pues ya quedó dicho que en ocasiones también vertieron en sus letras los problemas de cierta población marginal relacionada con la droga. Alguna vez fueron a cantarles a los presos rumbas así: "Me paso la vida encerrado / en estas malditas paredes, / siempre pensando y pensando, / la pena me está matando…".