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SOS 4.8: Murcia y animales mitológicos

El SOS 4.8 inaugura la temporada de festivales con unos Phoenix apoteósicos.

SOS 4.8 es el alea jacta est en el que los gladiadores somos los que empezamos lo que va a ser una ristra de festivales que se acabará en octubre o en noviembre si hay suerte.

La séptima edición del festival murciano por excelencia se esperaba con ganas, pese a que el cartel gustaba menos que otros años. Me estrené cuando lo hacía el escenario más grande del recinto, el de Estrella Levante, con La Habitación Roja. Los valencianos caldearon motores de lo lindo. Un concierto genial en el que mezclaron clásicos con los nuevos temas de La Moneda en el Aire y que yo habría puesto a las once de la noche y no los primeros en esas tablas. Vale que era la primera vez que actuaban en el SOS 4.8, pero LHR es un grupazo con un repertorio memorable, que bien merecía mejor puesto.

A continuación vino Izal. Poco a poco van cogiéndose la medida y, poco a poco, se sueltan más sobre el escenario. Se notó sobre todo cuando sus cientos de seguidores coreaban todas las canciones 'de pé a pá'. The Strypes demostraron que tienen tirón suficiente para dejar de ser teloneros de otros grupos más grandes. De hecho, quien no conocía al grupo irlandés, acabó maravillado e, inevitablemente, bailando.

Destacaría también -y mucho- el repertorio elegido por The Kooks para el viernes. Una maravilla con todos los clásicos. Se nota que tienen bagaje y se nota que saben lo que hay que hacer en un escenario. Acabé los conciertos en el escenario principal con The Prodigy y, sinceramente, un tanto decepcionada. Esperaba mejor sonido y menos gente; porque pasó lo que se sabía lo que iba a pasar: Gente que a priori no habría ido al SOS 4.8 por su cartel de rock o pop, sí lo hizo por la electrónica y entró en avalancha a partir de las dos de la madrugada.

En cuanto al escenario Jägermeister, destacaría del primer día del festival El mató a un Policía Motorizado. Un grupo de rock con tintes psicodélicos nacido en La Plata, Argentina, que para mí ha sido uno de los descubrimientos del último año. Pude verlos muy poco; pero lo poco mereció la pena, a pesar de la pésima calidad del sonido del escenario en cuestión.

En cuanto a Rinôçérôse, pensé -sinceramente- que iban a ser muchísimo mejores, muchísimo más contundentes y más bailables en directo. Supongo que es un grupo para ver en solitario en una sala con buen sonido. Desde luego la del viernes no fue su noche. Acabé con Is Tropical y reconoceré que con "Dancing Anymore" y "The Greeks" genial. Lo demás, bastante normal.

Sábado. 3 de mayo. Entrando por las puertas del recinto a las 21:30 sabiendo que me he perdido a Willy Naves, Neuman y Pony Bravo. Mal. Muy mal. Logré ver tres canciones de Damon Albarn. El británico resultó comedido sobre el escenario, sobrio (con traje de chaqueta) y con un repertorio más propio de un concierto en sala que de un festival. Pero es lo que yo vi y tampoco puedo opinar con objetividad. Los amigos que lo vieron entero me comentaron que tocó varias de Blur y también de Gorillaz, así que vuelve la nota mental: mal. Muy mal.

Me resarcí con León Benavente. El grupo liderado por Abraham Boba empezó tranquilo y se fue calentando hasta llegar a la cima de la montaña con "Ser Brigada". Eso sí, sonaron en el escenario Jaggërmeister y -como el resto de grupos que jugaron en el mismo campo- también tuvieron que soportar un sonido bastante lamentable.

Vuelta al escenario principal a las 22:30 y aquí quizá suene un poco exagerada, pero os aseguro -como lo pueden hacer las otras 30.000 personas que lo vieron- que lo de Phoenix fue apoteósico. Desde la primera hasta la última canción, los franceses dieron un conciertazo sin un pero. También es verdad que sonando lo bien que sonaban, con el espectáculo visual que llevaban y empezando con el trío "Entertainment", "Lasso" y "Lisztomania" la matrícula de honor la tenían asegurada. No sé si alguna vez han matado al pájaro mitológico, lo que sí sé es que allí resurgieron de sus cenizas.

Imagen de SOS Murcia 4.8 del concierto de Phoenix.

Los siguientes en la lista fueron los Pet Shop Boys. El dúo británico también tenía muy claro lo que tenía que hacer sobre las tablas para ganarse al público. También es verdad que lo tuvieron fácil, porque casi todo el mundo los conoce y jugaron a ganar.

Recogió el testigo Fangoria. Nacho Canut y Alaska dieron todo un espectáculo que a las dos y media de la noche se agradeció y muchísimo. Cerraron con sus inseparables Nancys Rubias y la también coreadísima "Me encanta". Cartas marcadas para asegurarse cerrar por todo lo alto.

En este punto, y aunque quedaba bastante electrónica programada, yo les cogí el testigo a ellos y decidí abandonar el barco para descansar.

Lo reconozco, no ha sido el mejor SOS 4.8, pero también lo digo sinceramente: volveré. Es lo que tiene que al final sea el festival de mi tierra que más me tira, que sea el primero y que otras ediciones haya salido con una sonrisa de oreja a oreja.

Ha cumplido con lo que se esperaba de esta edición, sí. Ha sorprendido, no.

LO PEOR:

- Los baños. Este año ha sido el tema del que se ha quejado todo el mundo. Normalmente siempre se ha caracterizado por ser un festival muy bien organizado en cuanto a este tema que, aunque parezca baladí, no lo es. Había más, pero muchísimo peor distribuidos. Además, los que hayan ido este año sabrán de lo que les hablo cuando digo que para ir hasta ellos había que cruzar una especie de laguna Estigia de orín.

- El sonido del escenario Jägermeister. Una saturación indescriptible.

LO MEJOR:

- Sin duda, Phoenix. No me voy a cansar de decirlo. Además, si casi 30.000 piensan lo mismo, será por algo.

- Lo bien que sonaba el equipo de Escenario Estrella Levante.

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