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Con nuevos arreglos

Nino Bravo suena ahora diferente

Guille Milkyway es el responsable de esas mezclas con la voz de su ídolo.

Guille Milkyway es el responsable de esas mezclas con la voz de su ídolo.
Nino Bravo | Archivo

Cuarenta y un años se cumplirán en el próximo abril desde la muerte de Nino Bravo y sus canciones continúan siendo actual, objeto de reediciones o de duetos que nunca se produjeron en vida del artista valenciano. Lo último, tras una complicada reelaboración, ha sido separar su voz y alterar la instrumentación y los arreglos originales por otros nuevos, con un sonido que resulte más actual y atractivo. Al menos eso es lo que ha pretendido un barcelonés llamado Guillem Vilella, al que se conoce en los ambientes musicales como Guille Milkyway. Cantante y productor discográfico que está al frente de un grupo llamado La Casa Azul, especie también de factoría musical. Responsable de varias campañas publicitarias, es autor de la sintonía del "Club Disney" y de algunos temas discotequeros muy divulgados, como "La revolución sexual", "Superguay", "Como un fan", y "Amo a Laura", de Los Hapiness. En 2010 se hizo con un Goya "a la mejor canción", titulada "Yo, también", del filme de igual título.

Este Guille Milkyway no había nacido aún cuando se produjo el desgraciado accidente de coche que costó la vida a Nino Bravo, pero recuerda sus años jóvenes, la década de los 90, época en la que se entusiasmó con la voz del levantino. Nunca le ha importado ir a contracorriente de los gustos musicales de su generación. Así, dice también admirar a Los Brincos, a Los Pekenikes y a Los Bravos, lo mismo que reconoce el inmenso caudal de voz de Rocío Jurado. Que a sus cuarenta años sepa calibrar la importancia de esos nombres del pasado no le impide "estar al día" en lo que discográficamente se cuece en el mundo.

Califica Milkyway como todo un trabajo casi de ingeniería esa mezcla de instrumentación rockera, pop, "reggae" utilizada en el nuevo acompañamiento del disco de Nino Bravo, que ha titulado "En libertad", donde por supuesto ha respetado escrupulosamente la voz del intérprete. Son los arreglos, los nuevos sonidos negros y electrónicos aplicados los que aportan la novedad. Por lo demás, la docena de piezas seleccionadas no han perdido la melodía, la esencia con la que fueron compuestas por sus autores, Herreros, Armenteros, Algueró… Entre ellas: "Te quiero, te quiero", "Esa será mi casa", "Tú cambiarás", "América, América"…

El respeto con el que Milkyway emprendió este trabajo que comentamos lo llevó a desestimar algunos títulos, como "Noelia", "Un beso y una flor", "Libre", por entender que, tal como se estrenaron han de permanecer, y no le resultaba prudente alterar ni una sola nota. Hay un poema de Juan Ramón Jiménez, el más corto de los suyos y de los más conocidos, que reza: "No la toques ya más, que así es la rosa". Podría aplicarse aquí, con la observación no obstante que esta, llamemos, revisión de un clásico de la canción romántica como sin duda está ya considerado Nino Bravo, no desvirtúa las creaciones y mejoran con el tiempo al escucharse.

Sabemos que Amparo, la viuda del recordado cantante de Ayelo de Malferit, ha quedado contenta al escuchar el disco. Por encima de todo ha de predominar el recuerdo de quien se llamaba Luis Manuel Ferri Llopis, nacido el 3 de agosto de 1944, aprendiz de joyero, que imitaba a Tom Jones y a Engelbert Humperdick y que para la historia del pop melódico seguirá siendo Nino Bravo. Adoptó ese nombre artístico porque un amigo de su peña era conocido por el primer apelativo; en cuando al apellido, fue en virtud de la energía, fuerza, potencia de su voz, la que cuatro décadas después de su adiós no ha dejado de conmover y emocionar a un par de generaciones.

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