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María Dolores Pradera quiere reaparecer en pocos meses

Su último disco la empareja con artistas pop como Bunbury y Dani Martín.

Su último disco la empareja con artistas pop como Bunbury y Dani Martín.
Pradera, recogiendo un Ondas hace escasos días | Cordon Press

Salvando los históricos dúos líricos en óperas y zarzuelas, los intérpretes españoles de música ligera no se han caracterizado por unir sus voces en tiempos pretéritos. Las únicas excepciones que nuestra memoria registra son allá por el año 1957, cuando Gloria Lasso y Luis Mariano interpretaban aquello de "Canastos" y "Amor, no me quieras tanto". Pasaría mucho tiempo hasta que en nuestros pagos se sucedieran ocasionales duetos, que en Hispanoamérica y no digamos Estados Unidos fueron frecuentes en décadas pasadas. Aquí, ha sido la maravillosa María Dolores Pradera quien no ha rehuido esos encuentros y puede que sea la española que más dúos ha protagonizado.

El último lleva por título "Gracias a vosotros", el mismo que utilizó en un volumen anterior, que la ha emparejado con algunos artistas del pop que podrían ser perfectamente sus nietos, dicho sea con el mayor de los respetos. Proyecto que, cuando su casa de discos se lo sugirió, ella aceptó encantada. Porque es mujer que vive el presente e, inteligentemente, sabe que nada como rodearse de jóvenes para sentirse mentalmente al día, más vivaz y dinámica aun cuando el inevitable calendario fije su edad: ochenta y nueve años, cumplidos el 29 de agosto. Gran mérito el suyo. Lo que ocurre es que María Dolores tiene un estilo muy definido, que ella mantiene con escasos cambios que no vengan producidos por los arreglos de sus canciones. Y cuando interpreta a dúo los boleros de siempre, los más clásicos, se advierte una especie de choque, porque sus compañeros de última generación tienen otro estilo, otra manera de cantar. Y eso, puede gustar a algunos y tal vez contrariar a los que guardan fidelidad "a la Pradera". Así sucede cuando escuchamos "Se me olvidó otra vez" y "Amanecí en tus brazos", con su voz unida, respectivamente, a las de Enrique Bunbury y Dani Martin. Y otro tanto de lo mismo sucede en "Contigoen la distancia", junto a Sole Giménez. En cualquier caso, una novedad, otra manera de interpretar el más romántico de los géneros, que es el bolero. María Dolores Pradera lo mima, lo mece, lo va desgranando con dulzura. Y los otros, no. Ella no necesita recurrir a innecesarios desgarros ni a distorsiones vocales. Y es respetuosa siempre a la las partituras, a cómo sus autores compusieron tales números musicales.

Este volumen 2 de "Gracias a vosotros" tiene felices hallazgos: la delicia de escuchar a María Dolores y a Estrella Morente en "Habanera imposible" con trasfondo flamenco de esa Alhambra en cuya cercanía nació esta última; y a nuestra protagonista midiéndose con un privilegiado cantaor, el jerezano José Mercé en "Como han pasado los años". Atractivo su dúo con sones caribeños al lado de Carlos Baute. Y el que realiza junto a una magnífica Rosana en "El talismán". Y no chirrían tampoco los dúos de María Dolores con Amaia Montero ("Las mañanitas"), Carmen París ("El tiempo que te quede libre"), y Amaya Uranga ("Golondrina presumida"). Del brazo de Ana Torroja, borda "Hijo de la luna" (al fin y al cabo tema tan familiar para ésta, de su buen amigo José María Cano), donde no desentona María Dolores. El único de los artistas reunidos en este disco que no coincidió en el mismo estudio con nuestra compatriota fue Armando Manzanero, el más veterano de los compositores e intérpretes de boleros, que puso su voz en México. El resultado de ambos en "Esta tarde vi llover", impecable. Cierra el Cd. Un estreno: "Qué tal te fue la vida". Su argumento: el reencuentro sentimental de dos seres que estuvieron enamorados en un lejano pasado. El desaparecido Juan Carlos Calderón y su hijo Jacobo firman esta notable pieza.

Era una cría María Dolores Pradera cuando cantando en la ducha escuchó gritar a su madre: "¡Niña, apaga esa radio…!". Lo que la animó mucho. Y así, debutó en la canción el año 1952, en la época en la que ya se había separado de su marido, el grandísimo actor Fernando Fernán-Gómez, con quien tuvo dos hijos. Un par de años después grabó sus primeros discos. También algunos temas para las bandas sonoras de las películas Llegada de noche (1949) y Vértigo (1950), nada que ver con el filme de Hitchcock, sino otro, español. El teatro, y muy esporádicamente el cine, llenaron la vida artística de esta madrileña, cuya infancia transcurrió entre vaivenes viajeros: a los seis años se marchó a Chile con su padre, que allí tenía negocios en una zona salitrera. Volvería muchas veces a ese y otros países de habla hispana. De ahí le viene su querencia al rico, hermoso folclore hispanoamericano.

Mediados los años 60 intensificó sus grabaciones discográficas, sin abandonar su presencia en el teatro como primerísima actriz dramática. Pero, cansada de las dos funciones diarias, en 1975 se despidió por la puerta grande de la escena representando "Cándida", de Bernard Shaw. Y, a partir de esa fecha, ya fue sólo la música su eje artístico, acompañada por Los Gemelos. Y no ha parado de encantar, cantando. En febrero hará dos años que sufrió una neumonía. Tuvo que suspender sus programados conciertos. Desde entonces no ha vuelto a subirse a un escenario. Quiere reaparecer cuanto antes, en primavera tal vez, si los médicos se lo aconsejan. Por ella, aunque le flaqueen las piernas un poco y parezca algo débil, ahora mismo estaría de gira. Con su elegancia de siempre, el porte señorial, la sonrisa cómplice con su público, la palabra risueña y bienhumorada, y la voz de siempre acariciando el último bolero.

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