El cuplé es un género musical que nació en Francia finalizando el siglo XIX y se introdujo en España hasta que fue perdiendo vigencia cuando acababa la llamada "belle époque", los años 20 del pasado siglo. Sería sustituido por la canción folclórica española, lo que acabó conociéndose como copla. El éxito de la película El último cuplé, de Sara Montiel, el año 1958 posibilitó el resurgir momentáneo de aquellas añejas melodías, que pronto serían de nuevo semiolvidadas por el empuje de los nuevos ritmos, a partir del rock and roll por un lado y de las canciones modernas festivaleras que surgieron en la década de los dorados años 60.
Que en este 2013 aparezca un disco, recién "salido del horno" hace un par de semanas, con una joven cantante, Mercedes Ríos, titulado El cuplé de mis pecados, supone una novedad por cuanto la actualidad musical viene discurriendo por otros derroteros. Es la primera grabación de esta gaditana, quien no obstante está algo curtida en cuestiones canoras. Precoz, se subió por vez primera a un escenario con seis años. Durante cinco cursó estudios de solfeo y piano en el Conservatorio de la "Tacita de Plata". Y a partir de 1994, frecuentes apariciones en Canal Sur, donde ha demostrado sus buenas condiciones para la canción española, ganando varios premios en diversos certámenes televisivos. Y estuvo a punto de proclamarse vencedora en Lluvia de estrellas, de TVE.
Nos encontramos ante una polifacética artista, que además de cantar, baila y es actriz. Y con una notable formación académica: Licenciada en Magisterio y Psicopedagogía, y en Periodismo por la Universidad CEU San Pablo, de Madrid. Por ahora, lo que más le fascina es cantar. Y de la copla ha pasado al cuplé, géneros afines, aunque diferentes por la variedad de sus ritmos. De la producción del disco El cuplé de mis pecados se ha ocupado Paco Ortega, en otro tiempo feliz cantante y compositor, del que recordamos sobre todo su dúo con Isabel Montero, Entre la hiedra. Han grabado muchas canciones suyas desde Camarón de la Isla a Lolita, pasando por Paco de Lucía, Pata Negra, Niña Pastori, Los del Río… Para este trabajo de Mercedes Ríos eligió un repertorio de cuplés que hace casi un siglo estrenaron las grandes estrellas de entonces: de La Fornarina, la polca El polichinela; de la reina de aquel género, Raquel Meller, el chotis Mala entraña, El Relicario, archiconocido pasodoble, La violetera, probablemente el más refinado cuplé y el que más tiempo ha resistido, y Mimosa, que había dado a conocer inicialmente Conchita Ulía; de Aurora Mañanós La Goya, una habanera de reminiscencias mexicanas, Ven y ven y otro cuplé muy recordado, Tápame, tápame.
Para completar la lista, otros títulos sobresalientes: A media luz, Fumando espero, Colón 34, La chica del 17 y Maniquí parisién. Una docena de añejos cuplés remozados por unos acertados arreglos de Diego Magallanes. Unos, de corte romántico; otros, pícaros, que es donde más se luce la neófita artista del disco. Quien demuestra tener muy gusto cantando. En un género –insistimos- que no es actual, pero que gracias a ella puede interesar a jóvenes de su generación. Esos cuplés contienen historias sentimentales, unas de corte lírico, y el resto, de argumento divertido, con insinuaciones, retruécanos, frases de doble sentido… Lo que en su tiempo fue conocido como "género ínfimo" y los hermanos Álvarez Quintero denominaron "sicalipsis". Vocablo de su invención referido a las picardías de sus autores, entre los que descolló sobre todos un personaje de agitada y aventurera existencia llamado Álvaro Retana.
En definitiva, el bautismo discográfico de Mercedes Ríos nos merece una calificación notable.