El emigrante es una de las coplas más populares del género de la canción española. No tanto por la calidad de su letra; tampoco por su música. ¿Entonces? Sobre todo porque pertenece a la memoria sentimental de millones de españoles. De cuatro generaciones, al menos. Van a cumplirse en este 2013 sesenta y seis años desde que se estrenó en la voz de Juanito Valderrama, uno de los mayores conocedores del cante flamenco, a quien los críticos puristas le echaban en cara que abarató su arte al encontrar en la copla aflamencada el objetivo principal de su carrera artística. Cierto que, como cancionero, ganó más dinero y popularidad. Él mismo lo reconocía. Añadiendo que cuando iba a cantar al Festival de las Minas de La Unión o a cualquier otra manifestación de cante jondo demostraba perfectamente que no traicionaba el cante por derecho.
Pero a lo que íbamos: El emigrante (que con Su primera comunión son sus dos grandes creaciones) le supuso el mayor reconocimiento popular. Se le ocurrió mientras representaba un espectáculo en un teatro de Ponferrada. Escuchó unas notas de guitarra, totalmente improvisadas, de Niño Ricardo (Manuel Serrapí Sánchez), que era quien lo acompañaba entonces en el escenario. Ya en su camarín, le pidió que no las olvidara. Y en la factura de un hotel, no teniendo mejor papel a mano, Juanito Valderrama comenzó a escribir: "Me voy a hacer un rosario, con tus dientes de marfil...". Esa primera frase la cambiaría algunas veces con el transcurso del tiempo y en vez de "me voy", diría "tengo que". En cualquier caso, algo excesivo.
Al punto que el propio cantante me dijo: "Reconozco que me pasé con eso de los dientes...". Con lo que sí acertó fue con el estribillo: "Adiós, mi España querida, dentro de mi alma te llevo metida. Aunque soy un emigrante jamás en la vida yo podré olvidarte". Pasados unos días, remató aquella letra, hallándose de gira en Tánger. Fue allí donde ensayó la copla entera, con la composición musical de su guitarrista. Dado que Valderrama no sabía música y componía de oído, tuvieron que recurrir al maestro Manuel Pitto, quien dirigía la orquesta del espectáculo, y el que puso en papel pautado aquellas notas. Por entonces, la Sociedad General de Autores exigía ese procedimiento. Lo que obligó a Valderrama y al Niño Ricardo a compartir sus derechos de autor con tal maestro. En principio, El emigrante lo estrenó Juanito Valderrama a ritmo de bolero flamenco, aunque como lo grabó varias veces llegaría a conocerse también como pasodoble, incluso por bulerías. No gustó las primeras veces que lo interpretó cara al público pero tras registrarlo por vez primera en disco, año 1947, fue tal el éxito que sonaba a diario en todas las emisoras de radio.
A Franco le gustaba mucho El emigrantey Valderrama lo complació más de una vez. Pero el artista me confió esto: "Decía que era una canción muy patriótica. No debía darse cuenta de que iba en contra de su política, pues su argumento no es otro que el de tantos exiliados españoles que vivían fuera de España en la postguerra. Uno, por culpa de sus ideas políticas, pero otros forzados porque aquí no encontraban trabajo y tuvieron que marcharse fuera a ganarse el pan. De alguna manera yo podría decir que con El emigrante yo compuse la primera canción-protesta que hubo en nuestro país".
No ha perdido vigencia, desgraciadamente, cuando ahora vuelve a sonar, aunque de manera muy distinta, en la voz de su hijo Juan Antonio, de cuarenta años, que desde que empezó a cantar hace diez , tras acabar la carrera de Ciencias de la Información, ha venido anunciándose con el apellido paterno. Pero en su último disco, 10 años sin playback se ha anunciado Juan Valderrama. Imagino que en homenaje a su progenitor que, curiosamente, siendo octogenario, seguía siendo conocido por el diminutivo de su nombre. La nueva versión de El emigrante, lleva un innecesario estrambote de "El Langui" en forma de desconcertante rap.
Este nuevo Juan Valderrama posee una bonita voz. Nos consta que canta bien tanto copla como flamenco, aunque en sus diez años de vida artística haya cultivado más la balada. Con un repertorio tan variado como indefinido. Nada pueden aportarle sus versiones de Sólo pienso en ti y Por qué te vas. Y mucho menos, sabiéndole con notables facultades para empeños mejores y más personales, El emigrante. Por supuesto, siempre seguiremos recordando a su padre, el gran Juanito Valderrama.