A finales de los sesenta, una gran cantidad de artistas dirigían su mirada al espacio exterior, haciendo de las estrellas, los astros y los viajes espaciales el grueso de su obra. Entre todos aquellos que cultivaron esta pasión, y dentro del campo de la música, una banda ha destacado siempre por su temática e iconografía espacial: su nombre es Hawkwind.
Nacidos en el Londres de finales de los sesenta, y siempre bajo la batuta del guitarrista Dave Brock, los artistas de Hawkwind se inspiraban en la obra de escritores de ciencia-ficción como Michael Moorcock, para desarrollar unos primeros discos bajo el influjo de la psicodelia, que poco a poco fueron llevando al límite que existe entre ésta y un nuevo género, el llamado space rock. Un sonido marcado por los sintetizadores, las atmósferas tejidas con pasajes instrumentales y un profundo desarrollo de la melodía, que la banda de Brock plasmaría de forma ejemplar en su álbum Hall of The Mountain Grill, de 1974.
Un disco plagado de efectos electrónicos y sugerentes pasajes de mellotrón, cortesía de Simon House, que fue redondeado por la aportación de Lemmy Kilmister en el bajo (años antes de triunfar éste en Mötörhead). Composiciones como "Lost Johnny" o "The Psychedelic Warlords (disappear in smoke)", trasladaban al oyente en una suerte de viaje que cobraba sentido completo al presenciar los excepcionales directos de la banda. Este espíritu fue mantenido durante toda la década de los setenta, hasta que los diferentes problemas de la banda fueron apagando el fuego de sus trabajos.
De cualquier modo, el grupo ha seguido sacando material hasta el día de hoy, aunque con numerosos cambios en su formación, y añorando los días de de experimentación, riesgo y poesía en forma de space rock. Esperamos que su viaje continúe.