Intento emular a César, pero es inútil. Cada vez que me asomo a la ventana veo a un tipo leyendo uno de sus libros. Lo intolerable no es que publique mucho, sino que lo leen mucho. Hay que hablar con Garzón para que lo prohíba.
No des ideas, sabio jodón, querido y común (de César y el arribafirmante) amigo.
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A ver qué te parece ésta, a cuento de lo que comentabas ayer, ese otro día:
Podría decirse que la imaginación de Mister Morris no tiene límites. Pero eso es lo malo: una imaginación sin límites se parece muy poco a una imaginación y se acaba pareciendo a una complicación.
Felipe Benítez Reyes, Tratándose de ustedes.