qué pena de libro, por lo que cuenta (los desmanes de la Ley de Violencia de Género, esa basura) y por cómo lo cuentan, De los Santos y sus malas compañías chocarreras. Y encima la edición es pésima. Muy otra cosa, si lo hubiera escrito A. G. Ingrisano y publicado, por ejemplo, Ciudadela.

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¿De qué más hablamos en el programa del sábado? Mal, de Las cosas que no nos dijimos y, bien, largo y tendido, con el peruano Roncagliolo; Gina, además, de un caballo de Troya que está en los USA. Y Gago de Tolstói, un poquito y en el próximo programa otro poco.

¿Los audios? Aquí y aquí?

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La Tropa Feisbuquera. Justivir Justíviri

Estaba leyendo la reseña sobre el libro de Esparza y, al observar su contraposición entre una derecha -la que él parece defender- que sustenta una serie de valores e instituciones tradicionales opuestos a la posmodernidad y una derecha penetrada por el liberalismo, que él parece rechazar por su sublimación del egoísmo y su excesiva focalización en el mercado; digo que al observar tal oposición me han venido al caletre las diferencias entre Intereconomía y Libertad Digital. Tal vez cada uno de esos grupos exprese, con todas las salvedades que se quieran, las dos grandes tendencias del conservadurismo hispano actual.
 No sé qué les parecerá a ustedes, como tampoco sé si esta sarta de ocurrencias deberían haberse plasmado aquí o en el blog (reconozco que esta semana costaba meterse en éste porque había reyerta).

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¿No iba a darle una alegría yo al bueno de AntiMarx? ¡En el próximo programa reseñaré elogiosamente la Tauroética del fe-no-me-nal polemista Fernando Savater! ¡Con una brevísima digresión acerca de la inconveniencia de mezclar las churras con las merinas, oiga!

Y Katakrok. Que no me lo esperaba de ti, esa rima pringue, más chupada (¡chupada, m'hijo!) que un adoquinillo del Pilar, grasa o gruesa (¡rediós!), así como de baño de Facultad de Letras.

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Lecturas: Memorias y desahogos (porque vamos a entrevistar a Amando de Miguel, ¿saben? ¿Ruegos, preguntas, comentarios?) y a David Limbaugh diciéndole ojitos verdes tienes al Señor Presidente.