"Hay momentos en que la templanza se parece asquerosamente a la tibieza"
Rafael Balanzá, premio Café Gijón por Los asesinos lentos, me ha enviado estas líneas, por si tengo a bien publicarlas. No lo voy a tener. Gracias, Rafael.
Conocí a Pedro Alberto Cruz en la Facultad de Letras. No fue en clase, sino en una de las actividades paralelas que se desarrollaban en el Campus de La Merced. Yo era asiduo a un ciclo organizado por él y dedicado al gran cineasta ruso Andréi Tarkovsky. Creo que en esa época nos mirábamos un poco de reojo, como dos galgos justo antes de la carrera. Si algo hemos tenido siempre en común, Pedro y yo, ha sido nuestra evidente ambición. Evidente, me parece, para todos nuestros amigos, para nuestros conocidos y, desde luego, también para nuestros enemigos.
Creo que a estas alturas todo el mundo sabe que no soy votante ni simpatizante del Partido Popular. Hoy eso no importa nada. Tampoco importa aquí ni el estilo ni la ingeniosidad literaria. Solo escribo para decir que si los mal nacidos que han hecho esto no lo pagan con penas de cárcel, nuestro Estado de Derecho habrá fracasado, en este caso, y habremos dado un pequeño pero importante paso más para que nuestros hijos vivan en un futuro de hierro, un tiempo tan cruel y abominable como el que les tocó soportar a nuestros abuelos desde 1936.
Espero que a los puristas del lenguaje no les parezca este un texto demasiado apasionado. Hay momentos en que la templanza se parece asquerosamente a la tibieza. En otras palabras, en estas circunstancias prefiero pasarme dos pueblos a quedarme en la cuneta.
Ánimo, amigo Pedro. A tu edad (a nuestra edad: tampoco eres mucho más joven que yo) las heridas cierran bien y los huesos sueldan que es un primor. Además, la libertad luce un plumaje más lustroso y vuela mucho más alto cuando uno ha sido capaz de pagar un precio elevado por ella.
Hola Mario. En nuestros días, cuando oigo la palabra templanza veo coches oficiales y secretari@s para todo, amén de jubilación euromillonaria. Los malnacidos hacen su trabajo: destrozar. No sirven para otra cosa. Los camisas pardas han comenzado su trabajo. Un fuerte abrazo para la víctima de estos asquerosos cobardes. El Ministerio de Propaganda y Culto a la Salud inició el Camino: http://elblogdekufisto.blogspot.com/2011/01/quiero-mi-rincon.html Aquí los que predican la pá der corrá mientras se hacen una ele babosa y comunitaria: http://elblogdekufisto.blogspot.com/2010/03/los-pringaos.html Los perros atacan por sorpresa. Igual que éstos mequetrefes: http://elblogdekufisto.blogspot.com/2010/08/el-miedo-es-peligroso.html Saludos.