Como todos los años por estas fechas, las editoriales lanzan al mercado una buena cantidad de títulos, no en vano es éste el periodo de más fuertes ventas. Muchos de dichos títulos están relacionados directamente con la Navidad: recopilaciones de cuentos navideños, libros de tema religioso, recetarios para las fiestas... Entre tal avalancha de títulos es difícil no encontrar algo adecuado para cada uno. Muchos regalaremos libros esta Navidad, pero ¿por qué no regalarnos también nosotros una buena lectura? Aquí van algunas de las novedades más navideñas que nos pueden interesar:
La Navidad cuando dejamos de ser niños, de Charles Dickens. Alba Brevis. Si hay un rey de los libros navideños, sin duda éste es el Sr. Dickens. ¿Quién no ha leído Cuento de Navidad, quién no conoce la historia del avaro Scrooge y sus fantasmas? En este librito de Alba, sin embargo, no encontraremos el archiconocido cuento, sino una recopilación de cinco relatos menos conocidos del autor británico, inéditos en español. El primero de ellos, que da titulo al libro, es una reflexión sobre qué es la Navidad y cómo ésta cambia cuando nos hacemos adultos. Muchos pierden la alegría y la ilusión de cuando son niños y convierten estas fiestas en algo triste; Dickens llama al lector a que destierre esos sentimientos y recupere un corazón de niño. Los otro cuatro cuentos son historias en las que, como en una reunión de sobremesa del día de Navidad, cuatro invitados toman la palabra para relatar una historia que entretenga a los restantes comensales.
El cuento de Navidad de Auggie Wren, de Paul Auster. Booket. Un brevísimo relato del autor estadounidense, editado como libro-regalo (más bien minilibro) por Booket. Cubiertas duras, lomo en tela, papel de gran calidad y buen número de ilustraciones encarecen un tanto el producto, pero, con todo, una buena opción para regalar o regalarse. El protagonista del relato es Auggie Wren, el estanquero al que algunos conocerán de las películas Smoke y Blue in the Face, con guión del propio Auster. Este cuento, encargado al escritor por el New York Times, fue la primera aparición del carismático estanquero y, por tanto, el origen de los dos aclamados largometrajes. Una historia de Navidad diferente, muy austeriana, en la que, como es típico en el autor, la casualidad, lo aparentemente imposible y una serie de personajes pintorescos son protagonistas, pero también lo son la bondad, el amor y, por supuesto, la Navidad.
Nochebuena, de Nikolai Gógol. Barataria. Un cuento de Navidad diferente, en el que Gógol combina con su maestría habitual tradición, leyenda, cuentos campesinos, magia y religión. Un relato muy apropiado para estas fechas, con nieve, frío, pueblecitos de la estepa, campesinos supersticiosos y una hermosa historia de amor y perdón en la que aparece hasta el mismísmo diablo. Invita a leerla junto al fuego con un buen tazón de chocolate, o bajo las mantas, en una tranquila tarde de Navidad.
La infancia de Jesús, de Joseph Ratzinger (Benedicto XVI). Planeta. Sin duda, el libro de la Navidad. Como el Sumo Pontífice explica en la introducción a la obra, este breve libro (135 páginas) es algo así como "una antesala a los dos volúmenes precedentes sobre la figura y el mensaje de Jesús de Nazaret", no un tercer volumen; no lo es ni por extensión, ni por la temática, ni por la intención con la que ha sido escrito. No puede serlo, pues en este libro el Papa hace exégesis de lo que los Evangelios nos cuentan sobre la infancia de Jesús, que es realmente poco: sólo dos evangelistas (Mateo y Lucas) nos hablan de la concepción, nacimiento e infancia de Jesús. Benedicto XVI hace exégesis estricta de estos textos; no recurre, comoquizá algunos pretenderían, a leyendas muy posteriores, historias pintorescas o siquiera a los apócrifos (el protoevangelio de Santiago o el evangelio de la infancia de Pseudo-Tomás), sino estrictamente a lo que cuentan los evangelios y, naturalmente, a los pasajes del Antiguo Testamento que se relacionan con ellos. Para interpretar correctamente el mensaje evangélico hay que hacer dos cosas: desentrañar qué trataba de decir el evangelista, por qué emplea determinados términos o hace alusión a ciertas escrituras, o narra unos episodios y otros no; tal es la parte, digamos histórica. Pero las Escrituras, para el cristiano, no son un mero texto histórico, o una narración del pasado: son un texto vivo, un libro cuyo autor último, como nos recuerda el Papa, es el mismo Dios; Son textos que hablan al creyente de hace veinte siglos, al de hoy y al de mañana.
Por desgracia, desafortunados titulares, producto del periodismo más sensacionalista y desinformado, han hecho que el libro sea noticia porque, presuntamente, el Pontífice había desautorizado la presencia en los populares belenes, tan queridos a las familias de medio mundo, de la mula y el buey. Al aludir a estas dos figuras el Papa hace una pequeña digresión en el relato del Nacimiento que ha sido no sólo sacada de contexto, sino incluso falseada. En ningún momento el autor llama a eliminar a estos animales de los nacimientos, sino todo lo contrario: simplemente, dice lo que cualquiera que haya escuchado o leído una vez el Evangelio sabe de sobra: que ni Mateo ni Lucas hablan de ellos. Se dice que, al no haber sitio en la posada, María tuvo a su hijo y lo acostó en un pesebre. Nada más. Naturalmente, al tratarse de un pesebre lo lógico es que los animales no anduvieran muy lejos, pese a que el Evangelio no los mencione. ¿Qué animales? Benedicto XVI, uno de los mayores teólogos de nuestro tiempo, explica con claridad y sencillez qué textos del Antiguo Testamento han podido llevar a los creyentes, ya desde los primeros tiempos del cristianismo, a incluir a la mula y al buey: la profecía de Isaías, Habacuc, el libro del Éxodo... Los dos animales, concluye el Papa, en el fondo son una representación de la misma humanidad, de judíos y gentiles, de los seres humanos desprovistos de entendimiento que, ante el Niño, llegan al verdadero conocimiento. Y concluye el autor "Ninguna representación del nacimiento renunciará al buey y al asno". Lo mismo que han leído por ahí, ¿verdad?
Es un libro bellísimo, sencillo y profundo a un tiempo, que nos transmite toda la alegría de la Navidad, de Dios hecho hombre, del amor y la libertad que el Creador ha llevado a la humanidad al enviar a su Hijo entre nosotros, la Palabra hecha carne. Sin duda, para mí, el libro de estas fechas.
Pero hay muchos más: cuentos para pequeños y grandes, libros de historia de los villancicos, recetarios, cuentos de terror y misterio (sí, también las tardes navideñas invitan a recrearse en estos relatos)... En suma: libros para todos. Que en estas fiestas, rodeados de los vuestros, encontréis también un ratito para leer y disfrutar de la magia y maravilla de la Navidad. Desde LD Libros os deseamos muy feliz Navidad y estupendas lecturas a todos, amigos.