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'La comunidad', cuando todos los personajes de una novela guardan secretos por los que matar

Vuelve el fenómeno Helene Flood, la autora sueca de La psicóloga, con su segunda novela: La comunidad.

La escritora sueca Helene Flood | Archivo

El libro se titula La comunidad (Planeta), pero su tema podría resumirse con la palabra "secreto". ¿Qué es lo que sostiene las relaciones humanas sino eso? Para Helene Flood, la autora, el asunto desborda el mero campo literario. Ella es psicóloga de formación y escritora por vocación, así que durante la presentación de esta, su segunda novela, no puede más que admitir que le resulta imposible mantener ambas facetas separadas. "Cuando me siento a escribir, siempre tengo un enfoque determinado. Me interesa desentrañar la psicología de los personajes, pero sobre todo indagar en su faceta social, en las dinámicas de grupo que les mueven", responde a una de las preguntas de la prensa. La comunidad, por tanto, es un ejercicio que gira en torno a esa inquietud. ¿Cuánto sabes realmente de tus vecinos? ¿Qué han hecho? ¿Qué son capaces de hacer? ¿Qué secretos esconden? ¿Cuáles les ocultas tú? ¿Percibirán exactamente la imagen que pretendes proyectarles, o tendrán una idea diferente de ti? ¿Y cómo pretenderán proyectase ellos ante ti? ¿Les conoces, realmente? Todas estas cuestiones, aparentemente anodinas, cobran un cariz siniestro si de repente uno de ellos aparece apuñalado y, ante las investigaciones de la policía, todos y cada uno de los miembros del vecindario se descubren con motivos para haber empuñado el arma homicida.

Flood inició su carrera literaria hace muy poco. En España, concretamente, su primera novela —titulada La psicóloga— llegó a las librerías a principios de 2020, sólo quince días antes del confinamiento obligado por el covid. Pese a todo, según cuentan desde la editorial, se trata de la autora escandinava que mejor acogida ha tenido desde hace décadas. Ella es sueca y se desenvuelve en ese género negro tan concreto que ha vuelto a desarrollar en su segundo trabajo. Pese a todo, hay diferencias. "Mi inspiración para elaborar al personaje de Rikke —protagonista de La comunidad— no ha partido del mismo lugar que en la novela anterior", comenta. "En este caso me identifico con esa necesidad que tiene de guardarse secretos para ella misma, de mantener una parte de su intimidad oculta. Además, también quería profundizar en su necesidad de controlar concienzudamente la imagen que proyecta sobre las personas con las que trata. Es algo que todos hacemos y que ofrece muchas opciones interesantes desde el punto de vista literario". La idea central que pretende trasladar en la presentación de su novela es clara: "Me gusta subrayar que el edificio es un personaje más. Es el escenario donde conviven varias personas que creen conocerse pero que no saben hasta qué punto lo hacen realmente". En un entorno así, cualquier conversación a escondidas, cualquier frase escuchada tras una puerta, alimenta el suspense que sostiene cualquier thriller.

Porque si algo prefiere ella, según contesta a las preguntas de la prensa, es el terror psicológico antes que el físico. "Personalmente, por mi profesión, me tira más el primero que el segundo", explica. "Pero es que además encuentro perturbador el uso gratuito de la violencia que suele haber en el género negro. Sobre todo contra las mujeres, que suelen aparecer muy sexualizadas". Ese tipo de reflexiones hicieron que, antes incluso de sentarse a escribir su primera novela, tuviese clara una cosa: "En mis relatos no voy a poner a víctimas mujeres, y tampoco crímenes morbosos, de asesinos en serie, que matan sin aparente explicación. Me interesan más los crímenes ‘cotidianos’, que responden a un móvil entendible por la mayoría. Esa faceta de cotidianeidad es la que me resulta más interesante", comenta. Más allá de todo eso, el conflicto fundamental sobre el que se desarrollará la trama se desenvuelve en la cabeza de la protagonista. "Rikke vive atormentada por dos cuestiones diferentes. Por un lado tiene un secreto inconfesable, que no se atreve a desvelar por las repercusiones que tendría sobre las personas a las que quiere, pero por otro tiene miedo de los secretos de los demás. No se siente segura en el entorno en el que vive".

De esa forma, el tema de su novela le permite responder a preguntas más concretas. "Creo que sería muy difícil que una comunidad pudiese convivir pacíficamente si todos sus miembros fueran completamente honestos todo el rato", contesta a una de las preguntas de la prensa. "Existen muchos motivos para guardarnos cosas para nosotros mismos, y no todos son negativos". La diferencia entre esos motivos, sin embargo, sería fundamental. "Es una cuestión resbaladiza. Hay una fina línea que separa a quien oculta cosas para proteger a otros, de forma positiva, que para sacar un beneficio personal, de forma negativa". Y ni siquiera todas las veces, habría que añadir, esas dos cuestiones se encuentran perfectamente diferenciadas en la cabeza de cualquier persona.

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