El asunto está lejos todavía de dilucidarse. El último episodio lo ha protagonizado la RAE, que, en palabras recogidas por El Español, "no quiere ser esa coartada" en la disputa que mantiene la familia de Francisco Franco con el Gobierno de Pedro Sánchez por los bienes del Pazo de Meirás y por eso ha decidido rechazar la donación de la biblioteca de Emilia Pardo Bazán. Aunque la cuestión admite una lectura diferente. Fuentes cercanas a los Franco consultadas por el diario La razón, por ejemplo, consideran que la Real Academia se "ha arrugado porque no quiere problemas" tampoco con el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que ha expresado en varias ocasiones su compromiso radical por impedir que una parte tan importante del patrimonio de los gallegos salga de la región.
La historia tiene que ver con el litigio por el Pazo de Meirás que ha enfrentado a los descendientes del dictador con la administración pública. Ahora, los casi 3.000 volúmenes de la biblioteca de la escritora ferrolana pertenecen a los Franco, según ha asegurado un portavoz de la familia, pese a que se encuentran en trámites para ser declarados Bien de Interés Cultural (BIC). En palabras recogidas por distintos medios, los Franco han reivindicado su derecho sobre la biblioteca, "sea BIC o no", ya que la hija de Emilia Pardo Bazán había querido donársela a Francisco Franco "en memoria de su marido y de su hijo, asesinados en la Pradera de San Isidro" en agosto de 1936 por radicales de izquierdas al poco del estallido de la Guerra Civil, historia que contó Julia Escobar en Libertad Digital. El propio Francisco Franco Martínez-Bordiú explicó, cuando le preguntaron acerca de cuál iba a ser la postura de la familia con respecto a la biblioteca de la escritora una vez cedido el Pazo de Meirás, que "entregárselo al mismo gobierno del Frente Popular que fue el que asesinó a estas personas" les planteaba "un dilema moral".
Al parecer, la postura de la RAE fue ambigua en un primer momento, pero la negativa final a aceptar la donación se habría determinado después de una conversación entre Santiago Muñoz Molina, director de la institución, y Núñez Feijóo. El líder del Gobierno gallego habría expresado su determinación de "hacer lo imposible por mantener la biblioteca en su tierra y gestionarla a través de su equipo".
Un portavoz de la familia ha explicado que la intención de los Franco pasa ahora por entregar los volúmenes a alguna fundación privada sin ánimo de lucro. Sin embargo, las dificultades de la operación podrían encontrarse precisamente en la posible catalogación de la biblioteca como Bien de Interés Cultural. En ese caso, la Xunta sería la encargada de valorar las capacidades del nuevo propietario para garantizar las medidas de conservación y el acceso al público un mínimo de cuatro veces al mes, antes de autorizar su traslado.